martes, 14 de octubre de 2025

LA VIRGEN DEL ROSARIO DE LOS HUMEROS ESTRENÓ UN TRONO EN SU SALIDA


La mañana del 12 de octubre es en Sevilla el momento de una hermandad pequeña y humilde, pero imprescindible y con una rica historia. La Hermandad del Rosario de los Humeros es una corporación de gran personalidad que hace única esta jornada siempre festiva.
Todo comienza bien temprano, cuando aún no ha amanecido. Porque en esta hermandad el término rosario de la aurora es literal. A la Virgen le amanece en la calle mientras los hermanos van rezando el rosario camino del Convento de Santa Rosalía, a cuyas religiosas visita todos los años. Allí se celebra la eucaristía y posteriormente tiene lugar el regreso a su capilla de la calle Torneo en la que ya sí es una salida procesional con todos sus elementos.
El cortejo, breve, salió a eso de las once de la mañana de Santa Rosalía a la calle Cardenal Spínola, donde esperaba para acompañar a la Virgen del Rosario la Banda Municipal de Música de Arahal, encargada este año de poner sus sones en esta hermandad, ya que la banda habitual, la de Las Cigarreras, prefirió estar con la Esperanza de Triana en uno de sus traslados de la misión que viene realizando este mes.
El paso salió y la Banda de Arahal interpretó el Himno Nacional, seguido de la marcha "Del barrio de los Humeros". Tras una parada en la que iluminó con fuerza a la Virgen el sol de la Gavidia, se adentró en la calle Baños a los sones de "Virgen de los Estudiantes" hasta detenerse junto a la recientemente rotulada como calle María Santísima de las Tristezas.

























La cofradía ha presentado este año un estreno de gran importancia: un nuevo trono para la Virgen del Rosario de madera dorada realizado por Antonio Daniel Comas Pérez, hermano de la corporación. Una obra que sin duda ha realzado la belleza de un coqueto paso sobre el que destaca la belleza de la imagen mariana.
Aún en Baños, la Virgen del Rosario siguió avanzando, ahora con la marcha "Virgen del Dulce Nombre", y luego sonó "Virgen del Rosario", girando con ella a la calle Miguel Cid, en la que se produjo el primer relevo de costaleros de la procesión.























Hecho el relevo, el paso, adornado con unos olorosos nardos en las esquinas y con rosas blancas en dos jarras y en el friso, se levantó, siempre a pulso 'aliviao', y avanzó con "Procesión de Semana Santa en Sevilla" antes de salir a la plaza Teresa Enríquez con "Triunfal".
Como cada año, la Virgen del Rosario de los Humeros hizo estación en la que es su parroquia, San Vicente. Para terminar de recorrer la plaza y adentrarse en ella, la Banda de Arahal tocó "Jesús de las Penas", marcha que fue interrumpida cuando el paso, que fue recibido por las hermandades de las Penas y las Siete Palabras, estuvo ya dentro.



















Una vez en el interior de San Vicente, la Virgen del Rosario, cuyo paso comandaban los hermanos Gallego, fue conducida hasta el presbiterio, mirando hacia el altar mayor, donde otra imagen con la misma advocación, en este caso la de la Hermandad de las Siete Palabras, estaba expuesta en besamanos.
El párroco, Carlos Coloma, pronunció unas palabras de bienvenida destacando la importancia del día desde el punto de vista mariano para la feligresía, dado que estaba en la calle la Virgen del Rosario de los Humeros y en besamanos la de San Vicente y la de las Mercedes de la Puerta Real (ver). Y todo ello en una jornada tan destacada en el calendario mariano como la festividad de la Virgen del Pilar. Antes de proseguir la procesión, todos los presentes rezaron la Salve.














La salida del templo la hizo el paso por la puerta ojival, la que da a la calle San Vicente. La Banda Municipal de Arahal tocó entonces la marcha "Coronación de la Macarena". Luego hubo una rápida chicotá a tambor con la que se buscó alejar el paso de la parroquia lo antes posible, dado que estaba comenzando en ella la celebración de la misa. Seguidamente, la banda interpretó "Aquella Virgen" en el giro a la plaza Rull. 























Comenzó entonces el discurrir de la cofradía por las callejuelas cercanas a la parroquia, tomando en primer lugar García Ramos con "Virgen de las Aguas", seguida después por "La Esperanza de Triana" en la revirá a Alfaqueque. Más adelante, se volvió a escuchar la marcha "Del barrio de los Humeros" al tomar Mendoza Ríos, y en ella se interpretó después "Cristo en la Alcazaba".


































Desde Mendoza Ríos, la Virgen del Rosario volvió a salir a la calle Baños, ahora con la Banda tocando la composición"Santa Teresa de Alba de Tormes". Luego hubo un relevo bajo las trabajaderas tras el que el paso cruzó Goles al siguiente tramo de Baños mientras sonaba "Virgen de la Paz". Y a continuación, tomó la calle Almería con "María Santísima de la O".




























Alcanzó a continuación la Virgen del Rosario un punto siempre destacado de su salida procesional, como es la calle Dársena, ya en pleno barrio de los Humeros. Precisamente, al inicio de esta calle llegó al paso a los sones de la marcha "Rosario de los Humeros". Luego se detuvo poco antes de un balcón desde el que un hermano le cantó a la Virgen acompañado por una violinista.
Finalizado el canto, y tras una levantá que los Gallego dedicaron a la hermandad y a su hermano Miguel, la Virgen del Rosario comenzó a avanzar por Dársena con la Banda de Arahal tocando "La Estrella Sublime" mientras caía una enorme petalada desde la azotea del mismo edificio.
Más adelante, aún en Dársena, hubo una segunda gran petalada para la Virgen, que llegó casi a la esquina con la calle Barca con la marcha "Tú eres el orgullo de nuestro pueblo".































A Barca giró el paso con "Pasa la Virgen Macarena", teniendo los costaleros que afrontar la pronunciada cuesta arriba. Superado el tramo más complicado, el paso se paró y luego siguió hasta Locomotora a tambor.
Con la siguiente marcha, que fue "Virgen de los Negritos", la Virgen del Rosario tomó la calle Liñán, a espaldas de su capilla. Después, uno de los capataces se dirigió a los costaleros para indicarles que la siguiente era su última chicotá antes del relevo definitivo. A los que iban a salir les dedicó la levantá pidiéndole a la Virgen que les cuide y les dé salud para estar de nuevo ahí el año que viene. 
El paso se levantó y sonó entonces la marcha "Dulce Nombre de Jesús", llegando con ella al giro a la calle San Laureano, pero caminando desde ahí y hasta el final por la acera.



























La salida procesional del Rosario de los Humeros estaba llegando a su fin. De hecho, sólo quedaban dos chicotás hasta alcanzar la capilla. La primera de ellas, con el paso girando a Torneo, la hicieron los costaleros que acababan de entrar a los sones de "Hiniesta Coronada". Y antes de iniciarse la segunda se dedicó la levantá a Lola, seguramente la hermana más joven de los Humeros, con sólo doce días de edad en el momento de la procesión.
A continuación, el paso se levantó y comenzó a sonar la marcha "Rosario y Paz", dedicada a los dos titulares de la hermandad, con la que el paso bajó hasta la explanada situada ante la capilla. Ya abajo, comenzó a girar delante de la puerta enlazándose la marcha mencionada con "Rosario de los Humeros".

















Completado el giro, el paso se detuvo por última vez en la calle para que los costaleros se dieran la vuelta. Luego, tras una levantá por Guadalupe Salas, hermana que recibió del Papa Francisco la medalla Pro Ecclesia et Pontifice, y mientras la Banda Municipal de Arahal tocaba de nuevo "Del barrio de los Humeros", la Virgen del Rosario se fue acercando a la puerta e hizo su entrada. La banda concluyó su participación con el Himno de España cuando faltaban nueve minutos para las tres de la tarde. 








Se cerró así otra radiante mañana del Día del Pilar junto a la Virgen del Rosario del antiguo arrabal de los Humeros.

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