El Cristo de la Humildad y Paciencia que recibe culto en la Capilla de los Marineros fue retirado del culto en diciembre para una prolongada restauración, labor que llevan a cabo Juan Alberto Fílter Peinado e Isabel María Rabadán del Saz, y que está previsto que culmine el próximo mes de septiembre.
Durante este tiempo, los restauradores eliminarán la suciedad de la policromía, repondrán las lagunas existentes y consolidarán la estructura de esta talla de autor anónimo y de la que se hizo cargo la Hermandad de la Esperanza de Triana durante su estancia en la Parroquia de San Jacinto.
Para presidir su retablo, situado en la nave de la Epístola de la capilla de la calle Pureza, la hermandad ha colocado a la imagen de Santa María Magdalena que habitualmente se encuentra en el museo de la corporación. Es una talla también de autor desconocido que a lo largo del siglo XIX iba junto a la Virgen de la Esperanza y a San Juan Evangelista en el paso de palio conformando la Sacra Conversación.
La Magdalena, elevada sobre una fina peana de plata, se presenta en el retablo con un pequeño nimbo de orfebrería dorada y sostiene en su mano izquierda un cáliz de plata.
Junto al retablo, para que los numerosos devotos que el Cristo de la Humildad y Paciencia tiene en Triana puedan seguir viéndolo, se ha colocado una foto suya de gran tamaño y debajo una urna para la recogida de donativos destinados a sufragar su restauración.
No hay comentarios:
Publicar un comentario