miércoles, 30 de octubre de 2024

LA VIRGEN DE LAS LÁGRIMAS, BAJO PALIO Y CON UNA RÁFAGA EN SU BESAMANOS


El pasado fin de semana tuvo lugar el besamanos a Nuestra Señora de las Lágrimas, de la Hermandad de la Exaltación; un culto que sorprendió en su montaje al encontrarnos a la dolorosa bajo su palio, pero sobre todo porque lucía una ráfaga, una visión nada habitual en ella.
El palio estaba montado en el presbiterio de la Iglesia de Santa Catalina sobre sólo diez varales, ya que dos de ellos faltaban para permitir a los devotos entrar por un lado para besar la mano derecha, la que ofrecía la Virgen, saliendo a continuación por el lado contrario. Vestía su manto procesional, del taller de Olmo (1919), y la saya azul de Teresa del Castillo (1874). En la cabeza tenía su corona de salida, de Eduardo Seco Imberg (1938), y en el pecherín un puñal, una cruz pectoral y el alfiler con su advocación.
La ráfaga, de orfebrería dorada, fue cedida para la ocasión por la Hermandad de Santiago Apóstol de Aznalcázar, que también prestó la media luna que Nuestra Señora de las Lágrimas tenía colocada a sus pies.
Junto a la dolorosa, que estaba elevada sobre una sencilla peana plateada, había dos candeleros con velas rizadas, y en el lado izquierdo había otro candelero con el lema "En cada lágrima una vida" pintado en el cirio, en alusión a los pacientes oncohematológicos y a los donantes de médula. Y delante, ante los primeros varales del palio, había unos pequeños candelabros con cinco velas blancas cada uno.
En cuanto al exorno floral, repartido en un friso entre los candelabros y en cuatro jarras del palio entre los varales, estaba compuesto por rosas de color crema, tulipanes de tonalidad lavanda, orquídeas, hortensias rosas y azules, claveles, flor de arroz y serrurias.
Detrás, ocultando el retablo mayor del templo, se alzaba el altar del triduo celebrado días atrás, presidido ahora por las imágenes de San Juan y Santa María Magdalena de la hermandad, situados sobre la peana procesional de la Virgen y ante el repostero del Cautivo de San Ildefonso. En el altar se utilizaron también parte de los respiraderos del paso de palio, numerosos candeleros con cera blanca, los antiguos faldones, un manifestador con una talla de San Juanito, dos faroles y dos ángeles escoltando el templete que figura en la calle central de la candelería del palio.





























EL CRISTO DE LA CORONACIÓN DE JEREZ PRESIDIRÁ EL VÍA CRUCIS DE 2025


La Unión de Hermandades de Jerez ha escogido al Santísimo Cristo de la Coronación de Espinas para presidir el Vía Crucis de las Cofradías de 2025. Será la segunda vez que el titular de la Hermandad de la Coronación presida este culto conjunto, ya que lo hizo en 1993, cuando se celebró en el Convento de Santo Domingo.
Precisamente, el año que viene se cumplirá un siglo desde que la hermandad llegara a su sede canónica actual, la Capilla de los Desamparados, y 75 años desde que se incorporara como titular de la corporación la actual imagen de María Santísima de la Paz en su Mayor Aflicción.
El Señor de la Coronación de Espinas será protagonista del Vía Crucis de 2025, curiosamente un año después de que lo haya sido el Señor del Consuelo, de la Hermandad del Transporte. Así pues, dos imágenes de la misma jornada, el Domingo de Ramos, van a presidir el Vía Crucis de las Cofradías en años consecutivos.
El Vía Crucis se celebrará en la Catedral de Jerez el próximo 10 de marzo de 2025, primer lunes de la Cuaresma.

UN GRAN MURAL CON LA CONCEPCIÓN DE JEREZ EN LOS BAJOS DE SU PUENTE


Los muros del puente del ferrocarril de Jerez que recibe el nombre de María Santísima de la Concepción, en la frontera entre la barriada de la Vid y la zona centro de la ciudad, estrenó hace algunas semanas una pinturas dedicadas al mundo del vino. Pol Tatoo y Fran Castro son los autores de esta obra de arte que incluye un retrato de la Virgen de la Concepción, de la Parroquia de Nuestra Señora de las Viñas y, por este motivo, vinculada también al vino.
En la reciente salida de la dolorosa de la Hermandad de las Viñas con motivo de la Magna Mariana, el paso de palio se volvió ante su retrato, dando lugar a un momento muy emotivo para todos los presentes. Fue de alguna manera la inauguración de este mural, que refleja casi como si se tratara de una fotografía el rostro de la imagen.
El discurrir de la Hermandad de las Viñas por el puente es siempre un punto destacado de su itinerario cada Viernes Santo. A partir de ahora, gracias a la fascinante decoración de los muros, y especialmente a la presencia de la dolorosa en ellos, lo será aún más. Y es que incluso con un bote de spray se puede hacer arte cofradiero de gran calidad. Quien pase por los bajos del Puente de María Santísima de la Concepción Coronada lo podrá comprobar.



MAGNA MARIANA JEREZ 2024: BESAMANOS A NUESTRA SEÑORA REINA DE LOS ÁNGELES


La Hermandad de la Sagrada Mortaja se unió a la jornada especial de la Magna Mariana exponiendo en besamanos extraordinario a Nuestra Señora Reina de los Ángeles, que se presentó a los devotos ante su altar del Convento de Capuchinos. En este templo tienen su sede dos hermandades de penitencia: la Defensión y la Mortaja, y ninguna de las dos participó en la Magna. Sin embargo, hubo dos dolorosas que salieron de allí en esa jornada, como fueron la Virgen de las Mercedes, de la Hermandad del Soberano Poder (ver) y Madre de la Iglesia, de la Hermandad de la Redención (ver).
La Reina de los Ángeles vestía un conjunto de manto y saya de terciopelo negro bordado en oro y sedas con un lazo a modo de cíngulo en la cintura. Llevaba corona, puñal y ráfaga de plata, como también eran de plata la media luna que tenía a sus pies y la peana sobre la que estaba elevada. Sujetaba tres rosarios, uno en cada mano y otro colocado en el pecherín dejando colgar la cruz como si fuera una cruz pectoral. La mano derecha es la que daba a besar.
Flanqueando a la dolorosa atribuida a Juan de Astorga había dos jarras doradas sobre sendos pies de base cuadrada con el escudo de la hermandad en el centro. Las jarras contenían rosas de color rosa y crisantemos de una tonalidad malva. Y más hacia los laterales se dispusieron seis candeleros con cera blanca, tres a cada lado, así como dos ángeles con filacterias negras y letras doradas en las que se podía leer "Regina Angelorum".
Detrás, ante un cortinaje negro en forma de pabellón y un repostero también negro con bordados en oro, se situaba una talla de San Francisco de Asís entre candeleros y flores de talco; mientras que el guión corporativo se ubicaba en el lado izquierdo.