viernes, 4 de julio de 2025

LA MEJOR PASTORA ASSUMPTA


Entre los pasados días 13 y 22 de junio, la sede del Círculo Mercantil e Industrial de Sevilla, en la calle Sierpes, acogió la exposición "La mejor Pastora Assumpta. Arte e historia en torno a la Virgen de Fray Isidoro de Sevilla". La Hermandad de la Pastora de Santa Marina, que vive los preparativos de su Coronación Canónica, fue la organizadora de esta muestra que comenzaba en el patio del Mercantil.
Allí encontrábamos en primer lugar un panel con una foto de la Pastora en su paso, la rotulación de la calle que lleva su nombre y el retablo cerámico que en ella existe. Además, alrededor de todo ello veíamos papeles con dedicatorias y dibujos realizados por niños, y el llamador del paso.



También se mostraba un extracto del texto que informa de la aprobación de la rotulación de una calle como Divina Pastora, un acuerdo del Ayuntamiento de Sevilla de 1897.


A su lado, el libro "La Divina Pastora y el Voto de la Asunción" (Manuel Martín Campos, 1908), en el que se reproduce una carta del clero parroquial de Santa Marina y San Marcos de fecha 31 de mayo de 1896, en la que se solicita la rotulación de la calle.


Detrás de todo lo anterior se podían ver dos ovejas del paso de la Divina Pastora, realizados por Gumersinso Jiménez Astorga en 1876 para el paso del Dulce Nombre de Jesús de la Hermandad de la Quinta Angustia, a la que la cofradía de la Pastora de Santa Marina se los compró en 1907.



Pasamos a la primera sala de la exposición, en la que encontrábamos un retrato de Fray Isidoro de Sevilla de 1749, pintado por Juan Ruiz Soriano y Juan de Espinal.


A su lado estaba el lienzo primitivo de la Divina Pastora, atribuido a Cristóbal López (1703), donde aparece la Virgen María representada con la iconografía ideada por Fray Isidoro de Sevilla.


Nos encontrábamos a continuación con una serie de documentos y enseres expuestos en vitrinas, como la licencia para construir el camarín de la Divina Pastora en la Parroquia de Santa Marina (1705); la licencia para el traslado de la imagen desde el Convento de la Encarnación hasta Santa Marina (1705);  la solicitud al asistente de Sevilla para la procesión (1717); dos estampas antiguas y la medalla primitiva de la hermandad (1705); la nómina de fundadores de la hermandad (1703); y el auto al provisor del Arzobispado por el que se solicita una capilla en la Parroquia de San Gil (1704). Además, veíamos un plano de la zona de Santa Marina que ocupaban las dependencias de la hermandad.








Al lado se mostraba una cabeza de ángel de madera procedente del retablo destruido de la Divina Pastora en Santa Marina (1714-1715).


Continuamos con una pintura de la Divina Pastora de autor anónimo del siglo XVIII.


En otra vitrina estaba la real cédula de dotación de las fiestas de la Divina Pastora por parte del rey Felipe V (1733).


De 1725 es una convocatoria de la novena celebrada en la Iglesia de San Juan de la Palma que veíamos enmarcada.


A su lado, el simpecado de gala, del último tercio del siglo XVIII, realizada en el taller de Vicente Bazo, Ana Davied y Antonia Bazo. Y delante del simpecado se veía una pequeña imagen de la Pastora de la que no se indicaba dato alguno.




También se mostraba el primitivo lienzo del simpecado de gala, atribuido a Alonso Miguel de Tovar (1732).


Otra vitrina se encontraba a continuación, con una concordia con la comunidad capuchina de Sevilla (1757); el presupuesto del risco realizado por Juan de Hinestrosa (1738); un ejemplar de la novena y una antigua fotografía de la imagen.




