miércoles, 8 de abril de 2015

SÁBADO DE PASIÓN 2015: CUATRO PUNTOS DISTANTES UNIDOS POR LA FE

En el Prado de San Sebastián, un hombre, cargado con una enorme garrafa blanca, vacía de momento, esperaba la llegada del 29. Era el aguador de Torreblanca, que buscaba en un espacio tan abierto la breve sombra de la parada del autobús para resguardarse del sol que apretaba a esa hora con fuerza. "No voy a tener trabajo ni ná esta tarde", decía.
Después de un Viernes de Dolores de suaves y agradables temperaturas, el Sábado de Pasión apuntaba ya a esa Semana Santa de intenso calor casi veraniego que se venía anunciando desde días atrás. En los últimos años, apenas hemos conocido el término medio: o lluvia o fuerte calor. Y la de 2015 iba a ser, afortunadamente, de las de calor.
Las cinco menos cuarto de la tarde, según el horario de invierno que iba a cambiar esa misma noche, era la hora prevista para la salida de la cruz de guía de la Hermandad de Torreblanca. Y, efectivamente, a esa hora se puso en la calle el cortejo de nazarenos de túnica y antifaz morados con capa blanca, y el corazón atravesado por los siete puñales en el pecho.
Un aplauso recibió la apertura de puertas de la Parroquia de San Antonio de Padua, a la que siguió la interpretación de la marcha "Bendición" por parte de la Banda de Cornetas y Tambores del Nazareno de Cazalla. Es un barrio que tiene en el Sábado de Pasión su día más importante y que vive con auténtica devoción la salida de su cofradía, la veterana de las vísperas. Muchos vecinos se agolpan a las puertas del templo y, cada vez más, muchos cofrades llegados de otros puntos de la ciudad. Porque hay que ver Torreblanca, una hermandad que merece la pena. Y mucho.


El alcalde de Sevilla, Juan Ignacio Zoido, acompañado del delegado de Fiestas Mayores, Gregorio Serrano, asistió desde la misma puerta a la salida de la hermandad, así como el portavoz de la oposición, Juan Espadas. Pero el protagonismo se lo llevaba en exclusiva el Señor Cautivo, vestido en esta ocasión con túnica morada lisa y un mantolín blanco sobre el hombro derecho.
La vestimenta ha sido este año algo importante en este impresionante paso de misterio, ya que las figuras secundarias han estrenado nuevos ropajes de José Antonio Grande de León. Pero, además, en el misterio se han suprimido las características columnas que se situaban en los costeros y que restaban visión al conjunto escultórico, y han sido sustituidas por sendos maceteros sobre columnitas de menor tamaño.
Tras la interpretación de una saeta cuando el paso aún no había salido del templo, la Agrupación Musical Virgen de los Reyes volvió a poner sus potentes sones detrás del gran barco dorado del Señor Cautivo ante Pilatos. Después del Himno Nacional, tocó "La soledad del Cautivo", a la que siguió "Y al tercer día", dedicada a la Hermandad de la Resurrección, tan ligada a Torreblanca a raíz del Vía Crucis del Año de la Fe.
El misterio, adornado con lirios morados en el friso y rosas rojas con flores moradas en las jarras, buscó bajo el sol la Plaza del Platanero, donde se pudieron escuchar marchas clásicas como "Himno de San Antonio" o "Pescador de hombres".



























