sábado, 18 de abril de 2015

JUEVES SANTO 2015: UN DÍA COMPLETO DE ACIERTOS Y VOLUNTAD DE MEJORAR

Lo decimos cada año y es necesario insistir: el Jueves Santo no es el aperitivo de la Madrugá, no es la antesala, no es el entretenimiento con el que uno espera lo que está por venir. En absoluto. El Jueves Santo es, por méritos propios, una de las jornadas más completas de la Semana Santa, con siete hermandades que por sí solas bastarían para llenar las calles.
En este 2015, además, esta jornada ha demostrado una gran voluntad de mejorar, reordenando itinerarios y horarios que nos han regalado escenas inéditas. Y, por supuesto, siguiendo la inercia de todos los días anteriores, ha sido una jornada de calor intenso, como también lo fue en 2014.
Ese calor se hacía evidente a las tres de la tarde frente a la Capilla de la Fábrica de Tabacos, donde puntualmente se abrieron las puertas de cristal para dar paso a la dorada cruz de guía de la Hermandad de las Cigarreras, y a los nazarenos cuyos antifaces de raso morado brillaban bajo el sol.
La cofradía de Los Remedios, que sigue buscando, tanto la hermandad como el barrio, una solución definitiva desde el punto de vista urbanístico para los terrenos de la antigua fábrica hoy sin actividad, salía a la plaza que se abre ante el funcional templo cigarrero para comenzar su estación de penitencia.
Son alrededor de quinientos los nazarenos que conforman el cortejo de la cofradía, por lo que la espera se hizo breve antes de la aparición del paso de misterio de la Columna y Azotes de Nuestro Señor Jesucristo, adornado, como desde 2003, cuando se estrenó el nuevo misterio de Navarro Arteaga, con lirios morados salpicados de cardos.
Jesús es azotado por dos soldados romanos, uno de los cuales aprieta los labios para hacer más fuerza contra la espalda del Señor, mientras otro prepara el ungüento necesario para evitar su desmayo y que sienta todos y cada uno de los golpes. A este desgarrador misterio puso música la Banda de Cornetas y Tambores de las Cigarreras, que interpretó para su Cristo la impresionante marcha "Y fue azotado" mientras el paso sorteaba la fuente y se encaminaba hacia el exterior del recinto, buscando la calle Virgen de la Victoria y Asunción.





































Es una de las dolorosas más conseguidas de toda la Semana Santa y sale a las calles bajo un palio de cajón de gran personalidad, felizmente restaurado hace pocos años. Cierto es que a este palio le va más la noche que las horas centrales del día, pero en cualquier caso, es una delicia encontrarnos con un palio de finales del siglo XIX, con sabor a romanticismo y a fotografías en blanco y negro.
La banda de música de la propia hermandad interpretó, tras el Himno Nacional, la marcha "El Corpus". Al fin y al cabo, es Jueves Santo, el día de la institución de la Eucaristía. El paso de palio, con claveles blancos, avanzaba sin pausa, hasta quedar detenido durante varios minutos antes de salir a la calle Juan Sebastián Elcano, el navegante que sobrevivió a la primera vuelta al mundo por mar, consiguiendo regresar en la Nao Victoria a Sevilla. Ahora era la nave del palio de la Virgen, casualmente, de la Victoria la que surcaba el mar devocional del Jueves Santo.
Una familia de origen sudamericano mostraba su admiración por la Virgen, e insistía a uno de sus miembros a realizar una buena foto, lo más cerca posible de la dolorosa, que por fin salió en dirección a la calle que lleva su nombre, con la marcha que igualmente lo lleva, "Virgen de la Victoria", con la que se encaminó a la calle Asunción, antes de cruzar el Guadalquivir que vio regresar a Elcano por el Puente de San Telmo.
































