El pasado sábado, tras dos años en blanco por la pandemia, se produjo el reencuentro de la Virgen del Carmen de San Leandro con su barriada de la antigua Huerta del Carmen y con los profesionales y enfermos del Hospital Virgen Macarena, ante el que volvió a detenerse en el que cada año es el momento más destacado de su recorrido.
Todo comenzó algunos minutos antes de las ocho de la tarde, cuando las puertas de la parroquia se abrían y dejaban paso a la cruz parroquial entre faroles, seguida por la bandera carmelita y distintas representaciones de hermandades, entre las que se encontraban el Carmen de San Gil, el Rosario de San Julián, San José Obrero, la Anunciación de Juan XXIII, la Candelaria Madre de Dios o el Inmaculado Corazón de María de Torreblanca. A continuación iban el libro de reglas y el propio estandarte corporativo del Carmen de San Leandro justo antes de la presidencia y del cuerpo de acólitos.
A las órdenes del capataz, Pedro Velázquez, el paso avanzó desde el presbiterio de la parroquia hasta la puerta y la Virgen del Carmen salió del templo sin su corona, que es necesario retirar debido a la altura de la nueva peana, que ya se pudo ver el año pasado, cuando la imagen se asomó al atrio, y a la que acompañan los candelabros de guardabrisas que se estrenaban este año.
La peana, de las llamadas de carrete por su forma, y los candelabros forman parte del proyecto de nuevo paso ideado por Mario Ramos Rodríguez y tallado por Rubén Luna Perea, que se irá completando en los próximos años. Y del capítulo de estrenos también formaba parte una nueva toca de sobremanto de tul bordado en hojilla de oro por Jesús Castizo.
En el momento de la salida, la Banda de Música de la Cruz Roja, que esperaba en la plaza de San Gabriel, interpretó el Himno de España. Después el paso se detuvo para que un hermano subiera a colocarle a la Virgen la corona, y encendiera los guardabrisas que salen de la propia peana.
"Por los vecinos de la Huerta del Carmen, que llevan esperando dos años", dijo el capataz antes de hacer sonar el llamador para que la Virgen saliera a la plaza, lo que hizo mientras la banda tocaba sones jerezanos con la marcha "¿Quién te vio y no te recuerda? Saeta jerezana", escogida tal vez por su título. Los vecinos recordaban a la Virgen del Carmen paseando por sus calles y el sábado lo volvieron a vivir.
Tras una parada, la Virgen del Carmen, con el sol dándole de lleno en la cara, tomó la calle Cereza mientras la banda interpretaba "María del Rocío". Después, el paso llegó hasta un bloque de pisos perfectamente engalanado para recibir a la Virgen, con colgaduras y una gran foto de la imagen. El capataz les dedicó la levantá: "Por los vecinos de este bloque de la calle Cereza, que siempre lo adornan; pero este año falta alguien, Pili, que se ha ido con la pena de no saber dónde está su sobrina Marta. Por ellas dos y por los vecinos".
El paso se levantó y salió a la calle Avellana a los sones de "Danos la paz". Como es costumbre desde hace algunos años, mientras casi todo el cortejo giraba a la izquierda, el paso lo hizo a la derecha para recorrer al completo esta calle antes de seguir con su itinerario.
En Avellana hubo una chicotá a tambor y después llegó hasta el final de la calle, sin salida para un paso, por lo que tuvo que realizar un giro de ciento ochenta grados mientras sonaba por dos veces "Como tú, ninguna". Los componentes de la Banda de la Cruz Roja se repartieron entre los dos lados de la calle y el paso, con los faldones laterales levantados para aliviar en algo el intenso calor de los costaleros, discurrió entre ellos.
Más adelante, el capataz, que estaba muy emocionado, quiso dedicar la siguiente levantá a un amigo al que dijo haber conocido cuando llegó al Carmen hace diecinueve años. De él dijo que estuvo un tiempo alejado y, cuando iba a volver con la hermandad, tuvo que cuidar de su padre, fallecido hace un par de semanas. Seguidamente, el paso continuó a los sones de "Coronación".
El presidente del Consejo de Hermandades y Cofradías, Francisco Vélez, recientemente reelegido, se acercó al paso junto al hermano mayor, Juan Antonio González Macías. El capataz dedicó la levantá al nuevo equipo al frente del Consejo y le pidió a la Virgen del Carmen que los ilumine y acompañe en su trabajo.
Poco después, el paso, adornado con rosas, lilium, astromelias, nardos, gladiolos, hypericum, estátice, ruscus y eucalipto, giró a la derecha en la calle Manzana con la marcha "Rocío" y luego cruzó San Juan de Ribera en dirección al Hospital Virgen Macarena con "Aniversario macareno".
Ya dentro del recinto del hospital, tras pasar junto al control de acceso, la Virgen del Carmen comenzó a acercarse a la fachada principal, donde había varios miembros del personal sanitario, así como cofrades y probablemente algunos familiares de los ingresados. En esta ocasión no se vio a enfermos que otros años sí que se han asomado a la puerta del centro, pero algunos vieron a la Virgen desde las ventanas de las habitaciones.
Para llegar hasta la fachada principal, la Banda de la Cruz Roja enlazó las marchas "Macarena", de Abel Moreno, "La Estrella Sublime" y "Esperanza Macarena". El paso se detuvo frente a la puerta y los presentes rezaron el Padre Nuestro, el Ave María y el Gloria.
Antes de marcharse del hospital tomó la palabra el capataz: "Hemos estado dos años sin venir, pero Ella siempre ha estado presente cuidando de los enfermos". Además, quiso dedicar la levantá a todos los que se fueron durante la pandemia. "Por los que están ya arriba, pero también por todos los que estuvieron al frente, anteponiendo su profesionalidad a la familia", dijo Pedro Velázquez. "Por todos ellos, los médicos, los enfermeros, los ATS y hasta una simple limpiadora. Y por la madre de uno de ustedes, Rosario, madre de Rafael Valdivieso y esposa de Rafael Valdivieso, capataz y hermano mayor de Jesús Despojado; que la Virgen la cuide".
Seguidamente, el paso se levantó y la Banda de la Cruz Roja tocó el final de "Encarnación Coronada" para a continuación interpretar la misma marcha completa y enlazarla luego con "Virgen de la Palma", todo ello mientras el paso se alejaba y, de forma extraordinaria, tomaba el pasillo del Policlínico para salir de nuevo a San Juan de Ribera por allí, en lugar de hacerlo como siempre, por el control de acceso por el que había entrado.
Todas las representaciones de hermandades (salvo San José Obrero, que se marchó antes), se despidieron en este punto de la Virgen del Carmen, que después avanzó con la marcha "Virgen de los Reyes". Posteriormente, con celeridad para no cortar el tráfico demasiado tiempo, continuó a tambor hasta adentrarse por Fray Isidoro de Sevilla.
Siguiendo el itinerario tradicional, la Virgen del Carmen continuó luego por León XIII, Jorge de Montemayor, Manuel Villalobos y Fray Luis de Granada, punto éste también muy destacado del itinerario. Después volvería a San Leandro de nuevo por León XIII, Manzana, Avellana y Cereza, realizando su entrada pasados cinco minutos de la una de la madrugada.
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