Una media hora después de la salida del paso de misterio asomaba por la puerta del templo el paso de palio de la Virgen de los Dolores, que la hermandad espera cambiar en los próximos años dando forma al boceto de los bordados presentado por Grande de León y de la orfebrería de Manuel de los Ríos.
Mientras tanto, la dolorosa de Gamero Viñau volvió a salir bajo su acostumbrado palio liso de color azul oscuro, que estaba exornado con claveles blancos en las jarras de los costeros, y rosas blancas en la delantera y en las esquinas.
La Banda de las Nieves de Olivares tocó el Himno Nacional, que enlazó con "Dolores de Torreblanca", a la que después seguiría "La Estrella Sublime". Antes de alcanzar la Plaza del Platanero, durante una parada del paso, una señora se situó delante de la Virgen y rogó al capataz que no se la llevara hasta que no terminara de cantarle una saeta. Su deseo fue concedido y hasta que no terminó, la Virgen de los Dolores no continuó su camino.
A la soleada plaza llegó la Virgen de los Dolores con la marcha "Virgen de los Estudiantes", tras cuya interpretación el paso se detuvo. Esto inquietó a una joven que advirtió al capataz de que debía volver a pararlo a la altura del número 9, donde, para continuar con una tradición de varios años, la familia, entre la que había un nazareno, iba a ofrecer a la Virgen un ramo de flores. Dicho y hecho. Tras hacer caso a la improvisada saetera, el capataz cumplió también los deseos de la familia, mandó parar el paso en el número 9 y la ofrenda floral se pudo producir.





























Esa misma tarde recorría el barrio de Ciudad Jardín la Agrupación Parroquial de la Milagrosa, que sigue sin verse convertida en hermandad de penitencia. Ha ganado muchos adeptos en pocos años esta agrupación. Sobre todo el impresionante paso de misterio de Nuestro Padre Jesús de la Esperanza, un conjunto escultórico que es de lo mejor que se ha hecho recientemente en cuanto a imaginería y que es obra de José Antonio Navarro Arteaga.
Jesús era empujado por guardías judíos atravesando el puente del Cedrón camino de la injusticia. Y lo hacía con 29 grados de temperatura cuando el paso discurría por la Gran Plaza, ya en el atardecer. Vestía el Señor en esta ocasión una túnica roja, siendo la imagen de Cristo con una variedad cromática más amplia en su ajuar, ya que en la calle le hemos visto en los últimos años de morado, de verde y de blanco.
La Agrupación de la Redención acompañaba al paso de misterio, cuyos 55 costaleros se movían permanentemente al ritmo que ésta les marcaba, arrancando aplausos continuamente. Más de medio centenar de hombres que llevan un paso que en Jerez mostraba cada Viernes Santo la escena de la Exaltación de la cruz.
En la avenida Eduardo Dato, justo antes de visitar el Hospital de San Juan de Dios, se encendieron las efectistas antorchas de dos de los guardias que se sitúan en el paso: el que va en la delantera y el de detrás, estrenado en 2012, que es el que empuja al niño que lleva un perro atado con un cordel. Al contrario que otros años, el cortejo entraba por la puerta principal del hospital, pero salía por otra distinta, la de la calle San Juan de Dios.































Detrás, a muy corta distancia, dado que este cortejo sigue resultando excesivamente breve, venía la Virgen del Rosario en su palio otomán burdeos que tanto llamó la atención cuando salió por primera vez a la calle en 2014, aunque su estreno debería haberse producido un año antes si la lluvia no lo hubiera impedido.
El bordado, de Joaquín Salcedo, no ha avanzado en nada este año, por lo que aún habrá que esperar para ver el resultado final de este interesante y atrevido diseño. La Virgen, que lucía la saya realizada a partir de una casulla del párroco fundador de la agrupación parroquial, Antonio Pérez Delgado, estrenaba un encaje de aplicación de Bruselas del siglo XIX, además de lucir la medalla de oro del Centro Asturiano, vecino de la Parroquia de la Milagrosa.
Por Eduardo Dato, donde un niño de corta edad se encargó de mandar el paso, la Banda Municipal de Rota interpretó "Valle de Sevilla", "Sevilla cofradiera" y la que se puede considerar una de las marchas del año, "Como tú ninguna", antes de alcanzar el Hospital de San Juan de Dios.
























La Hermandad del Divino Perdón recorría a esa hora las calles del Parque Alcosa. Ya había pasado por la Parroquia de los Desamparados el paso del Nazareno y discurría por la calle recientemente bautizada como Nuestra Señora de los Desamparados a los sones de "Alma de Dios", a cargo de la Agrupación Musical Nuestra Señora de la Estrella de Dos Hermanas.
No ha presentado la cofradía del Parque Alcosa grandes novedades este año. Tampoco era distinto el exorno floral del paso del Señor del Divino Perdón, compuesto de claveles rojos salpicados de lirios morados, tanto en el monte como en las jarras de los costeros y las esquinas.
El barrio estaba realmente animado, con las terrazas de los bares llenas y una gran cantidad de vecinos y cofrades siguiendo a la hermandad por calles como la que lleva el nombre del propio Nazareno de Navarro Arteaga, a la que llegó con "Consuelo gitano".



























