Los cultos habituales de Cuaresma en honor al Cautivo de San Ildefonso impidieron a la Hermandad del Beso de Judas, que reside temporalmente en dicho templo, celebrar el pasado Domingo de Pasión su tradicional besapié a Nuestro Padre Jesús de la Redención. La corporación decidió posponerlo hasta este fin de semana, el primero tras la Semana Santa; celebrando así un culto al que han mantenido la denominación de besapié, pese a que lógicamente la pandemia no permite que los devotos tengan contacto físico con la imagen.
Como quiera que sea, el Señor de la Redención permanece este fin de semana expuesto en "besapié", es decir, a la veneración, en la cabecera de la nave de la Epístola de la Iglesia de San Ildefonso, muy cerca del altar que provisionalmente ocupa María Santísima del Rocío. El Señor viste completamente de blanco, con túnica y mantolín, y luce sus potencias de salida. Se encuentra elevado sobre una peana de planta mixtilínea de madera dorada sobre la que hay dos pequeñas columnas que sostienen los faroles de entrevarales del paso de palio de la hermandad.
La peana está cuajada de flores de diversas especies y tonalidades que igualmente vemos detrás, en dos jarras también del palio, subidas sobre dos columnas como las anteriores. Cada jarra está rodeada por nueve candeleros con cera blanca y todo ello se encuentra colocado a su vez sobre dos mesas de madera dorada con la cruz de Santiago de color rojo pintada en el centro del frontal.
Detrás vemos un dosel de terciopelo rojo liso con crestería superior y lateral de madera dorada. Se completa el montaje de este altar de culto en honor al Señor de la Redención con la presencia del estandarte corporativo en el lado izquierdo.
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