Ocurre que fuera del ámbito de las hermandades hay gente que no entiende cómo funcionamos los cofrades, especialmente en lo que se refiere a las polémicas (el noventa por ciento de ellas artificiales) que surgen por vaya usted a saber qué peregrina razón: túnica lisa o bordada, agrupación o cornetas y tambores, marchas clásicas o modernas, cambio de orden de paso, carrera oficial del derecho o del revés... No. Los ajenos a esto no nos entienden. Y a veces no nos entendemos ni nosotros mismos, pese a lo que parece gustarnos una polémica bien condimentada. Y más en verano, para hablar de ella bajo la sombrilla, en el chiringuito o paseando por la orillita...
Ayer nos sorprendieron (bueno, no demasiado) las hermandades del Sol, los Servitas y la Trinidad con un comunicado de lo más surrealista del que, con enorme acierto y lección de saber estar, se ha desmarcado una hermandad seria como es la Soledad de San Lorenzo. Vienen a decir que nadie les ha comunicado todavía lo que todo el mundo menos ellas, al parecer, saben, y es que en 2023 hay Santo Entierro Grande. Es más; dicen que todavía nadie les ha informado de cómo les va a "afectar" (atención al verbo "afectar") a sus estaciones de penitencia su organización.
Que en 2023 va a haber Santo Entierro Grande lo sabemos todos desde hace semanas, si no meses. Ellas también. Pero, puestos a hablar de formalismos, no fue hasta el pasado martes cuando el arzobispo, José Ángel Saiz Meneses, dio, por así decirlo, su bendición al SEG durante la misa en honor a María Santísima de Villaviciosa. Eso fue sólo tres días antes de la publicación del absurdo comunicado. Pero es que, además, los hermanos del Santo Entierro aún tienen que aprobar su celebración en un cabildo general que no tiene todavía ni fecha.
Pero, pese a lo anterior, el Sol, los Servitas y la Trinidad dan por sentado que ya hay definidos horarios e itinerarios del Santo Entierro Grande y que una mano negra les está ocultando maliciosamente esa información. Y eso que está descartado cambiarles de día de salida, como se hizo en el pasado cuando el SEG se celebraba en Viernes Santo; y eso que el hermano mayor del Santo Entierro se muestra dispuesto a estudiar todas las opciones para que las molestias al resto de hermandades sean las menos.
Las cosas claras: a esas tres hermandades, una de ellas recién llegada y ya poniendo pegas (¡qué rápido se transmiten ciertas actitudes!), no les hace ninguna gracia que se celebre algo que existe desde hace un siglo y tres cuartos, cuando sólo se conocía como cofradía de penitencia a una de las tres. Y aunque es el mismo arzobispo el que está encantado con la idea, que cuenta también con el apoyo del Ayuntamiento y del Consejo de Hermandades, cuyo presidente acaba de ser reelegido con el ochenta por ciento de los votos, no parece que tengan intención de disimular su disgusto.
La cuestión es qué les molesta tanto de una celebración que, se mire por donde se mire, es una gran noticia para el mundo cofradiero de la ciudad. Hay voces que dicen que en 2004 sufrieron imposiciones horarias. Unas imposiciones que para los Servitas y la Trinidad (el Sol no estaba) supusieron la friolera de tener que adelantar en media hora su salida. ¡Media hora! ¿Hay derecho a eso? Dicen también que tuvieron que correr mucho... En todo caso, tendrían que cumplir sus horarios, que es lo que se espera que hagan todos los años; que digo yo... Y un sufrimiento como ése que cuento no lo vivió el Sol. ¿De qué se queja la hermandad del Plantinar? ¿De que a primeros de julio aún no tenga definidos sus horarios y el itinerario del año que viene? Pero, ¿qué clase de marcianada de comunicado ha firmado esta hermandad con las otras dos?
¿Qué temen? ¿Que todo el protagonismo del Sábado Santo de 2023 se lo lleven el Santo Entierro y las hermandades que se unan a ella con sus pasos? ¿No les parece importante celebrar el DCCLXXV aniversario de la reconquista de Sevilla por parte de San Fernando del mismo modo en que se celebró el DCC aniversario en 1948?
Miren ustedes, si toda la organización del SEG se hace de espaldas al resto de hermandades del día, pues que salgan y expriman el Word a base de comunicados todo lo que quieran y soporten las teclas de sus ordenadores. Pero publicar ese comunicado estéticamente tan bonito, con sus escudos y todo, es poner la venda antes de la herida. O, si se quiere, ponerse en plan quejica o en plan "hacednos casito, que estamos aquí". Y, sobre todo, lo que hace es que nos preguntemos por la otra hermandad del Sábado Santo, la que no se ha unido a la fiesta, la que no ha puesto su escudo en la cabecera del documento de Word, cuando es evidente que sus horarios también se tocarán, como se hizo en 2004.
En definitiva, ¿cómo nos van a entender los ajenos al mundo de las cofradías en nuestros debates, nuestras polémicas y nuestras rarezas, si absurdos como el de este comunicado no somos capaces de explicarlos ni los que estamos dentro? El Santo Entierro Grande se celebra una vez cada muchos años y por razones perfectamente justificadas. No supone tanto esfuerzo para las demás cofradías del día poner un poquito de colaboración y de comprensión, que es exactamente lo que la Hermandad del Santo Entierro pedía el otro día. Pero, no nos engañemos, el comunicado al alimón del Sol, los Servitas y la Trinidad, pidiendo una información que ya tienen (la celebración del SEG) y otra que saben que aún no existe (la forma en que les va a "afectar" su celebración) no denotan mucha predisposición a un espíritu de colaboración ni de comprensión. Ellas sabrán cuál quieren que sea su papel en la que será una jornada histórica para la Semana Santa de Sevilla...
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