La Virgen de la Merced, la Patrona de Jerez, salió ayer a las calles dos años después de hacerlo por última vez antes de la pandemia que entonces nadie podía siquiera imaginar. Lo hizo, como la Virgen del Carmen en julio (ver), en el paso de la Custodia del Corpus al haberse decidido así semanas antes para evitar así los posibles riesgos de ser llevada en su paso por costaleros. Aunque lo más probable es que, de haber sabido antes la positiva evolución de la situación sanitaria, seguramente habría salido como siempre si hubiera habido tiempo para organizarlo todo.
Lo importante, en cualquier caso, es que la Patrona estaba en la calle, y con Ella una gran cantidad de jerezanos acompañando a unos de los pilares de la devoción popular de la ciudad. La Morenita, como muchos la llaman cariñosamente, iba a salir a las calles y la expectación se notaba ante la Basílica de la Merced desde bastante antes de la salida, que se fijó a las seis y media de la tarde.
Los estandartes (o guiones, como se dice en Jerez) de todas las hermandades iban llegando al templo. Los más rezagados se abrían paso entre la gente y todos se encaminaban al claustro del convento, desde el que después irían saliendo por orden (glorias, penitencias, órdenes terceras...). La Agrupación Musical San Juan fue este año la encargada de abrir paso al cortejo y llegó hasta las inmediaciones de la Basílica interpretando su conocido "Con aires de San Juan" desde la calle Muro. Junto al banderín de la propia agrupación iban también los de la Banda de Cornetas y Tambores del Santísimo Cristo de la Caridad y la Agrupación Musical de la Sentencia. De esta forma, las tres formaciones musicales más importantes de Jerez estaban representadas en la salida de la Patrona.
Con puntualidad, la cruz de guía de la Hermandad del Transporte salió de la Basílica y la Agrupación Musical San Juan comenzó a tocar avanzando hacia Santiago. Detrás de la cruz de guía, las representaciones de las cofradías, de las fuerzas y cuerpos de seguridad, de la Corporación Municipal con la alcaldesa, Mamen Sánchez, al frente, y de la Iglesia Diocesana, con el nuevo obispo, José Rico Pavés, estrenándose en la salida de la Merced. Además, horas antes visitó a todos los grupos jóvenes que dibujaron en la calle Merced su ofrenda a la Patrona con alfombras de sales de colores. Y también era novedad el consejo directivo de la Unión de Hermandades, con José Manuel García Cordero como presidente.
Una media hora después de salir la cruz de guía lo hizo la Virgen de la Merced bajo su templete de plata. El capataz Martín Gómez Moreno fue el encargado de guiar a quienes desde dentro conducían el paso de la Custodia, que salió a los sones del Himno de España interpretado por la Banda Municipal de Música de Jerez. A continuación, el paso se detuvo y desde un balcón frente a la Basílica se oyó la primera plegaria dedicada a la Patrona, en cuya letra no se olvidó hacer alusión a la pandemia y a quienes, a consecuencia de ésta, han perdido la vida en todo este tiempo.
Tras el canto, la Virgen de la Merced comenzó a recorrer la calle que lleva su nombre y la banda tocó "La Estrella Sublime". Lo cierto es que, a lo largo de la procesión, con un recorrido más breve de lo habitual, iba a ser difícil escuchar bien a la banda, dado que los numerosos devotos que se situaron tras el paso debían guardar en la medida de lo posible la tan traída y llevada distancia de seguridad, lo que fue alejando a los músicos.
Hacia la mitad de la calle llegaría otra plegaria para la Virgen desde un balcón y después seguiría su camino a los sones de "Virgen de las Aguas" y de "Candelaria", de Andrés Muñoz. Más adelante, tras dejar atrás la calle Merced, cruzó la Plaza de Santiago en dirección a la calle Ancha, siempre acompañada por un buen número de devotos.
El itinerario era distinto al de siempre, por lo que al llegar al final de Ancha no giró hacia Porvera, sino que continuó recto a la calle Ponce, adentrándose en ella mientras a lo lejos la banda tocaba "Macarena", de Abel Moreno.
En los primeros metros de Ponce, discurriendo junto al enorme retablo cerámico del Descendimiento, varios devotos comenzaron a aplaudir e incluso se llegó a escuchar algún viva. Era la emoción del reencuentro con la Virgen de la Merced en la calle, cuando ya parece que la pandemia va quedando atrás. "Ay, Merced, guapa, cuánto tiempo sin verte en la calle", dijo una señora al verla pasar.
Desde Ponce, el paso giró a Guadalete, saliendo posteriormente a la amplitud de la Plaza del Mamelón y la Alameda Cristina. "Coronación de Espinas" y "Triunfal" fueron algunas de las marchas que sonaron en este tramo.
