Todos los ingredientes que ha de ofrecer una salida extraordinaria se vivieron este sábado en Jerez, donde la Hermandad de la Borriquita cerró su misión lasaliana en el Colegio La Salle-Sagrado Corazón de Jesús, actividad previa a su Coronación Canónica del año que viene, con una procesión extraordinaria de Nuestra Señora de la Estrella de regreso a su sede, el Colegio de San José, en su paso de palio.
Fue una salida fuera de su fecha habitual, el Domingo de Ramos, con un itinerario inédito en su mayor parte, y con grandes momentos que quedarán en el recuerdo, sobre todo aquéllos que tienen que ver con la participación de otras hermandades que colaboraron con la de la Borriquita en hacer de éste un día para la historia cofradiera de la ciudad.
Hizo calor, sí, pero perfectamente asumible. A fin de cuentas, Jerez está muy cerca del mar y se nota en la temperatura. Quienes, desde luego, así lo notaron fueron los muchos sevillanos que acudieron a contemplar esta salida procesional de una de las grandes dolorosas que salieron de las gubias de Sebastián Santos Rojas.
Pasaban algunos minutos de las siete de la tarde cuando se abrieron las puertas del campo de fútbol del Colegio La Salle-Sagrado Corazón de Jesús, conocido popularmente como Colegio Mundo Nuevo. Por la mañana se había celebrado la eucaristía de cierre de la misión lasaliana que ha tenido lugar durante tres semanas en dicho centro educativo, al que la Estrella fue trasladada en andas.
El regreso, sin embargo, iba a ser con la dolorosa en su paso de palio y por eso la salida se tuvo que hacer desde el campo de fútbol, donde una alfombra azul señalaba el camino que el cortejo iba a recorrer hasta salir a la calle Hermano Tomás Bengoa. La cruz de guía abría el cortejo, seguida de los hermanos más jóvenes de la Borriquita, algunos de ellos con los trajes de su Primera Comunión. Después iba el guión del Colegio Mundo Nuevo, presidido por la imagen del Sagrado Corazón de Jesús. Un tercer tramo de hermanos lo abría el guión del lema lasaliano "Signum fidei", que tiene como motivo principal una estrella; de ahí la advocación de la dolorosa. Finalmente, iban la representación de la Hermandad de la Cena con su estandarte corporativo, y el propio de la Hermandad de la Borriquita antes de la presidencia y del cuerpo de acólitos.
El paso de palio de la Estrella iba perfectamente exornado con diversas especies florales de un tono rosa muy intenso. Eran principalmente rosas, así como rosas de pitiminí en las jarras delanteras y en las que sujetaban unos ángeles de orfebrería en las esquinas del respiradero delantero.
En cuanto a la Virgen, llevaba el tocado de encaje de plata de su vestidor, Fernando Barea, que en otras ocasiones han lucido otras dolorosas a las que ha vestido, como la Amargura en sus procesiones de traslado y regreso de la Catedral en diciembre de 2017 (ver y ver). Y también hay que destacar el llamativo collar cedido por la Hermandad de la Yedra, perteneciente al ajuar de la Virgen de la Esperanza, que lo lució en su traslado a la Catedral el pasado mes de diciembre (ver).
La gente que acudió a ver a la Virgen de la Estrella, cuya cantidad iría en aumento con el paso de las horas, la esperó en la calle. Mientras, el paso de palio, a las órdenes de su capataz, Manuel Serrano, fue recorriendo el patio acompañado a tambor por la Banda de Música Maestro Enrique Galán, de Rota. En varias chicotás el paso llegó hasta la puerta y se detuvo unos minutos antes de cruzarla.
Tras la última levantá sobre la alfombra azul, el paso de palio avanzó y salió a la calle, despidiéndose así del Colegio Mundo Nuevo, donde la Virgen de la Estrella ya estuvo en 1989, aunque en aquel entonces los traslados se realizaron de manera privada, que es el eufemismo que solemos utilizar para evitar imaginar a una imagen devocional envuelta en el interior de una furgoneta. Eran otros tiempos, otro obispo y otras limitaciones...