Siguiendo a su Hijo con la cruz camino del Calvario, venía la Virgen de la Purísima Concepción en su tercera salida procesional bajo palio. Estrenaba este año el repostero del techo, donado por el grupo joven de la hermandad, aunque sólo puede verse desde los balcones.
La dolorosa, también de Navarro Arteaga, avanzaba a un ritmo bastante rápido tras su presentación ante la Hermandad de los Desamparados, ya que, como comentaban algunos hermanos situados delante del palio, se acumulaba un cierto retraso sobre el horario previsto.
"Coronación de la Macarena" y "Candelaria nuestra" son algunas de las marchas que la Sociedad Filarmónica de Pilas interpretó tras el paso de palio de Alcosa, adornado con claveles blancos, que buscaba ya el regreso a la Iglesia de la Beata Ana María de Javouhey.





















Por último, la cuarta de las citas de este Sábado de Pasión nos lleva a San José Obrero, donde el Nazareno de la Caridad y la Virgen de los Dolores recorrían las últimas calles de su itinerario. En cuanto al primero de los pasos, estrenaba la vestimenta del Cirineo, en tanto que el Señor de la Caridad vestía la túnica morada bordada en oro por Mariano Martín Santonja.
Llamó la atención el exorno floral, compuesto de una variedad cromática que se dio mucho entre los pasos de misterio el año pasado. Flores que se colocaron por encima del habitual monte de corcho que pisan el Nazareno y el Cirineo en este primer paso de la cofradía.
La Agrupación Musical Nuestro Padre Jesús de la Salud, de los Gitanos, fue la encargada nuevamente de acompañar al Señor de Fernando Aguado con marchas como "Pescador de hombres", "Nazareno y gitano" o "Señor de Pasión". Hay que destacar que el paso recorrió sin detenerse la calle Turdetania de principio a fin al son de las marchas de la agrupación musical.


















El paso de palio de la Virgen de los Dolores presentaba las principales novedades de la hermandad este año. Para empezar, era nuevo el propio palio, liso aún, como el anterior, pero de un color azul más oscuro y con otro corte, según el diseño de José Antonio Grande de León, que será el encargado de ir bordándolo en los próximos años.
También se estrenaba una tanda de la candelería, de Orfebrería Andaluza, mientras que la Virgen, la primera que tallara Luis Álvarez Duarte, llevaba dos nuevos broches y un rosario de plata y nácar del siglo XVIII.
La Banda de Música Virgen del Castillo, de Lebrija, acompañó a la Virgen de los Dolores en su salida procesional y tocó "Rocío" en la calle Turdetania, donde un hombre cantó una saeta que difícilmente fue escuchada debido precisamente a la música. Después llegaría "Mi amargura" y "Amanecer con Triana", ya en la esquina con la calle Argantonio.






















En su regreso a la Parroquia de San José Obrero, el cortejo de la cofradía tomó por las calles Imaginero Luis Álvarez Duarte, Nicasio Gallego e Iriarte, para salir de nuevo a Samaniego, donde la Agrupación de los Gitanos tocó "La saeta" antes de que entrara el Señor de la Caridad.


Por su parte, la Virgen de los Dolores avanzó por Iriarte y Samaniego con "La Madrugá", "Madrugá Macarena" y "Encarnación Coronada", con la que el paso fue girando para entrar mirando a sus devotos.




Cuatro hermandades, cuatro barrios y cuatro puntos de la ciudad muy distantes entre sí, pero unidos en la fe. Acababa el Sábado de Pasión, acababan las vísperas y el cambio de hora acercaba aún más la llegada de un nuevo Domingo de Ramos.

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