domingo, 23 de abril de 2023

MARTES SANTO 2023: LA JORNADA SOÑADA, CUATRO AÑOS DESPUÉS

Desde que a las tres y nueve minutos de la madrugada del ya Miércoles Santo de 2019 entrara en San Lorenzo el paso de palio de la Virgen del Dulce Nombre, hasta que a las doce menos veinte del mediodía del pasado Martes Santo saliera la cruz de guía del Cerro tuvieron que pasar cuatro años. Cuatro años esperando un Martes Santo radiante que por fin hemos podido vivir después de dos años sin Semana Santa por la pandemia y la lluvia que nos robó esta jornada en 2022.
Era una jornada con único cambio respecto a la última vez que salieron sus ocho cofradías: el Cerro pasaba del segundo puesto al primero, y San Esteban del primero al segundo. El resto se quedaron igual. Un orden, por cierto, que será diferente en 2024. 
Tanto tiempo ha pasado entre la pandemia y la lluvia que el Nazareno de la Humildad de la Hermandad del Cerro salía a la calle por segunda vez, pese a que parece que lleve unos cuantos años más como titular procesional de la cofradía más madrugadora del Martes Santo.
La avenida de Ramón y Cajal se llenaba de capirotes de terciopelo burdeos. Sus numerosísimos nazarenos debieron de agradecer que el intenso calor de las jornadas anteriores se viera en cierta forma aligerado por el cielo nublado, pero sin amenaza alguna, de las primeras horas de este Martes Santo.
Y el Señor de la Humildad navegaba entre ellos, sobre su acertadísimo paso de Francisco Verdugo y con una túnica morada de terciopelo envejecido que llamaba la atención por su textura. Sobre el hombro derecho, la cruz mixta (plana y arbórea) que ideó para la imagen su autor, Juan Manuel Miñarro. Sin duda, el Señor, la forma de presentarse en su salida y su paso son una gran aportación a la Semana Santa sevillana.
La Banda de Cornetas y Tambores Nuestro Padre Jesús Nazareno de Huelva ha vuelto a acompañar al Señor de la Humildad por las calles de Sevilla. Tras una parada ante una representación de la Hermandad del Juncal, que recibió una dedicatoria de levantá ("querida y vecina", dijo el capataz), la formación onubense interpretó "Cristo del Amor". Y más adelante, después de una saeta cantada por una mujer, continuó su camino con "Consolación y Lágrimas".























Tras acompañar durante varias chicotás al Nazareno de la Humildad, buscamos al Santísimo Cristo del Desamparo y Abandono, que lucía las potencias de plata de ley donadas por sus costaleros en 1996 y que han sido restauradas y doradas por los Hermanos Delgado.
Si personalidad tiene el primer paso, el de misterio también, con esa atrevida combinación de la madera y la plata que esconde algunos detalles destacados, como el escudo de la Cena, hermandad madrina, junto al de la propia Hermandad del Cerro en el respiradero frontal, o las reproducciones en plata del Señor de la Victoria y del Señor de la Sagrada Cena. Pedacitos de Domingo de Ramos en la cofradía que desde 1989 inaugura el Martes Santo.
"Verdaderamente era el Hijo de Dios", se puede casi escuchar en esta escena que este año venía adornada con una variedad de flores rojas. La Banda de Cornetas y Tambores Nuestra Señora del Sol interpretó la marcha "Nuestra Señora de la Caridad" por Ramón y Cajal tras un relevo de costaleros.

















Y rematando una cofradía que parece mucho más antigua de lo que es, Nuestra Señora de los Dolores, que, tras su salida extraordinaria del pasado 24 de septiembre por el centenario del barrio del Cerro del Águila, llevaba asido al respiradero delantero el bastón de mando de la tenencia de alcaldía del Distrito Cerro-Amate. Además, en el paso veíamos también un relicario regalado por la Hermandad del Gran Poder.
La Virgen de los Dolores es la gran devoción del barrio. Se nota en cómo los vecinos la siguen, en cómo la miran, en cómo se emocionan, en lo que a veces le dicen... Es el gran referente de esta zona de la ciudad alejada del centro. Vestía una saya burdeos bordada por Francisco Carrera, antiguo hermano mayor de la corporación y autor igualmente del manto y del palio. Además, lucía joyas como la cruz pectoral del Cardenal Amigo regalada en 2014, otra de oro y oro blanco con esmeraldas o el corazón de oro, oro blanco, brillantes y zafiros, entre muchas otras joyas.
Con un exorno floral compuesto fundamentalmente de claveles blancos, el paso de palio cruzó la Ronda del Tamarguillo hacia Ramón y Cajal a los sones de "Macarena", de Abel Moreno, a cargo de la Banda de las Nieves de Olivares. Y luego llegó a la representación de la Hermandad del Juncal con "Virgen de las Aguas".
Hay que apuntar el recorrido de vuelta que luego haría la hermandad por la Cuesta del Bacalao, la del Rosario, la Alfalfa, San Nicolás, el Puente de San Bernardo, Eduardo Dato, Gran Plaza y Ciudad Jardín antes de volver a su barrio del Cerro del Águila.
















