Me centro en la cuestión. La cosa va de definir qué es una salida digna y qué no lo es. Antes incluso de la Cuaresma se decidió que la salida de la Hermandad del Sol no era digna. O por lo menos no tan digna como para llegar a la Catedral un Sábado Santo. Y todo porque no pueden salir de un templo, sino de un “tinglao” (¡qué atrevidos son en Málaga!). Eso no puede ser, dijo alguien. Como si la estación de penitencia de una hermandad en la Catedral tenga algo que ver con el lugar desde el que salga. Vamos, que las estaciones de la Quinta Angustia, El Calvario, El Amor o Pasión son mucho más dignas, porque salen de templos grandes y de enorme belleza, que la de Jesús Despojado o El Baratillo, que salen de capillas minúsculas, ¿no?.
Así que El Sol ha sufrido un triple varapalo: el del párroco de San Diego de Alcalá, que no les dejaba abrir una puerta en el templo por la presencia de unos cristalitos de colores sin mérito alguno; el de la crisis económica vía bancos que no les dan crédito para la construcción de un lugar “digno” desde el que salir; y el del Consejo, que no les ha permitido salir del “tinglao” (los malagueños están locos). Por no hablar del tema de la Milagrosa.
Pero fíjate tú por dónde, si retrocedemos sólo un año en el tiempo, nos encontraremos con la primera estación de penitencia a la Catedral de la Hermandad del Cautivo y Rescatado del Polígono de San Pablo. Y qué contentos estábamos todos (yo el primero) viendo a esta hermandad conquistando el centro de Sevilla con sus dos grandes pasos. Nadie le dio importancia a que esta hermandad no había salido de un templo, sino de un “tinglao” (¡qué listos son en Málaga!). Es verdad que es un “tinglao” un poco más estable que el que la Hermandad del Sol utilizará con atrevimiento el Sábado de Pasión para salir a la calle. Pero no deja de ser una nave. No hay muros de piedra, no hay ladrillos, no hay cubiertas con tejas, ni madera, no hay retablos, no hay altar... Pero salió a la calle y alcanzó la Catedral con todo derecho, como volverá a hacer este año y ya para siempre.
Y ahora volvamos a este año 2009. Hermandad de la Esperanza de Triana. Capilla (¿capilla?) de los Marineros. Esta cofradía realizará su salida desde un templo que se encuentra en obras. Que no tiene suelo (sino un piso de cemento), que no tiene altares, que no será más que una estancia con un aspecto realmente lamentable. ¿Es lógico que una hermandad de la grandeza de la Esperanza de Triana monte sus pasos, celebre la tradicional visita matinal del Jueves Santo y salga en la Madrugá de un templo a medio hacer? ¿Eso es una salida digna?
Lo dicho, dos (o más) varas de medir que perjudican, como siempre, a las mismas. A las cofradías más pequeñas, más humildes y con menos peso en la ciudad.
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