Dentro de los cambios realizados en el Jueves Santo para mejorar el día, hay que destacar el radical cambio de itinerario de ida a la carrera oficial de la Hermandad de los Negritos, que al salir tomó por la Puerta de Carmona, San Esteban, Plaza de Pilatos, Águilas y Alfalfa, para bajar a la Plaza del Salvador por Jesús de las Tres Caídas y Cuesta del Rosario.
Ha sido todo un acierto, dado que cualquier cofradía que sustituya la horrorosa calle Imagen y las Setas gana en belleza sí o sí. Ver al Cristo de la Fundación bajando con calma la Cuesta del Rosario a plena luz del día y recortando su silueta ante la fachada del Salvador ha sido uno de los principales descubrimientos de esta Semana Santa.
Y otro acierto ha sido el exorno floral del paso de Cristo, en el que, después de las minigerberas de 2013 y las calas color chocolate de 2014, Javier Grado ha optado por lirios morados con espinos, una sencilla genialidad y un colorido contrapunto a la caoba del paso del crucificado que tallara Andrés de Ocampo en 1622, y que en la Plaza del Salvador recibió una saeta por parte de Manuel Cuevas.

































Por su parte, el personalísimo paso de palio de Nuestra Señora de los Ángeles bajó la Cuesta del Rosario en auténtico triunfo, subrayando el contraste entre el paso del Cristo de la Fundación, con el acompañamiento de música de capilla, y el propio palio, con la Banda de las Nieves de Olivares enlazando unas marchas con otras.
En concreto, se escucharon por la Cuesta las composiciones "Virgen de la Paz", "Aniversario macareno" y "Virgen de las Aguas", con la que la Virgen de los Ángeles alcanzó la Plaza del Salvador, donde después de una breve parada sonó "El Corpus".
El paso de palio, con rosas blancas y rosas mezcladas con otras flores, se paró frente al balcón desde el que Manuel Cuevas volvió a dar muestras de su peculiar forma de cantar saetas. Acto seguido, continuó su novedoso camino con la marcha "Virgen de la Palma". Por delante, hasta la Campana, quedaban Sagasta, Jovellanos, Tetuán, Velázquez y O'Donnell, itinerario 'descubierto' por la Hermandad de las Penas para su regreso a San Vicente el año pasado.

























En su camino de ida a la carrera oficial, la Hermandad de Monte-Sión ha recuperado este año la escolta de la Policía Nacional a caballo, como los mayores recordarán que ocurría hasta hace unos 40 años; un estreno que ha incidido en el sabor a barrio antiguo que esta cofradía de la calle Feria no ha perdido con el paso del tiempo.


La calle Feria es un hervidero de personas esperando al Señor de la Oración en el Huerto, que ha vuelto a lucir este año la túnica azul bordada en el taller de la hermandad y estrenada el año pasado. Por su parte, el ángel ha llevado una túnica de tisú de plata del siglo XIX.
Cada chicotá viene acompañada por una marcha de la Agrupación Musical de Nuestro Padre Jesús de la Redención, con la que el paso avanza haciendo mover las ramas de un olivo real, ya que en este caso no se trata de ramas pegadas a un tronco artificial. Un gran acierto el de esta hermandad al sustituir hace ya unos cuantos años las cornetas y tambores por el sonido de una agrupación.
Este año ha sido Juan Antonio Álvarez el encargado de guiar a la cuadrilla del paso de misterio, ya que Manuel Vizcaya se ha hecho cargo del paso de palio tras la renuncia de Paco Reguera, que fue hasta 2014 el capataz de la Virgen del Rosario.
El paso, con un monte de claveles rojos, se aleja por Correduría y nos deja la contemplación de San Juan, Santiago y San Pedro durmiendo bajo el olivo, ajenos a los padecimientos del Señor, que llega a sufrir de hematidrosis, al sudar sangre por la presión psicológica que en ese momento estaba sufriendo, sin el acompañamiento de sus discípulos. La sangre y el agua que brotarán después tras la lanzada, ya tuvieron un preludio en el Huerto de los Olivos.
