Y de la que era segunda y ha vuelto a ser primera, pasamos a la que fue primera en 2019, en contra de su voluntad, y ha sido segunda este año. La Hermandad de San Esteban se ponía en camino en su estación de penitencia, con un itinerario distinto al de entonces, ya que desde la calle Águilas se desvió por Rodríguez Marín para pasar por la plaza de San Ildefonso y alcanzar por Zamudio la plaza de San Leandro.
La lluvia lo impidió el año pasado, por lo que éste ha sido el año del reencuentro de la Agrupación Musical Virgen de los Reyes con el paso de Nuestro Padre Jesús de la Salud y Buen Viaje. Un reencuentro que ha quedado incluso reflejado en una marcha procesional titulada "Volver". No fue ésta, sino algo más clásico como "Anima Christi", la que sonó en San Leandro justo antes de un relevo de costaleros.
A continuación, el misterio, que estaba adornado con rosas y orquídeas cymbidium, pasó a la calle Alhóndiga con "Cautivo ante Pilatos" y luego a Dormitorio con "La Virgen de la Luz". Desde dicha calle, el Señor de la Ventana, que llevaba la clámide bordada por Carrasquilla en los años setenta y restaurada hace cuatro años por Joaquín Salcedo, salió a la plaza del Cristo de Burgos con la marcha "Aurora de Resurrección".























Más atrás llegaba el paso de palio de María Santísima Madre de los Desamparados, que contaba con rosas, fresias, delphinium, hortensias y flor de cera, todo ello en color blanco con algo de azul, combinando así los característicos colores de las túnicas de los nazarenos.
La Banda de Música María Santísima de la Victoria, de Las Cigarreras, interpretó en la plaza de San Leandro y en su discurrir por el inicio de Alhóndiga la marcha "Desamparados", mientras que en la plaza del Cristo de Burgos, donde se produjo un relevo de costaleros, sonó "Virgen de los Desamparados", una composición que ha caído de pie y que llevan en su repertorio un gran número de bandas.















La Hermandad de la Candelaria ha mantenido su tercer puesto en el orden de paso por carrera oficial. Para llegar a ella, tras la plaza de la Alfalfa y la de la Pescadería, bajó la Cuesta del Rosario y Villegas hasta la plaza del Salvador, donde pasó a la calle Cuna. A ella llegó el paso de Nuestro Padre Jesús de la Salud con la marcha "Mi Madrugá" a cargo de la Banda de Cornetas y Tambores de las Tres Caídas.
El paso, que estaba adornado al completo con rosas rojas, se detuvo en el mismo inicio de la calle Cuna, donde un miembro de la Policía Nacional estaba entregadísimo a la labor de impedir que la gente caminase en medio de las filas de nazarenos. "Un solo Dios" fue la marcha con la que poco después el Señor de la Salud siguió su camino en dirección a Orfila.


















También llevaba rosas el paso de palio de la Candelaria, aunque éstas de color blanco. Y precisamente su marcha, "Candelaria", es la que la Banda de Música de la Cruz Roja iba interpretando por la plaza de la Pescadería, tras la que sonó "Coronación" para que el palio girase a la Cuesta del Rosario y empezara a bajarla.
Este paso es, del Martes Santo, el que menos tiempo llevábamos sin ver en la calle, ya que el 5 de diciembre de 2021 realizó una salida extraordinaria, dos veces retrasada por la pandemia, con motivo del primer centenario fundacional de la hermandad (ver).
La Virgen de la Candelaria, tras detenerse en la confluencia con Francos, continuó hacia el Salvador por Villegas mientras la banda interpretaba "Virgen de la Paz", aunque la marcha fue interrumpida cuando el palio, entre azul y verde, se detuvo prácticamente a la altura del retablo cerámico del Santísimo Cristo del Amor.

















