sábado, 8 de octubre de 2016

EL POLÍGONO CELEBRA EL BESAMANOS A NUESTRA SEÑORA DEL ROSARIO


Después de la celebración del triduo y la función solemne días atrás, este fin de semana el barrio del Polígono de San Pablo se acerca a la Parroquia de San Ignacio de Loyola para besar las manos a Nuestra Señora del Rosario, que está ubicada en el presbiterio del templo, sobre la alta peana procesional.
La Virgen viste como en su salida del Lunes Santo, con el manto rojo liso, saya blanca de tisú bordada en oro, toca de sobremanto y la corona procesional. Sobre el pecherín, bajo el broche con su advocación, se puede ver la medalla de oro del juez José Raúl Calderón, donada a la hermandad en 2010. Además, lleva un puñal, una cruz pectoral y varios broches. En la mano izquierda tiene un rosa de pasión y una medalla, mientras que en la derecha, la que da a besar a los devotos, tiene un rosario. En la cintura lleva prendido otro rosario con cuentas de mayor tamaño y un camafeo con el rostro de la Esperanza Macarena.
Flanquean a la dolorosa de los ojos verdes dos jarras con flores de tonos rosas y malvas sobre pies de madera tallada y dorada con fuste salomónico y capitel corintio. Y detrás de la Virgen del Rosario, con el altar cubierto por un gran cortinaje de damasco rojo ante el que cuelgan cuatro lámparas de araña, vemos un dosel fabricado a partir de la utilización de los respiraderos del paso de palio, con un espejo de gran marco de madera dorada en el centro.
Por último, a los lados de este improvisado dosel hay otras dos jarras con las mismas flores antes descritas y un gran número de candeleros del palio con cera de color blanco.








  

























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