De esta forma, cuando deje la calle Dueñas, la cofradía seguirá hacia San Juan de la Palma, Feria, Castellar, Alberto Lista, Saavedras, San Martín, Cervantes, San Andrés, García Tassara, Amor de Dios y San Miguel. Por tanto, será un itinerario más que recomendable que no habrá que perderse.
No es, sin embargo, contrariamente a lo que se ha afirmado en alguna web cofrade, la primera cofradía que huye del engendro de las setas. Pero es que ni siquiera es la segunda ni la tercera. Con la decisión de La Mortaja, son ya nada menos que cuatro las hermandades que en los últimos años han escapado del horroroso paisaje del que El Valle, lamentablemente, no podrá deshacerse nunca.
La Candelaria fue la primera. Hasta hace unos años la cofradía del Martes Santo, tras su paso por la Alfalfa, se encaminaba hacia la plaza del Cristo de Burgos y, desde ahí, se situaba inmediatamente detrás de San Benito. Una muy buena decisión la llevó a cambiar las setas por el Salvador y la calle Cuna.
Algo parecido, pero a la inversa, hizo Montesión. Dejó el Salvador y Cuna en su itinerario de vuelta para acceder a la Cuesta del Rosario, la Alfalfa y Cristo de Burgos.
La última hasta ahora era La Resurrección, que pasaba hasta en dos ocasiones por la Encarnación, llegando a la ida desde San Marcos, Bustos Tavera y Doña María Coronel; y a la vuelta desde Cuna y Laraña. En 2008, sin embargo, retomó su antiguo itinerario por la Alameda, mientras que en su regreso a Santa Marina toma por la Alfalfa.
Es cierto que ninguna de estas hermandades dijo nunca que los cambios estuvieran motivados por ese monumento al mal gusto urbano. Tampoco ahora lo ha reconocido a las claras La Mortaja. Pero que cuatro cofradías hayan optado en poco tiempo por dejar de recorrer un punto tan céntrico y accesible del centro de la ciudad no deja lugar a dudas.
Se admiten apuestas: ¿cuál será la siguiente? ¿La Cena? ¿La Exaltación? ¿Los Gitanos? ¿El Cristo de Burgos? Si por mí fuera, todas...
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