Llamaba mucho la atención la tranquilidad con la que se podía disfrutar de la Candelaria por la plaza del Salvador, con una cantidad de gente razonable. ¿Dónde está la gente? ¿Es que están todos con San Benito...? Pues efectivamente, la zona de San Pedro, Imagen y la plaza de la Encarnación estaban a reventar. Lo que hace un misterio grande y una forma de andar muy coreografiada.
La verdad es que estamos ante el que muchos consideran el gran conjunto escultórico de Antonio Castillo Lastrucci, en el que además, a diferencia de otros del mismo autor, se ha respetado con el tiempo su concepción original, con los ropajes de las figuras secundarias tallados, sin haber sido sustituidos por ropa de tela.
El misterio de la Presentación al Pueblo, en el que Pilatos muestra a la gente cómo se encuentra Jesús tras la flagelación y la coronación de espinas buscando contentarla y evitar la crucifixión, llegaba a las Setas y le tocó soportar un importante parón. La Candelaria aún no había terminado de cruzar de Cuna a Orfila, lo que mantenía al cortejo del misterio de San Benito comprimido en la calle Laraña. No están muy lejanos los tiempos en que era la cofradía de San Nicolás la que tenía que esperar en Cuna para poder seguir por Orfila tras el palio de la Encarnación.
Cuando por fin pudo avanzar, el paso de misterio lo hizo con la marcha "Oh, pecador", interpretada por la propia Agrupación Musical de Nuestra Señora de la Encarnación. El paso, por cierto, nos devolvió a las combinaciones florales, al utilizar claveles, estátice, iris, eryngium, rosas y lavanda. Rómulo y Remo siendo amamantados por la loba capitolina sobre el trono del gobernador es lo último que nos deja ver este conjunto escultórico cuando se aleja.


















El misterio buscaba la calle Orfila cuando el paso del Santísimo Cristo de la Sangre terminaba su discurrir por Imagen y se disponía a pasar por la plaza de la Encarnación. Este paso ha iniciado un proceso de restauración como el que en los últimos años afrontó el de la Presentación al Pueblo. El frontal de la canastilla se pudo ver en todo su esplendor gracias a la labor realizada por Carlos Peñuela Jordán en la parte de talla y Francisco Pardo Jiménez en el dorado.
El crucificado que tallara Francisco Buiza contaba con un monte de claveles rojos salpicado de limonium morado a su alrededor. Por su parte, su propia banda de cornetas y tambores tocó tras él la marcha "Penas de Triana" en su discurrir por las Setas.


















Y cerrando la cofradía, el paso de palio de Nuestra Señora de la Encarnación, que salió por última vez el 15 de diciembre de 2019 por el XXV aniversario de su Coronación Canónica (ver). Fue el último paso de una cofradía de penitencia que vimos en las calles de Sevilla antes de la pandemia; racha que rompió el palio de la Candelaria dos años después, como recordábamos antes.
Precisamente, este Martes Santo hemos visto a la Virgen de la Encarnación con el mismo manto que en aquella salida extraordinaria, el bordado por Leopoldo Padilla en 1958. Por iniciativa del grupo joven de la hermandad, fue recuperado con motivo del aniversario mencionado, aunque completando los bordados y pasándolos a terciopelo azul; retirando así el rojo original, labor llevada a cabo por Mariano Martín Santonja y Jesús Guerrero García.
Para el paso de palio, el exorno floral se compuso en esta ocasión de diversas especies de color blanco, como rosas, lilium, fresias, estátice e hipericum. Por su parte, la Banda Municipal de Música de La Puebla del Río tocó la marcha "Aniversario macareno" mientras la Virgen de la Encarnación comenzaba a recorrer la calle Imagen, y después "Coronación" para que alcanzara la plaza que lleva el mismo nombre de la dolorosa.














En la calle Feria comenzaba poco después su estación de penitencia la Hermandad de los Javieres, cuyo Cristo de las Almas presidió este año el Vía Crucis de las Cofradías el primer lunes de Cuaresma. En dicho culto se estrenó el titulus crucis, más conocido como INRI, realizado por el imaginero José María Leal. 
Muy curioso resultó el exorno floral de este paso, alejado en esta ocasión de los habituales y clásicos claveles rojos. Así, llevaba rosas, tulipanes y minigerberas, todo ello de color rojo, combinado con el verde de la hiedra y el helecho.
En silencio (era el primer paso sin acompañamiento musical que veíamos este Martes Santo), el Santísimo Cristo de las Almas recorrió, con la característica cadencia de su andar, un tramo de la calle Feria y luego giró a Correduría buscando la Alameda de Hércules.



















