martes, 27 de agosto de 2024

EL GRAN RETABLO CERÁMICO DEL ROCÍO EN LA PARROQUIA DE LOS DOLORES DEL CERRO


La Parroquia de Nuestra Señora de los Dolores del Cerro del Águila presenta un nuevo retablo cerámico que fue bendecido el pasado día 15, Día de la Virgen. Se trata de una obra de grandes dimensiones (4,50 metros de alto por 2,55 de ancho) que representa a la Virgen del Rocío y que ha sido pintada por el ceramista Javier Aguilar Cejas gracias a la donación de una familia perteneciente a la Hermandad del Rocío del Cerro.
Este nuevo retablo cerámico ha sido situado en la fachada de la parroquia que da a la calle Afán de Ribera, a la derecha de la puerta lateral del templo, casi en la esquina con la calle Nuestra Señora de los Dolores. El propio autor de la obra, natural de la localidad cordobesa de Puente Genil, ha ofrecido a la hermandad rociera una detallada explicación de su trabajo que reproducimos a continuación:

"El nuevo retablo de la Virgen del Rocío de la Parroquia del Cerro del Águila de Sevilla responde en su forma a la cerámica popular sevillana y a la tradición de presentar a las imágenes devocionales en las puertas de las iglesias y parroquias para hacerlas accesibles en toda hora a la oración del fiel. Es una simulación de retablo tallado en la calle que mide 4,50 metros de alto por 2,55 metros en su parte más ancha.
He querido rescatar una visión de la Virgen del Rocío ya perdida en el tiempo y para ello me he servido de los antiguos grabados del siglo XVIII, cuando aún la Santísima Virgen se vestía con rostrillos de tela y no de plata o de oro como en la actualidad. Las ráfagas dispuestas algo más bajas de la cabeza hacen que su rostro se despeje y estilice junto con la corona. Con esta disposición la saya es más ancha en la parte inferior, dotándola de un efecto muy regio y añejo. En definitiva, es la Reina de las Marismas de los grabados antiguos, pero retratando fielmente a la imagen que tanto veneramos en la Aldea del Rocío.
Tanto la corona de la Virgen como la del Niño son un encaje de oro decorado con esmeraldas por todas partes cuyo diseño es original, hecho expresamente para esta obra, donde el verde de las esmeraldas nos recuerda a la Esperanza de la Fe del cristiano, siendo a la vez el color del coto de Doñana y la marisma. También es un diseño original la saya de hojas de laurel con la que he querido transmitir el mensaje de la victoria de Cristo y de su Santa Madre sobre el pecado del mundo, una victoria que ponen a nuestro alcance cada vez que rezamos a sus plantas con fervor y recogimiento. Con la oración llegará la victoria sobre las adversidades.
Un anacronismo que me he permitido representar, por lo identificativo de la iconografía, ha sido el de adornar con amapolas y romero las ráfagas de la Señora, puesto que se sabe que este tipo de decoración empezó a usarse a finales siglo XIX y principios del XX, no antes.
Podemos encontrar en las manos de la Virgen, junto al cetro, una ramita de romero en representación de los caminantes, de los romeros que andan hacia Ella todos los años buscando llegar a sus plantas. Todos estamos representados en esa ramita de romero que, como un cetro marismeño, perfuma sus manos y nuestros corazones.
De su otra mano cuelga una medalla con una leyenda que dice: “TÚ ERES LA ALEGRÍA DEL CORAZÓN DEL CERRO”, recordando la alegría de los romeros del barrio cuando salen las carretas para el camino.
A las plantas de la Santísima Virgen nos encontramos una sevillanísima hilera de flores de azahar representando esa explosión de primavera que enmarca la romería del Rocío, donde su mero perfume tanto nos sugiere y hace volar nuestras emociones.
Seguidamente nos encontramos una gran cartela con la tradicional oración “BENDITA SEA TU PUREZA”, tan popular en esta hermandad, enmarcada por una hojarasca dorada (recordemos que estamos ante la simulación de un retablo tallado) entre la que podemos encontrar el escudo corporativo entrelazado con la hojarasca de oro y la flor del algodón, esta última en clara alusión al pasado industrial del barrio ligado a la empresa Hytasa. En el vértice inferior, junto a los roleos y rocallas, nos volvemos a encontrar con una gran esmeralda a juego con otra que decora la cartela de la oración en alusión al verde del camino. Esta esmeralda es el punto de partida de toda la decoración de la obra.
La parte superior del retablo es un medio punto decorado con guirnaldas de rosas que cuelgan a modo de bambalinas perfumadas que enmarcan la figura de la Virgen. Justo detrás de Ella podemos ver la carreta del Simpecado de la Hermandad del Cerro en la popular parada de Los Tres Pinos de Villamanrique de la Condesa; al otro lado vemos la fachada de la casa hermandad que el Cerro tiene en la Aldea del Rocío.
Volviendo al coronamiento, podemos ver cómo todo está decorado con roleos de hojarasca de oro en los que, en su parte central, se abre una cartela con una reproducción del águila de plata del techo de la carreta en la que podemos leer la inscripción “Rocío del Cerro”, y esta cartela a su vez rematada por una gran corona real repleta de perlas y esmeraldas.
Como broche final a toda la decoración e iconografía del retablo, he querido poner otro elemento que nos recuerda la llegada de la primavera en Sevilla y, al mismo tiempo, el sonido inconfundible de esas fechas: las golondrinas; revoloteando alrededor de la Virgen y cantando con sus característicos trinos, como un coro perenne, casi como si hubieran llegado desde sus nidos en la espadaña de su Ermita del Rocío hasta los muros de la Parroquia de Nuestra Señora de los Dolores en el Cerro del Águila".