Detrás, la Virgen del Rosario, que el pasado 1 de noviembre cruzó el Puente de Triana en su pequeño palio de traslados para visitar a la Estrella. Venía bajo su airoso paso de palio de malla bordada y los doce rosarios colgando de cada uno de los varales.
Es quizá en el paso de palio donde más se aprecia el carácter de cofradía de barrio de Monte-Sión, y eso pese a que en el repertorio musical de la Banda Municipal de La Puebla del Río no faltan marchas más sobrias, como "Hosanna in excelsis", que le fue interpretada en Feria, antes de girar a Correduría. Sin embargo, acto seguido sonó "Coronación", a la que siguió "Virgen de la Paz".
La Virgen del Rosario, bellísima dolorosa que está entre las más antiguas de la Semana Santa, ha estado vestida este año de una forma que ha recordado épocas anteriores, sin que faltara en el pecherín la Medalla de la Ciudad, concedida hace ya once años con motivo de su Coronación Canónica. En cuanto al exorno floral, han llamado la atención las esquinas, demasiado voluminosas, que cubrían gran parte de la orfebrería de maniguetas, varales y respiraderos.



























En la calle Laraña, un grupo de tres argentinos en edad de estar disfrutando de un apacible viaje de jubilados pregunta por el nombre del "paso" al que pertenecen los nazarenos de capirote y túnica morada que empiezan a pasar delante de él. "Es la Hermandad del Valle y no tiene un paso, sino tres", reciben como respuesta, dejando la duda de si conocen la diferencia entre cofradía y paso.
Para liar aún más la cosa, la cofradía lleva además en unas pequeñas andas la reliquia de la Santa Espina, portada por cuatro hermanos.


El primer paso propiamente dicho es el de la Coronación de Espinas, exornado, como la Santa Espina, con rosas rojas. La espléndida imagen que tallara Agustín de Perea en 1687 luce este año la clámide conocida como de los bodoques, que ha sido felizmente restaurada por Jesús Rosado. Pero no es el único estreno, ya que Daroal ha decorado los escalones sobre los que está el Señor, dándole una apariencia de mármol verde y con una serie de inscripciones que hacen referencia al momento de la Pasión que representa este primer paso de misterio.
La Banda de Música del Maestro Tejera interpreta en la salida la marcha "Cristo de la Coronación de Espinas". Será la única que suene para este paso, que durante el resto de la estación de penitencia estará acompañado por música de capilla y una escolanía.



















Asoma el segundo paso y uno de los argentinos vuelve a preguntar por el nombre. Nuestro Padre Jesús con la Cruz al Hombro ha salido por primera vez a la calle desde su impecable restauración a cargo del Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico (IAPH).
Fiel a su estilo, el paso presenta una llamativa variedad floral a base de lirios morados, calas blancas, claveles rojos, alhelíes morados, antirrinos granates, romero, cardos y hojas de magnolio.
Por otra parte, hay que señalar el paño de la Verónica, obra de Dionisio González, la primera obra de este tipo en formato digital, lo que incide una vez más en la apuesta de la Hermandad del Valle por la innovación artística, experimentada ya en años anteriores con la elección de pintores de estilos que se alejan del clásico estilo pictórico vinculado al mundo de las cofradías. El paño, difícilmente apreciable desde la calle, ha representado además el rostro no del Nazareno, sino del Cristo de la Coronación de Espinas.
"Jesús con la Cruz al Hombro" suena en la salida de este segundo paso, que posteriormente irá en completo silencio durante todo el recorrido.














