jueves, 13 de febrero de 2020
LA CANDELARIA DE JEREZ, EXPUESTA EN BESAMANOS AL CERRAR SUS CULTOS
La Hermandad de la Candelaria de Jerez cerró el pasado domingo los cultos en honor a su dolorosa titular con el besamanos, que tuvo como escenario el presbiterio de la Parroquia de Santa Ana. Allí estuvo ubicada María Santísima de la Candelaria, que estaba vestida con la saya blanca de tisú bordada en oro y sedas que el año pasado confeccionó el bordador Ildefonso Jiménez.
Además, llevaba el manto procesional, de terciopelo burdeos liso, toca de sobremanto bordada sobre malla y la corona que también luce en sus estaciones de penitencia cada Lunes Santo. En el pecherín contaba con una cruz pectoral, un puñal, un broche con una rosa y otro con el escudo de la hermandad en dorado. En cuanto a las manos, tenía la derecha extendida para recibir los besos de los devotos, mientras que con la izquierda sujetaba un rosario de cuentas rojas.
La Virgen de la Candelaria estaba elevada sobre una sencilla peana forrada en damasco rojo y flanqueada por un total de seis blandones dorados con cirios blancos, tres a cada lado, y por dos de las jarras del paso de palio con calas blancas. Otras dos estaban detrás, sobre sendos pies de base cuadrada de color rojo con apliques de madera dorada.
Al fondo, había un altar de diferentes alturas con una corona en la parte superior de la que pendía un cortinaje rojo. Delante, presidiendo el altar, se situaba el simpecado de la hermandad sobre la peana procesional de la Candelaria y entre numerosos candeleros del paso de palio y algunos guardabrisas.
Finalmente, en el extremo izquierdo del presbiterio completaba el altar montado para este besamanos a María Santísima de la Candelaria la presencia del estandarte corporativo.
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