El Círculo Mercantil e Industrial de Sevilla ha comenzado su ciclo de exposiciones de 2016 con la muestra "Un sueño de forja y cerámica para la Esperanza", dedicada a la Hermandad de la Esperanza de Triana, que repasa su historia desde su reorganización en 1888 hasta la consolidación de un estilo artístico que ha llegado hasta hoy, tanto en bordados como en orfebrería.
La exposición resalta especialmente la figura de José Recio del Rivero, director artístico de la fábrica de cerámica de Mensaque y Vera. Desde la llegada a la hermandad de Recio en 1908, comenzaría a diseñar diferentes enseres en los que se notará la influencia de la clásica cerámica trianera, así como las piezas de forja que pueden verse en balcones y demás partes de numerosos edificios de la ciudad.
Ignacio Sánchez Rico es el comisario de esta gran muestra que se inauguraba el pasado día 16 de enero y que será clausurada mañana, viernes, con una duración, por tanto, superior a la de exposiciones anteriores en el Mercantil.
Como es habitual en este blog, repasamos, paso a paso, todas y cada una de las piezas que conforman la exposición, y lo hacemos siguiendo el orden marcado, que comienza en el patio con la zona denominada "La herencia romántica", dedicada a los primeros años tras la reorganización de la hermandad en 1888 y la primera estación de penitencia un año después.
En primer lugar, vemos la reproducción de la Sacra Conversación, iconografía que hoy se conserva únicamente en la Hermandad del Sol, pero que durante todo el siglo XIX, y también tras la reorganización, presentó bajo palio la Hermandad de la Esperanza de Triana. La dolorosa estaba acompañada por San Juan Evangelista y Santa María Magdalena.
Para evocar esa escena, se ha representado a la Virgen de la Esperanza con un manto de camarín bordado en oro sobre terciopelo negro, diseñado por Francisco Javier Sánchez de los Reyes y confeccionado en 1998 por Fernández y Enríquez. Junto al manto, se expone la saya denominada de los cardos, de terciopelo negro bordado en oro, de Juan Manuel Rodríguez Ojeda (1890).
De San Juan Evangelista se ve el mantolín granate bordado en oro, diseñado también por Sánchez de los Reyes y bordado por José Infantes en 2005; y el nimbo, de metal dorado y repujado, de Justino de Guzmán (1891).
Asimismo, se puede ver la imagen de Santa María Magdalena que formó parte en su momento de la Sacra Conversación, de autor desconocido y de una fecha indeterminada entre los siglos XVII y XIX.
Todo este conjunto se expone sobre la antigua peana procesional, de metal plateado y repujado, y labrada por Justino de Guzmán en 1891. Asimismo, se ha podido traer a la muestra uno de los antiguos varales del paso de palio, del mismo autor de la peana y realizados en metal plateado y dorado cincelado a mano y a troquel, que son hoy propiedad de la Hermandad del Gran Poder de Isla Cristina (Huelva).
Seguimos con la túnica del Santísimo Cristo de las Tres Caídas bordada en el Taller de Santa Bárbara en 2008, reproduciendo el diseño de la túnica bordada en 1890 por Juan Manuel Rodríguez Ojeda. Está realizada en oro a realce sobre terciopelo granate. Sobre ella, se exponen las potencias de plata repujada y autor desconocido, del primer tercio del siglo XVIII.
A su lado, se pueden ver unas cantoneras de finales del siglo XIX, realizadas por un autor desconocido en metal torneado y plateado.
El Cristo de las Tres Caídas procesionó en el siglo XIX acompañado únicamente por Simón de Cirene, imagen que se puede ver en la muestra. Es una talla de madera policromada al óleo, del primer cuarto del siglo XVIII y autor anónimo, que hoy pertenece a la Hermandad del Consuelo, de Sanlúcar de Barrameda.
Se muestra sujetando la cruz de madera noble con aplicaciones de latón repujado que durante años cargó sobre sus hombros el Cristo de las Tres Caídas y que actualmente se encuentra junto a su retablo en la Capilla de los Marineros.
A continuación, vemos una cartela del paso del Cristo de las Tres Caídas que talló en 1894 el taller de José Salvago y Cía. Fue el primer paso tallado en Sevilla en estilo neobarroco y seguía en parte las formas del de Jesús del Gran Poder.
Llegamos a la segunda zona de la exposición, titulada "La cofradía regionalista", donde aparece la figura de José Recio, que, además de en una foto de gran tamaño, también se ve junto a su mujer en sendos retratos de cerámica realizados por Enrique Mármol en 1927.