Tras el Himno de España, la banda roteña interpretó la marcha "Estrella lasaliana". "Despacito, que no sabemos cuándo volverá aquí la Virgen", decía el capataz. Después, fue el turno de otra marcha dedicada a la Estrella; en este caso, "Stella, signum fidei", que fue la que sirvió para que el paso de palio saliera a Obispo Cirarda y girase a la derecha, mirando ya hacia el centro de la ciudad.
Poco después, con "Esperanza Macarena", el paso de palio, que llevó durante toda la procesión los faldones levantados para evitar un excesivo calor bajo las trabajaderas, avanzó algunos metros hasta detenerse para el primer relevo de costaleros de la tarde.
Más adelante, tras una chicotá a tambor sonó "La Esperanza de Triana", con la que el paso alcanzó la Puerta del Sol y llegó hasta el Colegio Madre de Dios de las Hijas de la Caridad, que recibieron a la Virgen de la Estrella con el balcón engalanado y con la imagen de la Virgen de la Medalla Milagrosa en la puerta.
Tras esta parada, la Estrella siguió su camino a los sones de "La Virgen de Sevilla". Muy cerca estaba la Parroquia de Madre de Dios, sede de la Hermandad de Amor y Sacrificio, cuya imagen titular también fue situada en la puerta para recibir a la dolorosa de la Borriquita. La Virgen de esta corporación del Lunes Santo estaba entre candeleros y flores, y junto al estandarte corporativo. Bastante gente se concentró a las puertas de la parroquia para vivir este histórico encuentro entre dos dolorosas de hermandades con estilos artísticos y estéticos tan diferentes.
Con el "Ave María" de Vavilov (popularmente conocido como el de Caccini), el paso de palio fue acercándose a la parroquia y volviéndose ante la puerta para que la Virgen de la Estrella y la Virgen de Amor y Sacrificio estuvieran frente a frente. Cuando el paso se detuvo, los cofrades de ambas corporaciones cantaron la Salve Regina.
El hermano mayor de Amor y Sacrificio, Daniel Dávila, tocó el llamador y el paso de palio comenzó a alejarse de Madre de Dios mientras la Banda Maestro Enrique Galán tocaba "Virgen de la Palma". A continuación, cruzó la Ronda de San Telmo para llegar a la plazuela Nuestro Padre Jesús de la Sentencia y Humildad, ya en el Jerez intramuros.
Otra hermandad, la Yedra, esperaba también a la Virgen de la Estrella en la puerta de su ermita. Y la marcha con la que el palio se acercó a este punto no podía ser otra que "Esperanza de la Yedra". Con ella, el paso llegó hasta el retablo cerámico del Señor de la Sentencia y Humildad. En este momento, llamó a los costaleros el capataz de la Esperanza, Tomás Sampalo, y a continuación el palio entró en la ermita a los sones de "Siempre la Esperanza".
La Esperanza Coronada y la Estrella, que está por coronarse, como dijo el hermano lasaliano que acompañaba a la cofradía, se encontraron bajo el mismo techo. Todos los presentes rezaron un Ave María y después tomó la palabra el hermano mayor de la Borriquita, Juan Miguel García, quien agradeció a la Yedra "su cariño y facilidad", así como el haber hecho realidad la palabra hermandad entre ambas cofradías.
Del mismo modo se pronunció el hermano mayor de la Yedra, Manuel Hurtado, quien subrayó la colaboración prestada por los cofrades del Domingo de Ramos en la cocina solidaria de la Esperanza en los difíciles momentos de la pandemia. "Gracias por estar en nuestra casa, que es la vuestra", dijo Hurtado, quien indicó que para la Hermandad de la Yedra era un orgullo recibirles en su ermita. En este sentido, bromeó diciendo que "ya podéis meter nuestra ermita en vuestro plan de agua porque el palio cabe". Finalmente, animó a los cofrades y devotos de la Estrella a disfrutar de todo lo que está por venir hasta la Coronación Canónica prevista para el 14 de octubre de 2023.