lunes, 12 de agosto de 2024

EL MODELO DE LA SALUD DE SAN RAFAEL


En las últimas semanas prácticamente han coincidido en el tiempo noticias relacionadas con dos de las hermandades más recientes de la Semana Santa de Jerez; casualmente ambas del Martes Santo. Por un lado, la Hermandad de Bondad y Misericordia aprobaba la sustitución de su dolorosa y de las tallas secundarias de su paso de misterio, labor que realizará José Antonio Navarro Arteaga (ver). Y por otro, se ha dado a conocer, aunque aún no se ha expuesto al culto, la nueva imagen de la Virgen de las Aguas, obra de Fernando Aguado para la Hermandad de la Salud de San Rafael.
Lo de Bondad y Misericordia ha dado como resultado una pataleta (entendible desde el punto de vista humano, aunque las formas fallen) de Ana Rey, imaginera responsable de la dolorosa y los apóstoles que serán sustituidos, y también (a cuatro manos con Ángel Pantoja) del Señor de Bondad y Misericordia, que se mantendrá como titular, en principio...
Por poner en contexto todo este asunto, hay que comenzar diciendo que, durante prácticamente treinta años, Jerez estuvo paralizada en lo que respecta a la fundación de nuevas hermandades. El primer obispo de Asidonia-Jerez, Rafael Bellido Caro, no era nada proclive a su fundación y mantuvo congelado el indudable interés por lo cofradiero que existía en numerosos barrios alejados del centro (o en el mismísimo centro histórico; ahí está Humildad y Paciencia).
Cuando Jerez tenía sólo treinta hermandades de penitencia, Bellido llegó a argumentar que ése era el número perfecto, dado que Jesús comenzó su vida pública precisamente a esa edad, a los treinta años. Hubiera sido muy fácil decirle: "Bueno, señor obispo, pues apruebe al menos tres más, y llegamos a la edad de la Pasión y Muerte de Jesucristo, que es lo que estamos conmemorando"...
Sólo en el tramo final de su vida abrió la mano y favoreció la fundación de la Hermandad de la Clemencia, que hoy podemos considerar la primitiva entre la hornada, muy numerosa, de nuevas corporaciones. Para la historia quedó su llamada al paso del Señor de la Clemencia en la Rotonda de los Casinos durante la Procesión Magna del año 2000. Todo un símbolo, un aldabonazo de los nuevos tiempos que estaban por llegar... aunque ya sin él.
Y es que fue con Juan del Río y con José Mazuelos al frente de la diócesis cuando hubo una auténtica eclosión cofradiera. Baste decir que de aquellas treinta hermandades de penitencia mencionadas, Jerez cuenta ahora con cuarenta y seis. Estamos hablando, por tanto, de un crecimiento en menos de veinte años de más del cincuenta por ciento. A muchos les parece demasiado, pero debemos insistir en que esto se debe a esa parálisis de creación de nuevas hermandades a la que Bellido Caro había sometido a la ciudad. Sin esa parálisis obligada, que ha llevado la Semana Santa a barrios cuyas calles no sabían lo que era hasta hace nada, el crecimiento habría sido más sostenido en el tiempo, más fluido.
El caso es que se puede afirmar que aproximadamente un tercio de las hermandades penitenciales de Jerez son bastante recientes y, dado que hablamos en muchas ocasiones de corporaciones pequeñas en número de hermanos y en capacidad económica, la evolución patrimonial, la adquisición y creación de pasos y enseres de calidad es algo que lleva mucho tiempo y mucho esfuerzo.
Y llegados a este punto, encontramos dos formas de crecer que resultan contrapuestas. Hay hermandades que tienen prisa, quieren correr para tener lo antes posible un Cristo, una Virgen, un paso de misterio con muchas figuras secundarias... y otras que van mucho más despacio, pero caminando siempre sobre seguro.
Así, la Semana Santa de Jerez tiene hermandades muy recientes que ya han recurrido a pedirle al imaginero que retoque sus imágenes titulares porque, no nos engañemos, no gustaron nunca. ¿Y ahora sí? Otras le han dado ya varias vueltas a la escena que quieren representar en sus misterios, si es que por fin lo tienen claro: ahora pongo a éste aquí, ahora lo pongo allí, ahora quito a éste y encargo uno nuevo... Y luego están las que, por no recurrir a una opción de calidad desde el principio, acaban, para entendernos, tirando el dinero porque en pocos años se dan cuenta de que han corrido demasiado, que lo que tienen lo hicieron deprisa sólo para tener algo con lo que salir ya y que tienen que buscar a otro que haga un trabajo mejor, con garantía de calidad. Pero a esto, además de la dificultad económica teniendo que volver a invertir (ahora bien) en lo mismo que ya se invirtió (no tan bien), hay que sumar el conflicto de darle el cambiazo a imágenes que, aunque demasiado discretas, ya tienen sus devotos y no van a aceptar fácilmente su sustitución.
No voy a poner ejemplos concretos de esta primera forma de crecer porque cualquiera que conozca un poco la Semana Santa de Jerez ya tiene esos ejemplos en la cabeza. Así que vayamos con la otra forma de crecer, la que está demostrado que a la larga es la correcta. Y aquí sí voy a poner un ejemplo, el que indica el titular y la foto que ilustra este artículo: la Salud de San Rafael, que es, o debería ser, un modelo a seguir.
La hoy Hermandad de la Salud de San Rafael tiene su sede en la humilde barriada de El Chicle, curiosamente la zona de Jerez para la que Castillo Lastrucci hizo el Señor de la Salud y Remedios de Bellavista, que estaba destinado a ser el titular de un proyecto de hermandad a imagen y semejanza de San Gonzalo. Sin embargo, con el proyecto muy avanzado, el entonces obispo auxiliar de la Archidiócesis de Sevilla en Jerez, José María Cirarda Lachiondo, frustró estos planes, El Chicle se quedó sin hermandad y el Señor acabó en Bellavista, donde procesiona cada Viernes de Dolores.
Volviendo a la Hermandad de la Salud, no lo tuvo fácil en sus inicios, dado que dio varios tumbos hasta que recaló en la Parroquia de San Rafael y San Gabriel, convirtiéndose así en la Salud de San Rafael. En 2005 se bendice la que fue su primera imagen titular, el Señor de la Salud, de Miguel Ángel Segura. Una rápida búsqueda en internet permitirá conocer esta talla a quien no la haya visto nunca. La comparación con el actual, de Fernando Aguado (2012), no deja lugar a dudas de lo acertado que fue el paso adelante que, cuando había que darlo, decidió afrontar esta corporación.
Y es que el cambio de imagen llegó un año antes de la conversión de la agrupación parroquial en hermandad de penitencia y siete años antes de su incorporación a la Semana Santa y a la nómina de cofradías que hacen estación en la Catedral.
Dentro de las posibilidades de una hermandad pequeña enclavada en una zona humilde, la Hermandad de la Salud de San Rafael tuvo claro que tenía que apostar sobre seguro; en este caso por Fernando Aguado, un imaginero plenamente solvente que, además, recibió el encargo de realizar el misterio al completo y la dolorosa que hemos conocido recientemente.
Pero, ¿a qué precio apostó la Salud de San Rafael por la calidad? Pues al precio de estar durante varios años saliendo a las calles, tanto el Sábado de Pasión como el Martes Santo, con el Cristo solo en la inmensidad de su paso. En 2023 se unió un soldado romano y en este año se ha incorporado San Dimas. Y así, sin correr, poco a poco, ese paso se va llenando y seguirá llenándose en los próximos años. Pasito a pasito, pero con firmeza y teniendo claro el objetivo final, lleve el tiempo que lleve. ¿Tendrá la Salud que hacer como otras hermandades y retocar el Cristo dentro de unos años porque no termina de convencer? Pues no parece. Al contrario, convence absolutamente. ¿Habrá que darle vueltas y revueltas al conjunto escultórico del misterio, quitando, poniendo y retocando figuras? Tampoco.
¿No es acaso mejor esta opción que correr por correr dando palos de ciego? ¿No es mejor apostar por la calidad? ¿Y no es la opción más adecuada para evitar polémicas como la que el mes pasado inició una imaginera incapaz de asumir las evidencias? ¿No es más inteligente hacer las cosas extraordinariamente bien desde el principio para no tener luego que dar tumbos y rectificar en exceso?