A su lado, vemos cinco proyectos de orfebrería de José Recio del Rivero, padre e hijo (compartían los dos apellidos, dado que Recio se casó con su prima), de la primera mitad del siglo XX y un diseño de peana de los años 40.
Seguidamente, se expone uno de los remates de las esquinas de los respiraderos pertenecientes al paso de palio de la Virgen de las Lágrimas, de la Hermandad de la Exaltación, diseñados por José Recio del Rivero en 1919 y labrados por Hijos de Miguel Olmo en metal plateado cincelado y repujado.
También se puede contemplar el respiradero frontal del paso de palio de la Virgen del Consuelo de Jerez de la Frontera, de la joven Hermandad del Consuelo, que ha conseguido para su dolorosa estos históricos respiraderos cincelados y repujados por Manuel Seco Velasco en los años 40, según un diseño atribuido a José Recio.
A continuación, observamos un conjunto de dibujos con diseños cerámicos de la primera mitad del siglo XX, obra de José Recio del Rivero, padre e hijo.
De la labor de Recio como ceramista y diseñador, vemos algunos ejemplos, como el retablo de la Virgen del Rocío en la calle San Jacinto, el de Santa Ana en la fachada de la parroquia del mismo nombre, un retablo de la Virgen de los Reyes de 1908 y otros paneles cerámicos de motivos no religiosos.
Un año más tarde, en 1909, se estrenaría el primer manto diseñado por Recio para la Esperanza de Triana, que utiliza motivos cerámicos trianeros para su dibujo. Este manto, perteneciente hoy a la Virgen de la Paz de Ronda (Málaga), no ha podido formar parte de la exposición, pero sí se muestra una antigua fotografía del mismo.
Seguimos con diversos enseres pertenecientes a la Esperanza de Triana en esta época, como una diadema de metal dorado, obra de Andrés Contreras (1936), y que hoy pertenece a la Hermandad de la Lanzada.
Y de la Hermandad de los Gitanos, aunque también pasó por la Macarena siendo, en su origen, de la Esperanza de Triana, es una corona de plata dorada de autor desconocido, del año 1929.
A su lado, vemos un conjunto formado por una saya procesional diseñada por José Recio del Rivero en 1916 y bordada en oro a realce sobre tisú de plata por Hijos de Olmo; un manto de camarín de terciopelo verde bordado en oro por el mismo taller en 1918; y una toca de sobremanto que reproduce la conocida como de los volantes, y que está confeccionada con materiales antiguos por Reyes Franco de la Rosa en 2008.
Vemos también uno de los varales diseñados por José Recio entre 1919 y 1922, aunque enriquecidos posteriormente en 1937. Su ejecución se debe a Hijos de Olmo, mientras que la reforma del 37 es de Jorge Ferrer. Son de metal plateado y hoy son propiedad de la Hermandad del Nazareno de Valverde del Camino (Huelva).
A continuación, se encuentran un candelabro de tres brazos del primer tercio del siglo XX, de metal plateado y autor anónimo; un grupo de Santa Ana y la Virgen Niña, labrado en plata de ley por Andrés Ossorio en 1726; y una jarra de metal plateado, del primer tercio del siglo XX.
Continuamos con el conjunto formado por la caída frontal del palio diseñado por José Recio y bordado por Hijos de Olmo en 1917 en oro y sedas sobre terciopelo morado, propiedad hoy de la Hermandad del Mayor Dolor de Ceuta; y el respiradero frontal y uno de los laterales diseñados también por Recio en 1915. Son de metal plateado de Hijos de Olmo y actualmente pertenecen a la Hermandad de Jesús Nazareno de Salteras.
Haciendo conjunto con el palio antes mencionado, se realizó el que sigue siendo el techo de palio de la Esperanza de Triana, una obra diseñada también por Recio y bordada por Hijos de Olmo (1918), con el añadido de la guardilla de Esperanza Elena Caro en 1969. Está bordado en oro y sedas sobre malla y terciopelo verde.
Continuamos con varias insignias del cortejo procesional, que también fueron diseñadas por José Recio del Rivero. Es el caso del estandarte corporativo, bordado en oro y sedas sobre terciopelo verde por Juan Bautista Gimeno en 1928, con remate en plata de ley de Orfebrería Triana (1998).
A su lado, se expone el Senatus, bordado en oro sobre terciopelo burdeos por el mismo taller en 1928, con remate en plata de ley de Jesús Domínguez en los años 50.