Y finalmente, con la esperada pregunta previa del argentino, sale a la calle Laraña el paso de palio de la Virgen del Valle, la dolorosa de los ojos verdosos atribuida a las manos de Juan de Mesa. Inevitable el clasicimo de las jarras con claveles rosas dispuestos de forma cónica y bicónica hasta alcanzar una altura considerable.
No tarda en sonar una de las marchas más emotivas de la Semana Santa, "Virgen del Valle", la fúnebre composición que Vicente Gómez Zarzuela dedicó en 1898 a su amigo Alberto Barrau, fallecido en un accidente fluvial en el Guadalquivir. Sin duda, la marcha denota la tristeza por la pérdida del amigo, adaptada muy bien a la Virgen del Valle, que a quien está a punto de perder es a su propio Hijo.
Con esta bellísima marcha, la Virgen del Valle recorre los primeros metros de Laraña buscando las novedades que también esta hermandad ha tenido este año en su itinerario, al rodear, como el Buen Fin y los Panaderos la noche anterior, por Daóiz, García Tassara y San Miguel, para alcazar la Plaza del Duque desde Trajano. Dentro de los retoques de este Jueves Santo, se optó por este pequeño rodeo para permitir a la Hermandad de Pasión extenderse con mayor tranquilidad por Cuna, Orfila y Javier Lasso de la Vega cuando la cofradía del Salvador aún está saliendo.

















Efectivamente, por la calle Cuna venían los nazarenos negros de Pasión, con el característico emblema de la Merced en el antifaz. Y aquí encontramos otro de los grandes aciertos de este Jueves Santo, como es el hecho de que el Señor de Pasión ha salido de nuevo, dos años después, con túnica bordada. En este caso, ha llevado la más antigua de las túnicas de su ajuar, la que en 1845 bordó Manuel María Ariza y que es conocida como la de los cuernos de la abundancia.
Como se recordará, en 2013 Pasión salió a las calles con la túnica de los acantos, de Teresa del Castillo, con la que iba a salir en el Vía Crucis extraordinario del Año de la Fe en febrero. La lluvia impidió que salieran los pasos participantes en aquel vía crucis, por lo que la hermandad decidió que saliera de la misma manera el Jueves Santo.
Este año, también ha sido un motivo extraordinario el que ha llevado a sacar del armario la túnica de los cuernos de la abundancia para que el Señor de Pasión realizara su estación de penitencia. En concreto, se trata de la celebración del cuarto centenario de la talla, atribuida con fundamento a Juan Martínez Montañés. Sorprende, sin embargo, la rápida aclaración realizada por la hermandad: es algo extraordinario y nada más. No es que a partir de ahora se vaya a ver al Nazareno indistintamente con túnica lisa o bordada en Semana Santa. Nada de eso. La norma no escrita que la hermandad pretende seguir aplicando, vaya usted a saber por qué, es que salga siempre con túnica lisa.
Uno a veces se pregunta si la Hermandad de Pasión es consciente de la calidad del patrimonio que tiene. El Nazareno se concibió para que llevara túnica bordada, pero la hermandad se empeña en utilizar las lisas hasta en los besapiés; el impresionante paso de plata se concibió para albergar a dos imágenes, el Señor de Pasión y el Cirineo, pero la hermandad se empeña en sacar solo al Nazareno; Sebastián Santos talló la que probablemente sea la mejor figura secundaria del siglo XX, el Cirineo que, una vez más, la hermandad se empeña en mantener en un oscuro rincón del Salvador (y menos mal que sabemos dónde está)... Gran patrimonio el de la cofradía, aunque tristemente desaprovechado.
Claveles rojos han conformado el monte que ha pisado este Jueves Santo el Señor de Pasión, que ha llevado corona de espinas y potencias.






