La semana pasada se produjo el ansiado regreso de la Hermandad de las Mercedes a su capilla de la Puerta Real, de la que tanto la Virgen como el Cristo de la Redención salieron hace casi dos años con motivo de las obras de restauración que eran verdaderamente necesarias en este pequeño templo construido junto a la antigua muralla de la ciudad.
El estado de la capilla era muy precario, ya que padecía humedad y presentaba importantes grietas. Por ello, ha habido que afrontar la impermeabilización del inmueble, la reparación de los muros, así como de la espadaña. Todo el interior y exterior se ha pintado, lo que ha modificado el aspecto hasta ahora conocido, sobre todo en el exterior, donde el antiguo color amarillo de diversas partes decorativas ha pasado al ladrillo visto.
Fue en junio de 2015 cuando las imágenes titulares de esta corporación de gloria que procesiona el último sábado de septiembre fueron trasladadas hasta el Convento de las Siervas de Jesús. Posteriormente, para los cultos de ese año, la Virgen de las Mercedes fue llevada hasta la Parroquia de San Vicente, desde donde ha salido los dos últimos años y donde ha recibido culto ininterrumpidamente en una hornacina de la nave de la Epístola, a muy poca distancia del altar de la Virgen de los Desamparados (ver). El Cristo de la Redención, sin embargo, ha estado durante todo este tiempo con las Siervas de Jesús en la calle San Vicente, muy cerca de la parroquia.
Tras la importante y muy necesaria rehabilitación de la Capilla de las Mercedes, la Sevilla cofradiera recupera un histórico templo tras cuya ventana es posible volver a contemplar a las imágenes titulares después de dos años de ausencia.
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