Nuestra Señora del Rosario, de la Hermandad de las Siete Palabras, realizó el pasado viernes una salida procesional muy especial, ya que salió a las calles de la feligresía de San Vicente sobre el paso de plata de Nuestro Padre Jesús de la Divina Misericordia, al encontrarse las andas de la dolorosa de la Cabeza, que son las que se suelen utilizar, en pleno proceso de remodelación.
Así, de manera provisional, pudimos ver a la imagen sobre dicho paso, aunque fue modificado especialmente para esta salida al sustituir los característicos faroles que fueron del Silencio por los candelabros de guardabrisa del paso de la Virgen de la Cabeza de San Juan de la Palma, mientras que en las esquinas, en lugar de las águilas bicéfalas se situaron los ángeles que forman parte de las esquinas del paso del Santísimo Cristo de las Siete Palabras. También se sustituyeron los guardabrisones de los costeros por jarras y se retiraron las maniguetas. Fue curioso además el exorno floral, conformado únicamente por crisantemos blancos, flor característica de la festividad de los difuntos.
La salida se produjo a las siete de la tarde y el cortejo se dirigió en primer lugar a la Capilla del Museo con motivo del Año Jubilar concedido a la hermandad del Lunes Santo por el cuarto centenario de la construcción de su sede canónica.
La cruz de guía de la antigua Hermandad del Rosario y dos faroles de mano abrían el cortejo, seguido por hermanos con cirios, el Banderín de la Virgen del Rosario y las representaciones de las hermandades de las Mercedes de la Puerta Real y las Penas de San Vicente. Finalmente iba el estandarte de la propia Hermandad de las Siete Palabras.
Al salir sobre el paso del Nazareno de la Divina Misericordia, la Virgen del Rosario tuvo que llevar un manto de camarín, en este caso de color rojo. También llevaba la saya de raso blanco bordada en oro a realce por Manuel María Ariza en 1863 que lució bajo palio Nuestra Señora de la Cabeza el pasado Miércoles Santo. También tenía la corona y la media luna de plata de José de Guzmán (1780).
Rufino Madrigal se encargó de comandar el paso, mientras que la Banda de Música Nuestra Señora del Sol fue la encargada de acompañar con sus sones a la Virgen del Rosario, estrenando a la salida la marcha "Rosario de San Vicente", de Alberto Barea. Tras la visita al Museo y el recorrido por las estrechas calles por las que suele pasar la Virgen de las Mercedes en septiembre, la Virgen del Rosario, a los sones de "María Santísima del Dulce Nombre", salió por Redes a la calle Baños. Antes de salir a ésta, sin embargo, capataz y cuadrilla tuvieron que sortear las ramas de un naranjo bastante frondoso que dificultaba el paso.
A continuación, el paso, que realizó todas su levantás a pulso 'aliviao', reviró a la calle Baños y avanzó por ella con marchas como "Virgen de Montserrat" y "Coronación de la Macarena".
En seguida el paso abandonó Baños, a la que volvería más tarde por otro de sus tramos, para acceder a la calle San Vicente, donde sonó "Valle de Sevilla" y "Procesión de Semana Santa en Sevilla". Una pareja de cofrades identificaba al Cachorro en la cartela del costero izquierdo del paso del Nazareno de la Divina Misericordia. En el costero derecho es el Cristo de las Siete Palabras el que aparece representado, mientras que delante y detrás se puede ver al Gran Poder y al Cristo de la Buena Muerte de los Estudiantes, respectivamente.
Desde San Vicente, la Virgen del Rosario volvió a las estrecheces, ahora en la calle Pascual de Gayangos, a la que accedió con la antes mencionada "Procesión de Semana Santa en Sevilla" y más tarde la Banda del Sol tocó "María Santísima del Subterráneo". En esta calle tuvo lugar una emotiva parada ante un hermano de las Siete Palabras que está pasando por momentos complicados de salud y que estaba arropado por su emocionada familia. Fueron muchos los cofrades de la corporación que se acercaron para saludarlo y Rufino Madrigal le dedicó una levantá del paso.
La revirá entre Pascual de Gayangos y Martínez Montañés se realizó a los sones de "Macarena", de Cebrián, a la que tras una chicotá a tambor siguió "Sevilla cofradiera", que se enlazó con "Azul y plata" en la revirá de nuevo a Baños. Con ella, la Virgen del Rosario alcanzó la Plaza de la Gavidia, donde algunos turistas y visitantes con acento de más para arriba de Despeñaperros contaban los pies de los costaleros para averiguar cuántos hombres iban debajo.
Desde la Plaza de la Gavidia, el paso se dirigió hacia San Juan de Ávila con "Hosanna in excelsis". En esta calle, uno de los hermanos situados en la delantera del paso comentaba con humor que, ante la cantidad de cangrejeros que siguieron a la Virgen durante gran parte del itinerario, lo mejor era que el año que viene cada uno coja un cirial o una naveta... Más adelante, el paso alcanzó la calle Virgen de los Buenos Libros mientras la banda interpretaba "Pasa la Virgen Macarena". Finalmente, avanzó con "Triana, tu Esperanza", con la que poco a poco fue acercándose a la Parroquia de San Vicente.
Ya en Cardenal Cisneros, Rufino Madrigal dedicó la última levantá a la esposa del hermano mayor de las Siete Palabras, Antonio Sánchez Padilla. Acto seguido, el paso se levantó y, a los sones de "Rocío", se fue situando frente a la puerta, dando la Virgen del Rosario la cara a cuantos estaban contemplando esta entrada.
Sin una parada previa para que los costaleros se dieran la vuelta, la Virgen del Rosario se perdió por el interior de San Vicente, dando por finalizada esta salida procesional tan especial en la que el paso del Señor de la Divina Misericordia volvió a pisar las calles de Sevilla por segunda vez este año.
El cortejo se iniciaba con la Cruz de Guía de la Virgen del Rosario (bastante antigua y de madera) y sale la parrilla (de San Lorenzo para usted) porque a San Vicente Martir también lo quemaron; la insignia es propia de la antigua Hermandad del Rosario e iba acompañada por dos faroles de mano, no por ciriales.
ResponderEliminarUn saludo y muy buena crónica de la procesión.