Muy características de esta hermandad son las bocinas. En la muestra del Mercantil vemos una de ellas, bordada en oro a realce y sedas sobre terciopelo morado por Gimeno en 1928, según diseño de Recio. Cuenta con tubos de plata de Meneses.
Finalmente, se expone el simpecado, del mismo diseñador y taller (1928), bordado en oro y sedas sobre tisú de plata y terciopelo verde, con remate en plata de ley de Orfebrería Triana (1987).
El motivo central de este simpecado es una Inmaculada reproducida en el diseño en acuarela por Gonzalo Navarro Ambrojo en 2014 para su conversión en seda. Enmarcadas podemos ver tanto la seda antigua como dicho diseño en acuarela.
La tercera zona de la exposición tiene el nombre de "El legado de Bandarán", en alusión al sacerdote José Sebastián y Bandarán, que fue director espiritual de la Hermandad de la Esperanza de Triana y figura clave en la recuperación de la Capilla de los Marineros en 1939, perdida por la corporación con motivo de la llamada Revolución Gloriosa de 1868. Los restos mortales de Bandarán están enterrados desde 1987 a los pies de la Virgen de la Esperanza.
En esta parte de la exposición se muestran enseres cedidos por el recordado sacerdote a la hermandad o bien conseguidos por ésta gracias a su intermediación.
En primer lugar, en una vitrina se muestran las antiguas cantoneras de la cruz del Señor de Pasión, hoy propiedad de la Esperanza de Triana, labradas por autor desconocido en plata dorada cincelada y repujada entre los siglos XIX y XX; y el fajín de capitán general de la Armada que perteneció a Juan de Borbón, y que cedió su viuda, María de las Mercedes de Borbón y Orleáns, camarera perpetua de la Esperanza, en 1998 en nombre de su hijo, el rey Juan Carlos I.
También gracias a Bandarán, la hermandad posee un crucificado tallado en madera policromada por Rafael Algueró Piñana en 1907, que fue el regalo de bodas de la reina María Cristina de Habsburgo-Lorena a los infantes Carlos de Borbón y Luisa Francisca de Orleáns.
A su lado, vemos un óleo sobre lienzo de finales del siglo XVIII o principios del XIX de autor desconocido, donde vemos a Cristo con Santo Domingo.
Y otra pintura también de autor anónimo es una copia del siglo XIX de la Sagrada Familia de Murillo, pintada igualmente al óleo sobre lienzo.
Hay que apuntar la presencia en el patio de dos antiguas fotografías tanto del Cristo de las Tres Caídas como de la Virgen de la Esperanza, enmarcadas en madera tallada y dorada.
Y antes de pasar a la última parte de la muestra, encontramos un candelero de metal plateado diseñado y labrado por el taller de Manuel Villarreal a finales de los años 50. Este candelero sostiene el cirio de los donantes de órganos.
Una de las salas del Mercantil está dedicada íntegramente a la parte de la muestra titulada "La consolidación de un estilo", referida a la labor patrimonial llevada a cabo por la hermandad a partir de la posguerra.
Nos recibe en esta parte la cruz de guía de la hermandad, cuyo diseño se atribuye a José Recio y que fue labrada en plata de ley repujada con algunas partes doradas por Jesús Domínguez en 1954.
Junto a ella, se expone el libro de reglas de 1936, obra en plata de ley y marfil de Juan Fernández Gómez, diseñado también por Recio.
Y al otro lado de la cruz de guía, observamos una cruz alzada de plata de ley cincelada y repujada, diseñada por Juan Antonio Borrero Campos y realizada por Orfebrería Triana en 2002; un cirial también de plata de ley, diseñado por Emilio García Armenta y labrado por el taller de Viuda de Villarreal en 1974; y un farol de cruz de guía de plata con zonas doradas, diseñado por Recio y realizado por Jesús Domínguez en 1955.
Seguimos con una corona de metal sobredorado, cincelado y repujado por Gabriel Medina (1937).
A continuación, en una vitrina se muestran los once broches de oro, plata y esmeraldas y las doce florecitas de oro blanco y brillantes, todo ello diseñado por Fernando Morillo Lasso en 1943-44, aunque éstas son reproducciones de Joyería Mill, de 2008.
Y junto a estas joyas, una reproducción del puñal de oro y piedras preciosas diseñado por autor anónimo en la década de los años 30. La reproducción es de Fernando José Ortiz de Lanzagorta (2008).