No menos llamativo, por el colorido, eran las flores que adornaban el paso de palio de María Santísima de Gracia y Amparo, que llevaba unas rosas de tonalidad malva, combinadas con fresias blancas y pittosporum. 
Por otro lado, hay que comentar que, al no salir por lluvia el año pasado, ha podido verse por primera vez en la calle la nueva gloria del techo, realizada por Francisco Carrera Iglesias. Es el primer adelanto del que será con los años el nuevo palio de esta dolorosa, diseñado por Francisco Javier Sánchez de los Reyes. Y otra novedad era el nimbo de San Juan Evangelista, realizado por Enrique Castillo.
La Banda Sinfónica Julián Cerdán, de Sanlúcar de Barrameda, interpretó tras el palio en la calle Feria la marcha "El alma de los Javieres", a la que después siguieron en Correduría las composiciones "El Cachorro. Saeta sevillana" y "Santísimo Cristo del Desamparo y Abandono". Posteriormente, salió a la Alameda con "Cristo de la Sed".













En la plaza Nueva, antes de que llegara la Hermandad de Santa Cruz, había división de opiniones acerca de por dónde iba a pasar exactamente la cofradía. La mayoría daba por hecho que pasaría por encima de los raíles del tranvía, pero otros esperaban que, al salir de la calle Barcelona, discurriera pegando a los edificios donde se encuentra la Capilla de San Onofre. Los segundos acertaron. "Ésta ya la hemos visto. Van de negro", decía una señora a su grupo de amigas. "No, yo creo que es otra, ¿no?".
Pues era la hermandad decana del Martes Santo, que en su primer paso nos muestra al Santísimo Cristo de las Misericordias. "Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen", dice Jesús mirando al cielo mientras Santa María de la Antigua llora arrodillada a sus pies. Y alrededor de ambos, un monte de claveles rojos. En plena plaza Nueva se produjo un relevo de costaleros antes de que el paso, acompañado por música de capilla, se marchara por la calle Tetuán rumbo a la Campana.











Y detrás, el paso de palio de Nuestra Señora de los Dolores, cuyos varales han sido objeto de una restauración en los últimos meses. Poco después de abandonar la calle Barcelona, el paso se detuvo y hubo un relevo de costaleros. El capataz, Carlos Yruela, tuvo que recordarles a algunos de los que salían que no lo hicieran por la delantera del paso, sino por los laterales. "Por detrás nunca", dijo. Convendría que otros capataces hicieran el mismo aviso a sus cuadrillas.
La Banda de Música del Maestro Tejera interpretó para la bellísima dolorosa de Antonio Eslava la marcha "Amarguras". Curiosamente, es la misma que en ese momento sonaba tras el palio de los Javieres, que desde la plaza de San Francisco enfilaba la avenida de la Constitución.
Unos clasiquísimos claveles blancos adornaban el paso de palio de la Virgen de los Dolores, tras el que se pudo escuchar también por esta parte de su recorrido la composición "Santísimo Cristo del Desamparo y Abandono", dedicada al crucificado de la Hermandad del Cerro, con la que la de Santa Cruz está hermanada. Principio y fin del Martes Santo; Dolores del Cerro y Dolores de Santa Cruz.










Más tarde, la Hermandad de los Estudiantes afrontaba el regreso a la Universidad tras hacer estación de penitencia en la Catedral. Por fin el paso del Santísimo Cristo de la Buena Muerte ha podido estrenar en la calle sus nuevos portahachones, realizados en bronce por Orfebrería Ramos; primeros elementos, junto a los faldones delanteros, del taller de Santa Bárbara, que formarán parte del futuro paso aprobado por los hermanos el pasado mes de septiembre.
Sobre el tradicional monte de lirios morados, el crucificado que Juan de Mesa talló para la Compañía de Jesús dejaba atrás la Catedral y por la plaza del Triunfo se marchaba hacia Miguel de Mañara y la plaza de la Contratación. Por delante le quedaban únicamente las calles San Gregorio y San Fernando, dada la cercanía de la Universidad con el primer templo de la Archidiócesis.













Un gran número de penitentes con cruces y nazarenos de cirios blancos después, llegaba el paso de palio de María Santísima de la Angustia para la que la Banda de Música Nuestra Señora del Águila, de Alcalá de Guadaíra, tocó "Mater mea" por la plaza del Triunfo.
Antonio Santiago y su hijo se ocupaban de comandar el palio de la dolorosa de Juan de Astorga, imagen que la hermandad recuperó para la Semana Santa algunos años después de su fundación, de la que el año que viene se cumplirá un siglo. 
Con "Margot" alcanzó el palio, adornado con rosas blancas, la calle Miguel de Mañara, y luego llegó hasta la plaza de la Contratación a los sones de "La Madrugá".










Y de una hermandad que en 2024 cumplirá cien años a otra cuyo conjunto escultórico del paso de misterio los ha cumplido en este 2023. Fue hace un siglo cuando Antonio Castillo Lastrucci hizo su primer misterio para Sevilla, el de la Bofetá, el de Nuestro Padre Jesús ante Anás. El imaginero revolucionó la forma de representar una escena, acabando con el hieratismo imperante hasta el momento. La teatralidad de sus tallas, sus gestos, la expresión de cada personaje... Todo ello está presente en el misterio de la Bofetá, en el que se mantiene además la posición original del Señor, mirando hacia Anás, aunque eso suponga que vaya de espaldas al caminar del paso.
Para conmemorar los cien años de la imagen del Señor, la hermandad ha realizado una nueva túnica diseñada por Francisco Javier Sánchez de los Reyes basándose en los bordados del paso de palio, y bordada en oro sobre terciopelo azul por José Antonio Grande de León. La túnica fue estrenada en el reciente besamanos (ver), y el Martes Santo la vimos por vez primera en las calles.
Por la plaza del Duque regresaba a San Lorenzo el paso de misterio, que alcanzó la calle Jesús del Gran Poder con la marcha "Eucaristía" a cargo de la Banda de Cornetas y Tambores de Las Cigarreras, seguida después por "Refúgiame".
Más adelante, el misterio, adornado con claveles rojos, tomaría la calle Conde de Barajas con uno de los estrenos de la banda en este año, la marcha "Gath Shemânîm". Finalmente, llegaría a San Lorenzo encadenando el "Ave María" y las marchas "Jesús, Salvador y Soberano", "Y dijo Anás" y "Costalero del Soberano", cuyo final, como es costumbre, se repitió para enlazarlo con la Marcha Real en el momento de la entrada.












Por su parte, para la Virgen del Dulce Nombre la Banda de la Oliva de Salteras tocó "Madre Hiniesta" en la plaza del Duque y "Amarguras" en el inicio de Jesús del Gran Poder. Llamaba la atención, también a los capataces, los Hermanos Gallego, la excesiva velocidad que se le pedía al paso, que en algún momento tuvo que detenerse al empujar a los acólitos y a la presidencia y no poder avanzar más.
En cualquier caso, nada impidió poder disfrutar de uno de los grandes momentos de la Semana Santa, por supuesto en las mejores horas, las últimas de la jornada, como es seguir a la Virgen del Dulce Nombre, caminar con ella y escuchar el característico sonido de las caídas golpeando con los varales.
Los habituales claveles rosas adornaban este paso de palio, que alcanzó la calle Conde de Barajas con la marcha "Nuestro Padre Jesús", a la que seguirían "Virgen del Dulce Nombre" y "Macarena", de Emilio Cebrián, con la que la primera dolorosa de Castillo Lastrucci llegó a la plaza de San Lorenzo. Después, el palio se metió por el centro de la plaza con "Madre, tu Dulce Nombre", y luego giró ante la puerta con "Coronación de la Macarena" y "Pasa la Virgen Macarena".
Quedaban apenas unos minutos antes de despedirnos de la Virgen del Dulce Nombre y de San Juan Evangelista cuando los músicos de la Oliva comenzaron a interpretar la marcha "María Santísima del Dulce Nombre", interrumpida enseguida para tocar el Himno de España.

















Pasaba un minuto de las tres y cuarto de la madrugada cuando cerrábamos en San Lorenzo un Martes Santo que se desarrolló de la forma en que veníamos soñando desde hacía mucho tiempo. Nada menos que cuatro años.

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