Durante el triduo celebrado en su honor, la imagen de Nuestra Señora de Araceli está expuesta en besamanos en el presbiterio alto de la Parroquia de San Andrés, sobre una alfombra y una peana de plata. En esta ocasión, la Virgen se nos presenta vestida con un manto de terciopelo azul bordado en oro cedido por la Hermandad de las Siete Palabras, dado que pertenece al ajuar de la dolorosa de la Cabeza.
Además, lleva una saya blanca bordada en oro, un rostrillo de tisú y un peto de tul con diversos broches y joyas. En la cabeza tiene su corona procesional y en la mano derecha un rosario y un cetro dorado. En la izquierda, con la que sostiene al Niño vestido de rojo, tiene otro rosario que se está estrenando en estos cultos, realizado en coral y plata.
A los pies de la Virgen vemos una media luna, y ante sí un centro de claveles, margaritas y lilium, todo ello de color blanco. En los laterales se han dispuesto dos grandes candelabros de plata con velas blancas sobre pies de base cuadrada de madera dorada, y detrás hay otros dos pies de mayor altura con jarras que tienen las mismas flores ya mencionadas.
Igualmente, podemos ver dos mesas de madera dorada; en cada una hay dos bandejas de plata, dos candeleros y una jarra con rosas y astromelias blancas. El montaje del besamanos se completa con la presencia de varios blandones de madera dorada con cera blanca.
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