Desde la celebración de la función solemne en su honor con motivo de su festividad, María Santísima de Villaviciosa, de la Hermandad del Santo Entierro, preside el altar mayor de la Iglesia de San Gregorio. Y ahí seguirá durante el tiempo que dure la restauración a la que está siendo sometida la imagen del Santísimo Cristo Yacente, obra atribuida con fundamento a Juan de Mesa.
Fue el pasado día 1 cuando la hermandad del Sábado Santo despidió al Cristo con una eucaristía. José Joaquín Fijo y Almudena Fernández son los responsables de esta labor de restauración que se centrará en la limpieza de la imagen, en la reparación de algunos desperfectos que presenta, motivados por las labores de traslado para sus diferentes cultos, y en la recuperación de la policromía que Valeriano Domínguez Bécquer le imprimió en el siglo XIX.
La Virgen de Villaviciosa no está sola en el altar mayor, dado que la acompañan, como habitualmente en su retablo, las imágenes de San Juan Evangelista y Santa María Magdalena. Y detrás de ellos permanece la cruz entre ángeles que podemos ver siempre encima de la urna del Cristo Yacente. Esta urna, por cierto, se encuentra en la cabeza de la nave de la Epístola, ante la puerta de acceso a la sala en la que en Cuaresma se celebra el besamanos y el besapié a las imágenes titulares de la hermandad. Por su parte, el retablo de la dolorosa, ubicado en la nave del Evangelio, está presidido por la cruz de guía.
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