Continuamos con dos grabados de la iconografía pastoreña, el acta de 22 de noviembre de 1750 por el que se decide celebrar exequias fúnebres a Fray Isidoro de Sevilla en Santa Marina, y una recreación virtual del catafalco instalado en Santa Marina por este motivo el 6 y 7 de febrero de 1751.




Veíamos luego el simpecado del rosario de mujeres, de autoría anónima en el bordado y pintura de Bernardo Lorente Germán. Se cree que pudo ser confeccionado en el año 1737.



Seguimos con la cruz procesional del rosario de mujeres, de autor desconocido (1738).


También se expusieron distintos enseres litúrgicos, como un cáliz anónimo mexicano de 1770; una casulla, una estola, un manípulo, un paño cubrecáliz, una palia, una hijuela y una bolsa de corporal del siglo XVIII; y dos dalmáticas.




Aún en la primera sala se podía ver una antigua oveja de la Virgen atribuida a Bartolomé García de Santiago (1705); una talla de San Miguel Arcángel del mismo autor (1714-1717); y un ostensorio de José Guzmán Linares datado en torno al año 1800.




Pasamos a la segunda sala de la muestra, en la que veíamos en primer lugar la convocatoria de la novena que se celebró en 1833 con motivo de la epidemia de cólera que afectó a la ciudad.


En una vitrina se mostraban una carta de la hermandad al rey Fernando VII durante su secuestro en Sevilla (1823) y la de aceptación del mismo monarca como hermano mayor fechada tres años antes.



Enmarcada se podía ver la convocatoria de la solemne novena y procesión de 1828, con la particularidad de estar impresa en seda carmesí como obsequio a los benefactores de la corporación.


Al lado estaba otra convocatoria, ésta de la misión de rogativas por la liberación de Fernando VII (1823).


A ambos lados de esta convocatoria se situaban las varas de la hermandad, realizadas por Ambrosio Ambrosiani en 1822.



Continuamos con una mantilla de terciopelo anaranjado, de Francisca y Rita Zuloaga Sánchez, realizada entre 1800 y 1839.


Bajo dicha mantilla se exponían tres sayas de la Divina Pastora. Por este orden, una de brocado de tonalidad dorada del siglo XVIII, otra de brocado blanca de la misma época y la saya de registros atribuida a las hermanas Zuloaga, de entre 1800 y 1839.




Seguimos con un crucificado de autor anónimo de la primera mitad del siglo XIX.


Después encontrábamos un retrato fúnebre del hermano Manuel del Real García (1848) y la esquela que anunciaba su funeral en Santa Marina.



A continuación se exponía el simpecado del rosario mixto, realizado en el siglo XIX por un autor desconocido, y una foto del mismo simpecado siendo portado por un hermano



Del siglo XIX son también las varas y el palermo del mayordomo que veíamos también en la muestra.



A su lado, la convocatoria para la recuperación del rosario callejero (1831); la cruz de guía de 1790 de autor anónimo; la convocatoria de cultos para la novena en la Parroquia de San Román por obras en Santa Marina (1865); una convocatoria de cultos en el Convento de Santa Paula por la intercesión de la Divina Pastora ante una epidemia de cólera-morbo (1884); y una curiosa convocatoria de la Hermandad Sacramental del siglo XVIII.






Pasamos a otros documentos expuestos en vitrinas. Así, veíamos una convocatoria de cultos en acción de gracias por el fin de la epidemia de 1833 ya mencionada; la partitura del himno de acción de gracias de 1884, de Francisco José Feo; las alabanzas tituladas "Las Pastorelas", de Francisco Javier Rodríguez (1892); la Misa a la Divina Pastora, del siglo XIX; uno de los trajes de zagal de los niños de la hermandad, del siglo XIX; las vitelas del Libro de Ordenanzas de la Hermandad Sacramental de Santa Marina, de José Rodríguez de Molina (1806); unas antiguas reglas escritas a mano; y las vitelas del Libro de Reglas de la Sacramental de 1825, pintadas por Andrés Rossi.