A continuación, todos cantaron la Salve y rezaron un Padre Nuestro, concluyendo la visita con varios vivas a los titulares de ambas corporaciones. Luego, el paso se levantó a pulso "por los que verán la Coronación desde el cielo, por el comedor de la Esperanza y por la obra social de la Estrella".
Y precisamente la marcha que sonó para el momento de la salida fue "Coronación", a la que siguió después "Pasan los campanilleros", que fue interrumpida cuando el paso se detuvo. Instantes después, la banda tocó la misma marcha y desde la azotea de la casa hermandad de la Yedra cayó una gran petalada, como también caería después desde otro edificio cercano.
Comenzó así la Estrella a recorrer la calle Empedrada, donde sonaron tras el palio las marchas "Aniversario macareno" y "Madre y Señora del Patrocinio", ésta ya saliendo a la calle Ramón de Cala, donde el palio se volvió ligeramente a un señor que estaba en una silla de ruedas tras el monumento a Lola Flores.
Comenzaba a anochecer y, con los candelabros de cola encendidos desde la parada en la Yedra, se inició el difícil trabajo de encender la candelería delantera. El viento que de vez en cuando se hacía notar apagaba los cirios a veces a los pocos segundos de haberse encendido. En toda la noche, pese al empeño de los encendedores, el palio no iba a estar completamente encendido en ningún momento.
La Estrella siguió su camino y con "Madre de los Gitanos Coronada" alcanzó la calle Barja, donde de nuevo se tuvo el mismo gesto que antes, ahora con una señora también en silla de ruedas. Luego continuó con la marcha "Triunfal" hasta llegar al Convento de San José de franciscanas descalzas. Ante el retablo cerámico de la Virgen del Valle, otra dolorosa coronada, el palio se detuvo y a continuación siguió hacia la plaza de León XIII con "El Corpus".
Llegó de esta forma la Virgen de la Estrella a otro punto destacado de su itinerario, la Parroquia de San Miguel, en cuya puerta principal, que dejaba ver el retablo mayor de Juan Martínez Montañés, fue recibida por la Hermandad del Santo Crucifijo.
Como ocurrió con la Esperanza de la Yedra en diciembre, sonó la marcha "La Madrugá" para que la Estrella se despidiera de San Miguel ante la cofradía que abre la Noche de Jesús. La práctica totalidad del cortejo, a excepción de las insignias, se quedó en la casa hermandad del Santo Crucifijo.
La Banda Maestro Enrique Galán tocó después "Virgen de Montserrat" para que el paso de palio tomara la calle San Miguel, y después fue el turno de "Pasa la Virgen Macarena" por la calle San Pablo, en cuya esquina con Caballeros se detuvo, lo que motivó que la banda interrumpiera la partitura.
Tras una levantá que acercó peligrosamente los varales a los muros por la propia inclinación de la calle, la Virgen de la Estrella tomó Caballeros a los sones de la marcha "Triana" y más adelante salió a la plaza del Arenal con "Virgen de los Negritos".
A los encendedores se les seguía resistiendo la candelería por culpa del viento, que casi la volvió a apagar al completo en un espacio tan abierto como el Arenal. Desde aquí, la Estrella se encaminó a la calle Consistorio, donde se interpretó la marcha "Virgen de las Aguas", llegando con ella hasta la plaza de la Yerba.
Seguidamente, el paso de palio tomó la estrechez de Conde Cañete del Pinar para buscar la plaza de Plateros mientras la banda tocaba "Virgen de la Estrella". Desde un balcón de la plaza se tiraron algunos claveles blancos a la Virgen, tras la que después sonó "María Santísima de la O", aunque la marcha se interrumpió al detenerse el paso en el inicio de la calle Tornería.