lunes, 5 de agosto de 2024

VARIOS ESTRENOS PARA EL PRIMER BESAMANOS A LA VIRGEN DE LOS REYES


Los tradicionales cultos en honor a la Virgen de los Reyes, Patrona de Sevilla y su Archidiócesis, han comenzado con el primero de los besamanos, que ha tenido lugar entre la tarde de ayer, domingo, y la mañana de este lunes.
Numerosísimos devotos han pasado por la Capilla Real de la Catedral para encontrarse con la Madre de los sevillanos en un besamanos que ha contado con varios estrenos. Así, es nuevo el pecherín de perlas que llevaba la imagen, diseñado por Francisco Javier Sánchez de los Reyes con la utilización de diversas joyas donadas por los devotos.
También es nueva la saya, de tisú de oro del siglo XIX, tul y perlas; una obra que ha sido donada por la tienda de antigüedades Bastilippo y restaurada por Francisco Carrera Iglesias. Sobre la saya tenía el fajín rojo de borlones dorados y reposaban además las manos de la Virgen, ya que el Niño Jesús, como es habitual, se encontraba en el lado izquierdo del presbiterio de la capilla.
En cuanto al manto que cobijaba a la Virgen de los Reyes, se trataba del azul bordado en oro del taller de Esperanza Elena Caro. Por otro lado, la corona era la de filigrana, obra de Manuel González Rojas de 1876 y recientemente restaurada por Joyería El Oribe.
La Virgen de los Reyes estaba elevada sobre una peana de plata ante la urna de San Fernando y flanqueada por dos jarras con diversas especies florales de color blanco que también veíamos en otros puntos del montaje. Y en los laterales, entre sendas parejas de blandones dorados con cera blanca, había unos frontales de plata con unos pequeños candelabros con velas del mismo color.
Tras el besamanos, mañana comenzará la novena, que se extenderá hasta el día 14. El día 15 serán la procesión por las gradas de la Catedral, la solemne misa estacional y el inicio de la octava, que finalizará el 22 y durante la que tendrá lugar el segundo besamanos los días 20 y 21.