Tras la guerra civil, la Hermandad de la Esperanza de Triana se plantea ampliar el misterio de las Tres Caídas, que hasta ese momento tenía únicamente al Cristo y al Cirineo. Para ello, Antonio Castillo Lastrucci realiza un boceto que incluía hasta once figuras, de las que al final sólo se harían siete. En esta exposición podemos ver el boceto del Cirineo, realizado en escayola con una pátina de efecto bronce, de 1938.
Y junto a este boceto, se muestra una de las tallas que sí se llevaron a la madera, pero que actualmente no forma parte del misterio. Se trata del esclavo etíope que durante muchos años procesionó en el misterio de Jesús Despojado. Es de madera tallada y policromada al óleo, obra de Castillo Lastrucci de 1940.
Seguimos con un paño de los respiraderos laterales del antiguo paso de misterio diseñado y tallado por José Rodríguez Carrera (1939) en madera dorada. Hoy pertenece a la Hermandad de la Vera-Cruz de Utrera.
Llama mucho la atención el manto de salida de la Virgen de la Esperanza bordado por Sobrinos de José Caro entre 1947 y 1948, según diseño de José Recio del Rivero y su hijo del mismo nombre. Está bordado en oro y sedas sobre terciopelo verde oscuro, y es la primera vez que puede exponerse extendido por completo.
Junto al manto, vemos en primer lugar la corona labrada por Jesús Domínguez Vázquez en 1963, de plata dorada, marfil, esmaltes y pedrería.
Continuamos con el llamador del paso de palio de la Esperanza, de plata de ley, obra de Orfebrería Triana (1991), según diseño de Emilio García Armenta (finales de los años 50); una de las jarras del paso de palio, diseñadas por José Recio del Rivero (1946) y realizadas por Jesús Domínguez y Manuel Seco en plata; y la Inmaculada que se sitúa en el frontal del paso de palio, obra de Juan Fernández (1947) realizada en plata y marfil.
Y siguiendo con los diferentes elementos del paso de palio, vemos ahora uno de los varales actuales, de plata de ley, obra de Orfebrería Triana (1988), reproduciendo el diseño de los anteriores, de 1921, aunque reformado en 1937.
Y también se muestran dos candeleros; uno de metal plateado de finales de los años 50, obra de Manuel Villarreal, y otro de plata de ley, de Orfebrería Triana (1990).
Se expone ahora la caída frontal del palio de la Esperanza y una de las laterales, bordadas en oro y sedas sobre malla de oro. El diseño es de José Recio del Rivero y su hijo José (1950), mientras que la ejecución fue obra del Convento de Santa Isabel en el caso de los bordados interiores (1951-54), mientras que los exteriores son de los Talleres de Caro (1970).
También vemos el respiradero frontal y uno de los laterales, obra realizada en plata de ley con esmaltes y flecos de bellota dorados. Fueron realizados en 1956 por Emilio García Armenta.
Y un elemento más del paso de palio son los candelabros de cola, uno de los cuales se muestra a continuación, obra en plata de ley realizada por Emilio García Armenta en 1960.
La muestra concluye con tres piezas de bordado pertenecientes al ajuar de la Virgen de la Esperanza. En primer lugar, la toca de sobremanto diseñada por Carmen Martín Cruz y confeccionada por ella misma junto a su hermana Ángeles en 1965. Está bordada en oro sobre malla.
A continuación, se muestra la saya con bordados en oro y sedas sobre tisú de plata, realizada a partir de un traje del torero Juan Belmonte. Fue confeccionada en 1938 por el taller de Caro.
A su lado, la saya de las hermanas Martín Cruz, con bordados en oro a realce y pedrería sobre tisú de plata.
Por último, vemos la saya del XXV aniversario de la Coronación Canónica de la Virgen de la Esperanza, diseñada por Francisco Javier Sánchez de los Reyes y confeccionada por el taller de Santa Bárbara en 2009, con bordados en oro y sedas sobre tisú de plata.
Llegamos así al final de una gran exposición, muy detallada y con importantes piezas para conocer mejor no sólo el patrimonio actual y antiguo de la Hermandad de la Esperanza de Triana, sino también cómo se llegó a establecer un estilo sostenido en el tiempo y que hoy sigue siendo una realidad.
La exposición es maravillosa, y el trabajo que ha realizado Usted, magnífico.
ResponderEliminarEnhorabuena y muchísimas gracias.
Muchas gracias a usted por sus palabras. Me alegra mucho que le haya gustado. Un saludo.
ResponderEliminar