lunes, 13 de septiembre de 2021

LA MERCED DE SAN GREGORIO VUELVE AL CULTO SIN NIÑO TRAS SU RESTAURACIÓN


La imagen de Nuestra Madre y Señora de la Merced, que recibe culto en la Iglesia de San Gregorio, regresó ayer al templo tras la profunda restauración a la que ha sido sometida desde el pasado mes de febrero por parte de José Manuel García Rodríguez y Álvaro Robles Bermudo.
La labor que han desarrollado ha sido tanto interna, con diversos arreglos de estructura, como de limpieza de policromía, que es lo que más destaca al contemplar el resultado de esta actuación y como queda patente al observar la diferencia entre el antes y el después.


Pero, sin duda, el cambio más llamativo es que no ha vuelto al culto la imagen del Niño Jesús que sostenía la Virgen de la Merced con su brazo izquierdo; una decisión consensuada entre la fraternidad de devotos y la comunidad mercedaria que rige el templo, y motivada por la diferencia estilística y artística entre ambas tallas, dado que el Niño no pertenecía originalmente a la imagen mariana, sino que sería incorporado con mucha posterioridad.
Volviendo a la restauración de la imagen de la Virgen, y según explica la propia fraternidad, la estructura interna de la talla databa de 1960 y se encontraba en un deficiente estado de conservación. Así, han sido sustituidos tanto el candelero como el cuerpo por unos nuevos de madera de pino, en tanto que los brazos también son nuevos y se han realizado en madera de cedro con articulaciones de las llamadas de bola. En cuanto al busto, se han eliminado estucos, colas, clavos y tachuelas, y se ha consolidado y protegido la madera. También se ha reparado el dedo índice de la mano derecha, que presentaba una doble rotura mal reparada en el pasado. Además, se ha actuado sobre el pelo, que es de telas encoladas y tenía algunos daños.
En cuanto a la encarnadura, se ha limpiado de forma tanto química como mecánica y se ha decidido conservar la capa más reciente, que fue la que en 1960 le aplicó el imaginero Antonio Eslava, tras retirar acumulaciones de suciedad que desvirtuaban la estética de manos y rostro, y que ocultaban su tonalidad nacarada. Por otro lado, se han reintegrado las pérdidas de policromía que presentaba y se han sustituido las pestañas por unas nuevas de Santiago Delgado Carrera, siguiendo totalmente la forma de las anteriores para no modificar la expresión de la imagen.
Ante la ausencia del Niño Jesús, la Virgen de la Merced, talla anónima datada en el siglo XVIII, sujeta ahora el pequeño escapulario mercedario con la mano derecha y el cetro de plata con la izquierda, cuando antes ambos elementos los sostenía con la derecha.










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