El Día de la Virgen en el Convento del Pozo Santo se celebra con los cultos en honor a Nuestra Señora del Tránsito, para la que tuvo lugar días atrás el triduo y hoy, martes, ha estado expuesta para su contemplación en la capilla durante la mañana, mientras que a las nueve de la noche será la función solemne.
Para estos cultos, la Virgen del Tránsito se encuentra a los pies del retablo mayor, presidido por la imagen del Santo Cristo Varón de Dolores, tumbada sobre su cama de madera dorada y policromada que en su cabecero muestra precisamente la escena de la Asunción de María. Viste una saya color crema y un manto celeste con bordados en oro y sedas con decoración floral. Sobre la cabeza luce su habitual corona, en el pecherín presenta varias joyas y en las manos entrelazadas lleva dos rosarios.
Las cuatro tallas del Niño Jesús de madera y plomo que posee la comunidad de terciarias franciscanas del Pozo Santo aparecen alrededor de la Virgen caracterizados como ángeles y vestidos de color blanco, en tanto que otras tallas de ángeles de menor tamaño están también junto a la cama en la que la Madre de Dios, sin pasar por el trance de la muerte, abandona este mundo directa al cielo.
El altar se completa con la presencia de varias jarras con flores naturales y de talco, seis candeleros y dos candelabros con velas blancas, un crucifijo de orfebrería, dos sacras y un relicario. Además, del retablo cuelga un pabellón con un cortinaje blanco que se divide en dos extendiéndose a un lado y a otro.
Finalmente, ante todo el conjunto hay un ramo ofrendado por la Hermandad del Sol, muy vinculada a la Comunidad del Pozo Santo al rendir ambas culto al Varón de Dolores. De hecho, los dos ángeles con filacterias que flanquean al del Pozo Santo formaron parte del paso del Cristo del Sol en las estaciones de penitencia de 2012 (ver) y 2013 (ver).
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