lunes, 4 de septiembre de 2023

LA EXPOSICIÓN PERMANENTE DE PASOS EN LA IGLESIA DE SAN VICENTE DE VITORIA


Como en su momento hicimos tras nuestra visita a Plasencia (ver), León (ver) o Zamora (ver), nos centramos ahora en la capital vasca, en Vitoria, en cuya Parroquia de San Vicente Mártir encontramos una exposición permanente de pasos de Semana Santa pertenecientes a diferentes cofradías penitenciales.
Se trata de un templo cuya construcción se inició a finales del siglo XV, lo que la convierte en la más moderna de las antiguas parroquias del casco histórico de Vitoria. Debido a los distintos siglos en que se dilató su construcción, dado que la torre es del siglo XIX y el pórtico actual es de 1930, se pueden identificar varios estilos arquitectónicos en el edificio, desde el gótico, aunque muy modificado, de su planta y sus columnas, pasando por el barroco-churrigueresco de su altar mayor, del siglo XVIII, o incluso el renacimiento.




A lo largo de la zona del bajocoro y las naves laterales se extiende la muestra de un total de nueve pasos que salen a las calles en las jornadas del Jueves y Viernes Santo formando parte del cortejo de varias hermandades, como ahora veremos. Hay que tener en cuenta que hablamos de pasos de muy reducido tamaño que son conducidos sobre ruedas por normalmente cuatro cofrades vestidos con su túnica correspondiente. Además, se puede contemplar también la llamada Cruz Enarbolada, a la que nos referiremos al final.
Comenzamos, siguiendo el orden de la muestra, que es el cronológico de la Pasión de Cristo, por el paso de la Oración en el Huerto, obra anónima de 1930 de los talleres de Olot (Gerona) perteneciente a la parroquia, aunque se encarga de sacarlo en procesión la Cofradía de Nuestra Señora de la Soledad en la Vera-Cruz. El paso sobre el que van las imágenes de Jesús y el Ángel es de Román Goicoechea.


La misma cofradía, que en este caso es también su propietaria, se encarga de sacar el misterio del Beso de Judas, obra de Efraín Gómez Montón. Consta también de dos únicas tallas: Jesús y el discípulo traidor.


El tercer paso es el de la Flagelación, propiedad de la Parroquia de San Vicente, aunque también lo saca a las calles la Cofradía de la Soledad en la Vera-Cruz. El conjunto se atribuye a Mauricio de Valdivieso, el 'Santero de Payueta', de finales del siglo XVIII o principios del XIX, discípulo de la Escuela de Gregorio Fernández. Otras fuentes lo atribuyen al mismo autor del paso, de nuevo Román Goicoechea (1920).


El cuarto paso es el de Nuestro Señor con la Cruz a Cuestas, del que se encarga la cofradía del mismo nombre, aunque la propiedad de la imagen corresponde a la parroquia. La imagen es de Román Goicoechea (1926), como también lo era el antiguo paso, sustituido en 2007 por uno nuevo debido al deterioro del original.


Volvemos a la Cofradía de Nuestra Señora de la Soledad en la Vera-Cruz, propietaria del paso de Cristo en la Piedra Fría, también conocido como "El Reposo del Señor" o "Jesús esperando la muerte". Es una talla de madera policromada de estilo gótico-flamenco de finales del siglo XV. Representaría lo que normalmente se conoce en otras latitudes como Humildad y Paciencia.


La Parroquia de San Vicente es la propietaria del siguiente paso, que es sacado también por la Cofradía de la Soledad en la Vera-Cruz. El Cristo Yacente es de autoría desconocida y va en una urna diseñada en 1859 por el arquitecto municipal, Jacinto de Arregui, y labrada en metal bañado en plata por Gerónimo Ullivarri, conocido como 'el Platero de Dios'.


La Cofradía de la Cruz Enarbolada es la encargada de hacer que procesione el paso del Descendimiento, propiedad de la propia parroquia. Es una obra conjunta de José López de Goicolea y José Marín Bosque (1916).


Vemos ahora el paso de la Virgen Dolorosa, talla de Francisco Font (1912) que fue donada por una devota a la Parroquia de San Vicente. La Cofradía de la Virgen Dolorosa, la más antigua de Vitoria (1737), se encarga de su procesión llevándola sobre un paso de los talleres de Apellániz y Compañía.


El último paso que vemos es el de Nuestra Señora de la Soledad, de la Cofradía de la Soledad en la Vera-Cruz (1950).


Y terminamos con la Cruz Enarbolada, que abre la procesión del Santo Entierro llevada a pulso por los miembros de la familia Aspe desde hace muchos años. La Cofradía de la Cruz Enarbolada se ocupa se sacarla, aunque la cruz propiamente dicha es propiedad de la Parroquia de San Vicente. Es una cruz de madera de chopo hueco forrada en cuero curtido. Sustituyó en 1859 a la anterior, que era maciza.


Siempre es muy curioso conocer la realidad cofradiera de otros lugares para encontrarse con realidades estéticas, patrimoniales y artísticas diversas, pero movidas todas por la misma fe.

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