jueves, 29 de marzo de 2012

AÑO JUBILAR EN EL CALVARIO


Este año se cumplen 400 años desde que Francisco de Ocampo tallara al impresionante Cristo del Calvario, lo que ha dado lugar a la concesión del Año Jubilar por parte de la Penitenciaría Apostólica. Esto queda patente en la Parroquia de la Magdalena fundamentalmente a través de dos señales bien visibles. Por un lado, durante todo el año se podrá acceder al templo a través de la llamada Puerta de Santo Domingo, situada junto al retablo cerámico del crucificado y la más cercana a la capilla de la hermandad; una puerta que no se abre prácticamente nunca.
Por otro lado, el Santísimo Cristo del Calvario presidirá la Parroquia desde el altar mayor, donde estará hasta su subida al paso el próximo Sábado de Pasión y lugar al que volverá pasada la Semana Santa.


Pero además, para no dejar lugar a la duda, en el pasillo que lleva hasta el interior del templo desde la puerta de la calle Bailén se ha colocado un cartel donde se explica todo lo que tiene que ver con la concesión del Año Jubilar.
En la parte de arriba se puede ver un dibujo del crucificado con la leyenda "Calvario 400 años. 1612-2012". El texto que sigue dice: "La Penitenciaría Apostólica, por especial mandato del Sumo Pontífice, concede el Año Jubilar con Indulgencia plenaria aneja, en las condiciones acostumbradas (confesión sacramental, comunión eucarística y oración por las intenciones del Sumo Pontífice) llevadas a cabo como es debido, para que los miembros de la Cofradía y todos los fieles cristianos con verdadero arrepentimiento la alcancen; la cual podrán aplicar también a modo de sufragio a las almas del Purgatorio, si visitan devotamente al Santísimo Cristo del Calvario, y ante la imagen, expuesta a la pública veneración, asisten a una función sagrada o al menos durante un espacio conveniente de tiempo estuvieran dedicados a consideraciones piadosas, incluyendo el Padre Nuestro, el Símbolo de la fe e invocaciones a Jesús Crucificado y a la Madre Dolorosa.
Los fieles cristianos piadosos, impedidos por la edad o por una enfermedad grave, podrán alcanzar la Indulgencia plenaria, si admitida la detestación de todo pecado, y con la intención de cumplir, cuanto antes le fuese posible, las tres condiciones acostumbradas, se uniesen espiritualmente a los ritos jubilares, ofreciendo sus preces y dolores a Dios misericordioso por medio de María.
Todos los fieles, incluso muchas veces al día, podrán ganar Indulgencia parcial, si al menos con corazón contrito, se ocuparen piadosamente en las obras de misericordia, de penitencia o evangelización propuestas por el Excelentísimo Arzobispo de Sevilla".

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