Tras un gran número de penitentes con cruces, nazarenos con cirios blancos y la representación de la Hermandad del Amor, llegó el paso de palio de Nuestra Madre y Señora de la Merced, que afortunadamente incorporó en 2011 (aunque la lluvia lo retrasó hasta 2013) la música detrás, con la Banda de la Oliva de Salteras.
La Virgen de la Merced vestía la saya realizada a partir de un traje de novia de la Condesa de Barcelona, madre del rey Juan Carlos I. El paso de la dolorosa de Sebastián Santos, acompañada por la talla de San Juan Evangelista de Gabriel de Astorga, estaba adornado con rosas blancas de diverso tamaño.
Por la calle Cuna, la Banda de la Oliva interpretó marchas como "Mater mea", "Amarguras" y "Getsemaní", con la que la Virgen mercedaria y el discípulo amado buscaron Orfila, camino de la carrera oficial.



















Sobre las diez y media de la noche, y sin Monte-Sión detrás como en años anteriores, ya que la cofradía de la calle Feria ha tomado por Plaza del Pan y Puente y Pellón, regresaba a los Terceros la Hermandad de la Exaltación, que parece que aún tendrá que esperar a 2017 para volver a salir de la Iglesia de Santa Catalina.
El misterio, en el que los sayones levantan la cruz tras haber clavado en ella a Jesús, tiene un andar muy pesado y sorprende especialmente cada levantá, donde se nota la fortaleza de unos costaleros sobre los que cae uno de los más grandes pasos de la Semana Santa.
La Banda de Cornetas y Tambores Nuestra Señora del Sol pone sus sones tras este conjunto escultórico, adornado con unos desahogados claveles rojos. Tras recorrer uno de los lados de la Plaza del Cristo de Burgos y salir a San Pedro, el Cristo de la Exaltación giró para mirar de frente a la Iglesia de Santa Catalina, por la que de nuevo la cofradía pasó de largo en dirección a la Iglesia de los Terceros.
















Pronto, salió de Sales y Ferré el paso de palio de Nuestra Señora de las Lágrimas, adornado con una variedad floral de color blanco entre la que se encontraban rosas y anthurium. La dolorosa de las Lágrimas ha lucido este año un tocado de líneas rectas que ha favorecido en gran medida a la imagen.
En la salida a la Plaza del Cristo de Burgos hubo un pequeño problema con uno de los marmolillos colocados para evitar que los coches aparquen en la zona. El capataz mandaba la 'derecha alante' para sortearlo, pero los costaleros no lo cumplieron con la suficiente celeridad, por lo que el paso chocó con el marmolillo.
Fue un desliz sin importancia ni consecuencias, que no impidió el lucimiento del bellísimo paso de palio con bordados de Rodríguez Ojeda y manto de Olmo, que pasó por la plaza a los sones de "Aquella Virgen", interpretada por la Banda Municipal de Arahal.



















La Hermandad de la Quinta Angustia completa este Jueves Santo de aciertos; una cofradía que es en sí misma un acierto, gracias a un conjunto escultórico de diferentes autores que conforman la impresionante escena del Descendimiento de Cristo.
Por la calle Zaragoza regresaba lentamente a casa el único paso de esta corporación de elegantes nazarenos de túnica, antifaz y capa morada. La tranquilidad que inspira la contemplación de esta hermandad contrasta, en las últimas horas de esta jornada, con el trajín de las personas que buscan sitio ya para ver las cofradías de la Madrugá y las que disfrutan de las entradas de las del Jueves Santo.
El exorno floral ha estado compuesto por lirios morados en este misterio, que estrenaba la restauración de la imagen de María Magdalena por parte de José María Leal.
Tras salir a la Puerta de Triana y recorrer la calle San Pablo, el paso de misterio de la Quinta Angustia entró en la Parroquia de la Magdalena, no sin antes cantar Jesús Heredia una saeta desde la misma puerta del templo, desde cuyo interior se escuchaba la marcha "Quinta Angustia", interpretada al órgano.






















Las puertas de la Magdalena se cerraron, pero aún quedaban cofradías del Jueves Santo en las calles, volviendo a sus templos. Es mucho lo que hay que ver y disfrutar de una completa jornada llena de detalles y, este año además, de aciertos. Un día grande que daba paso a otro, el más largo.

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