Continuamos con la Bandera de la Realeza, realizada en el siglo XX por un autor desconocido.


Veíamos a continuación tres convocatorias de cultos: una de 1928 del primer besamanos a la Divina Pastora; otra de la conmemoración de la definición dogmática de la Asunción (1950); y otra de la novena de 1903.




Asimismo, se mostraba una telegrama recibido por la hermandad de parte del Vaticano.


En una vitrina se exponían más documentos interesantes sobre la historia de la hermandad, tales como el certificado de la presencia de la Divina Pastora en la Exposición Iberoamericana de 1929; la solicitud al padre provincial de los Capuchinos de Andalucía para iniciar los trámites de la beatificación de Fray Isidoro de Sevilla (1905); la carta de Fray Juan Bautista Ardales por la que se solicita ayuda a la hermandad para celebrar el CCL aniversario de la advocación (1953); el comunicado por el que se informa al arzobispo del juramento del voto de la Realeza de María (1950); el acta de cabildo por el que se informa de la designación de la Divina Pastora de Santa Marina como patrona del deporte en Sevilla (1959); así como un programa de la II Semana Deportiva (1959) y algunas fotos antiguas.






A su lado nos encontrábamos con la Bandera Asuncionista, confeccionada en 1907 por Concepción Manzano y Vargas.


La muestra seguía con una reliquia de San Francisco de Asís, el documento de admisión de la hermandad en la Fraternidad Franciscana de la Provincia Bética, la Bandera Franciscana, la Carta de Hermandad con la Comunidad Capuchina, y el relicario de Fray Diego José de Cádiz (Orfebrería Villarreal, 1989).






Más documentos se exponían a continuación, como la solicitud de aprobación de una junta reorganizadora en la Iglesia de San Martín (1978); el decreto del arzobispo Carlos Amigo Vallejo retirando la propiedad de la capilla en Santa Marina (1989); la solicitud de cesión de la Capilla de San Bernardo del antiguo Hospital de los Viejos (1990); y la portada del Diario de Sevilla del 21 de septiembre de 2021, en la que se destaca la vuelta de la normalidad a las procesiones tras la pandemia con la salida de la Divina Pastora.





Además, en la misma vitrina se mostraban varios puños de encaje y la joya conocida como el zurrón, realizado en plata de ley en el siglo XIX.


Seguidamente, veíamos dos sayas del siglo XIX: una anónima de brocado azul y la procesional, bordada en oro a realce sobre tisú de plata, atribuida a Patrocinio López.



A su lado se podía ver una pellica de lana merina natural (Ángel García Pérez, 1998) y un sombrero de encaje de oro sobre tisú del mismo metal, con lazada de encaje de punta de España y lentejuelas, y flores contrahechas (Diego Colchero Barba, 1991).


También observábamos una pintura de la Divina Pastora sobre los templos de San Gil y su capilla actual, así como las columnas de la Alameda de Hércules. No se mencionaba nada sobre autoría y datación.


Se exponía por otro lado una saya de tisú de color rosa bordada en oro, confeccionada en 2002 por Jesús Miguélez.


Y una última convocatoria de cultos expuesta era la del triduo extraordinario celebrado en 2003 con motivo del tercer centenario de la advocación pastoreña.


Por otro lado, en el centro de la sala estaba tumbado el Simpecado de los Maestrantes, realizado en el siglo XIX por un autor desconocido.


Y finalmente, la exposición concluía con dos vitrinas más en las que se mostraban sombreros, aros de estrellas, broches, medallas y joyas varias, así como diversas distinciones y fajines regalados a la Pastora de Santa Marina a lo largo de los años.










Aunque con algo de retraso desde su celebración, sirva este reportaje para dejar constancia de una exposición que ejerció de interesante antesala de la Coronación Canónica de la Divina Pastora de Santa Marina, que tendrá lugar el próximo 27 de septiembre.

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