En la Alameda Cristina, ante la Capilla de San Juan de Letrán, recibió a la Virgen de la Merced la Hermandad del Nazareno. Con el paso vuelto hacia ellos, unos niños de la corporación recitaron la clásica oración "Bendita sea tu pureza" ante el obispo y ante el comendador de la Orden Mercedaria, Felipe Ortuno.
El grupo joven había creado una alfombra de sales en el atrio de la capilla e incluso la imagen de Nuestro Padre Jesús Nazareno se encontraba en la misma puerta. Estaba todo preparado para que el paso de la Virgen de la Merced accediera al atrio, pero no lo hizo, quizá por cuestión de horario o por ir en el paso de la Custodia, que va sobre ruedas. El hermano mayor del Nazareno, Froilán Solís, agradeció en cualquier caso la parada de la Patrona ante su corporación y los jóvenes realizaron una ofrenda floral que fue depositada a sus pies sobre el paso.
Tras dejar atrás la Alameda Cristina, la Virgen de la Merced tomó, ahora sí, la calle Porvera, rumbo de nuevo a su casa por el reducido itinerario de este año. A esta calle llegó mientras la Banda Municipal interpretaba "Hermanos costaleros".
Se nota ya cómo los días son cada vez más cortos y anochece tantos. Si a eso le sumamos el techo vegetal de los frondosos árboles de la calle, parecía que de repente se hubiera hecho de noche. Incluso aquí fue encendida la iluminación eléctrica que esconden los varales delanteros del templete para iluminar mejor a la Virgen.
Detrás del paso, que dejaba entre quienes lo contemplaban un agradable aroma de nardos, sonó "Reina del Carmelo", seguida después por "Cristo de la Viga". La siguiente parada de la Virgen de la Merced estaba en la Iglesia de la Victoria, ante la representación de la Hermandad de la Soledad, cuya dolorosa presidía el templo desde su majestuoso altar del triduo celebrado días atrás.
Un hermano hacía sonar la campana de la torre mientras el paso de la Virgen de la Merced se detenía ante el templo. Los cofrades de la Soledad cantaron la "Salve Regina".
A buen ritmo, la Merced alcanzó de nuevo la calle Ancha, ahora en dirección contraria, y buscó la Plaza de Santiago, a la que llegó mientras otra vez sonaba "Virgen de las Aguas". El paso se detuvo junto a la puerta de la nave de la Epístola, donde se despidieron de la Patrona las representaciones de las hermandades de la Buena Muerte y la Sacramental de Santiago.
Después, mientras la banda tocaba "Santa Teresa de Jesús", el paso se internó por la calle Merced, donde los servicios de limpieza ya habían eliminado todo rastro de las alfombras de sales por las que un par de horas antes había pasado la Virgen de la Merced. A continuación, sonó de nuevo "Coronación de Espinas" y luego un miembro de la Peña Flamenca Tío José de Paula le cantó a la Virgen desde la misma delantera del paso.
Las hermandades que quedaban en el cortejo, y que no se habían ido despidiendo en distintos puntos del itinerario, formaron una doble fila, a un lado y otro de la calle, en los metros que quedaban antes de alcanzar la Basílica. Después, el paso se detuvo ante el mismo balcón desde el que en la salida se cantó la plegaria. Ahora era el turno de Juan Pedro Vega, que fue el encargado de pronunciar el fervorín de este año en honor a la Virgen de la Merced antes de su entrada.
Finalizado el fervorín, la Virgen de la Merced se dispuso a entrar de nuevo en su Basílica. Para este momento, la Agrupación Musical San Juan, perfectamente formada a un lado de la puerta, tomó el relevo de la Banda Municipal y suya fue la última marcha que sonó para la Patrona. Fue la bellísima "Corazón de San Juan", de Alejandro Blanco, con la que el paso se colocó para entrar mirando hacia la calle, hacia sus devotos.
Finalmente, la Virgen de la Merced entró y la Banda Municipal cerró esta salida con el Himno de España cuando pasaban unos minutos de las nueve y veinte de la noche.
Lo comentaba una mujer en la salida de Santa Marta el pasado mes de julio (ver): "Si salió la Virgen del Carmen y sale Santa Marta, en septiembre saldrá también la Patrona, ¿no?". Pues efectivamente, la Virgen de la Merced cumplió ayer con los jerezanos saliendo a las calles después de la veneración que sustituyó a la salida en 2020, con la imagen colocada en el centro de la Basílica para que sus devotos la rodearan, como tres meses después haría en Sevilla la Esperanza Macarena. Salió ayer la Merced y Jerez, que lleva meses disfrutando poco a poco del culto externo, dio un paso más hacia la ansiada normalidad, hacia la vieja normalidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario