miércoles, 14 de junio de 2023

SAN ANTONIO SALIÓ RECIÉN RESTAURADO SOBRE EL PASO DE MARÍA AUXILIADORA


Como cada 13 de junio, la Hermandad del Buen Fin llevó a cabo la salida procesional de San Antonio de Padua, titular de la corporación, que recorrió durante dos horas algunas de las calles de la feligresía de San Lorenzo e incluso hizo estación en dicha parroquia.
A las siete menos cuarto comenzó la solemne función en su honor, tras la que tuvo lugar el reparto del tradicional pan entre los asistentes. Esto demoró un poco la organización de la procesión, dado que la cruz de guía entre ciriales no salió a la calle San Vicente hasta las ocho y veinte de la tarde; veinte minutos más tarde de lo previsto.
El cortejo estuvo formado por niños portando cirios, varias parejas de hermanos con hachetas, la representación de la Hermandad de la Pastora de San Antonio, el propio estandarte corporativo del Buen Fin, la presidencia, el cuerpo de acólitos y la reliquia del santo.




San Antonio de Padua salió recién restaurado, labor que ha llevado a cabo Carmen Bahima y que ha devuelto a la imagen el esplendor perdido y, sobre todo, la luminosidad del estofado del hábito, dado que la limpieza ha sido una de las principales tareas llevadas a cabo sobre la talla.
Por otra parte, hay que mencionar que la Asociación de Fieles de María Auxiliadora, del cercano colegio de las Salesianas de San Vicente, cedió su paso para la salida procesional de San Antonio, que fue guiado como capataces por Juan José Cobos y Javier Bonilla.
La Centuria Romana Macarena se ocupó un año más del acompañamiento musical, interpretando la Marcha Real en el momento de la salida del paso, encadenada con "Cristo del Amor" para estos primeros metros del itinerario.
















Javier Bonilla fue el encargado de hacer sonar el llamador en la primera levantá en la calle, siempre a pulso 'aliviao', de este paso que presentaba una colorida composición floral, para la que se utilizaron varias jarras del paso de palio de Nuestra Señora de la Palma.
A la plaza de San Antonio de Padua giró el propio santo a los sones de la marcha "Roma", mientras que más adelante sonarían marchas como "Cachorro" o "La Soledad" en el trayecto por las calles Marqués de la Mina y Alcoy.






















A Eslava giró el paso mientras la Centuria Macarena interpretaba "Consolación y Lágrimas". Luego, al igual que hace la cofradía del Buen Fin cada Miércoles Santo, giró a su izquierda para pasar ante la fachada principal de la Parroquia de San Lorenzo, pero con la intención de entrar en ella. Sonó entonces "Requiem" y luego la Marcha Real para la entrada del paso en el templo. Su párroco, Francisco de los Reyes Rodríguez, recibió al santo en la puerta.

























Una vez dentro, el paso, que en mayo ya estuvo en San Lorenzo llevando a su dueña, María Auxiliadora, se dirigió en primer lugar a la capilla de la Soledad, que realizó una ofrenda floral. El párroco, además, pronunció unos rezos en honor a San Antonio precisamente bajo una pequeña imagen del mismo santo que se encuentra junto a la puerta que da a la calle Hernán Cortés.
Posteriormente, San Antonio se acercó a la capilla de la Hermandad de la Bofetá y el párroco rezó entonces el Responsorio, con el que finalizó la estación del santo en la parroquia.









El cortejo se volvió a formar para continuar con la procesión y de nuevo sonó la Marcha Real cuando el paso salió a la Plaza de San Lorenzo, seguida por las marchas "Macarena" y "Llora Sor Ángela". Posteriormente, el paso se detuvo para un relevo de costaleros, y discurrió por la calle Juan Rabadán con una chicotá a los sones de "Virgen de la Paz" y otra a tambor, parándose casi en la esquina con Teodosio.
















Con "Toma tu cruz", San Antonio giró a Teodosio y luego ganó metros con celeridad a tambor hasta pararse muy cerca de Marqués de la Mina, por la que después se metió mientras la Centuria tocaba "Pleitesía, Gitano". 
Cerca ya de la plaza de San Antonio de Padua, Juan José Cobos anunció a los costaleros que le daba en ese punto la alternativa a su hijo Guille, que fue el encargado de llamar al paso y del que su padre dijo que es hermano del Buen Fin desde que nació. Dicho y hecho. Guille llamó, el paso se levantó y con "La Sentencia de Cristo" avanzó por la plaza que lleva el nombre del santo.



















Pocos metros quedaban de esta salida procesional de San Antonio, que giró a la calle San Vicente con la marcha "Mi Cristo caído". Luego hubo una dedicatoria de levantá a Jesús, un niño de diez años componente de la Centuria Juvenil. "Por las dos bandas", dijo el capataz, que apuntó que dentro de ocho años Jesús estará tocando en la Centuria grande.
"En tus manos macarenas" fue la siguiente marcha que se pudo escuchar y luego el paso, sin detenerse antes, entró en el templo mirando hacia el interior. Sonó entonces la Marcha Real y a continuación, con el paso recorriendo la nave central, la Centuria Macarena interpretó "Cristo del Buen Fin".













Con la marcha dedicada al crucificado del Buen Fin, composición que no podía faltar ayer en el repertorio de la Centuria, finalizó, cuando pasaban tres minutos de las diez y media de la noche, la salida procesional de San Antonio de Padua, un santo franciscano de gran devoción.

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