Y es que resulta curioso que un monumento perfectamente finalizado aún no haya encontrado acomodo después de que el lugar inicialmente elegido (junto al magnolio de la Avenida de la Constitución, donde en tiempos estuvo la escultura en honor a Martínez Montañés que ahora está en el Salvador) no fuera muy bien visto por la Delegación de Cultura de la Junta de Andalucía.
En cualquier caso, estos días se puede contemplar el resultado final del monumento realizado en bronce a partir de una genial escultura de Juan Manuel Miñarro. Asimismo, se exponen los diferentes bocetos ejecutados, tanto del monumento en sí, como del rostro de Juan Pablo II, del que la Asociación Pro-Monumento regaló una copia al actual Papa, Benedicto XVI.
Junto a los bocetos, un panel va explicando las siete fases de elaboración llevadas a cabo: concepción y boceto; estudio previo: el retrato; modelo a escala reducida; molde, vaciado y digitalización 3D; modelo a escala definitiva; modelado en cera; y fundición en bronce.
Hasta el mes que viene, el monumento estará en Cajasol y después... Dios dirá. Esperemos que, como pedía hace unos días el arzobispo Asenjo, las instituciones se pongan de acuerdo en darle un lugar digno a un Papa que estará ligado para siempre a la historia de Sevilla.
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