Minutos después, la Estrella volvió a caminar y recibió una gran petalada coincidiendo con la interpretación de la marcha "Siempre la Esperanza". Unos coches aparcados en la zona más amplia de la calle obligaron a hacer la siguiente levantá a pulso 'aliviao' por la cercanía al paso de uno de los vehículos.
Y después, como cada Domingo de Ramos en su recorrido de vuelta, la Virgen de la Estrella tomó la esperada estrechez de Tornería y recorrió la primera parte, hasta la plaza del Clavo, con una triple interpretación de "Coronación de la Macarena", aunque la tercera no se completó al pararse el palio. Después, ante un buen número de cangrejeros delante del paso, afrontó la última parte de la calle con "Triana de Esperanza" y "Mi Amargura", llegando con esta última a la plaza Rafael Rivero.
Desde Rafael Rivero, la Virgen de la Estrella se encaminó hacia la plaza de San Marcos con la marcha "Señorita de Triana", interrumpida al pararse el paso, y luego con "Macarena", de Abel Moreno. Después, la hermandad quiso dedicar la siguiente levantá a la Banda Maestro Enrique Galán, dos de cuyos componentes tocaron el llamador junto al capataz, quien dijo de los músicos: "Son parte de nosotros".
Discurriendo ya junto a la Parroquia de San Marcos, el palio avanzó con "Siempre Macarena", girándose de nuevo hacia una persona que se encontraba en una silla de ruedas. Más adelante, el capataz dedicó una levantá a la fiscal de paso, que en los últimos días ha vivido un problema de salud de un familiar. Y acto seguido, el palio se levantó y con "Virgen de la Paz" se dirigió a la puerta principal de San Marcos, donde se despidió la Hermandad de la Cena rezando un Ave María. El capataz aprovechó para recordar que el decreto de la próxima Coronación Canónica se leyó en 2020 con la Virgen de la Estrella en este templo.
Quedaban pocos metros de recorrido en esta salida extraordinaria y el paso de palio se dirigió a la plaza Nuestro Padre Jesús de la Sagrada Cena con la marcha "Como tú, ninguna", a la que siguió una doble interpretación de "Encarnación Coronada" hasta situarse ante el arco de acceso al patio del Colegio de San José.
A continuación, la Virgen de la Estrella entró en el patio con la marcha "Stella, signum fidei", lamentablemente interrumpida cuando el paso se detuvo ante la puerta. En este momento, un hombre le dedicó una saeta a la dolorosa y el capataz quiso que la siguiente levantá fuera "por mi hija y por todos los niños que le están viendo la cara a la Virgen".
Girando ante la puerta de la capilla del colegio, donde parecía recibir a la Virgen de la Estrella la imagen de Cristo Rey sobre su burra, la banda de Rota tocó "La Estrella Sublime", iniciándola una segunda ocasión, aunque no dio tiempo a completarla. Poco después, el paso entró en la capilla y sonó el Himno de España cuando faltaban dos minutos para la una y media de la madrugada.
Nada más entrar, el palio volvió a detenerse y luego se levantó con una dedicatoria para todos los hermanos de la Borriquita, y especialmente para los que han trabajado para que esta misión lasaliana en el Colegio Mundo Nuevo saliera tan bien.
Aún sonó una marcha más mientras el paso era llevado ante el coro de la capilla. Y fue de nuevo "Coronación", en alusión a lo que el año que viene vivirán los hermanos de la Borriquita con su Virgen de la Estrella.
Un Padre Nuestro a Cristo Rey y el canto de la Salve a Nuestra Señora de la Estrella pusieron el punto final a la misión lasaliana, preámbulo de la Coronación Canónica que se vivirá con todo esplendor dentro de dieciséis meses.
Jerez nos ha regalado otra gran salida extraordinaria con importantes momentos y una duración correcta, medida y salpicada de grandes emociones. Sólo sobró el viento en la candelería. Pero al menos sirvió para bajar la temperatura. No se puede tener todo.
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