jueves, 24 de enero de 2019

HERMANDAD DE MONTSERRAT: 400 AÑOS DE CONVERSIÓN EN SEVILLA


El Santísimo Cristo de la Conversión, de la Hermandad de Montserrat, cumple cuatro siglos, siendo el primer crucificado en el que su autor, Juan de Mesa, se alejó de la línea artística adquirida junto a su maestro, Juan Martínez Montañés, y que después seguiría en otras obras como el Señor del Gran Poder o el Cristo de la Agonía de Vergara, que el año pasado tuvimos ocasión de contemplar en Sevilla debido a su restauración (ver).
Con motivo de esta efeméride relacionada con el crucificado que el próximo 11 de marzo presidirá el Vía Crucis de las Cofradías, la Hermandad de Montserrat es la protagonista de la primera de las exposiciones incluidas este año en el ciclo "Círculo de Pasión", del Círculo Mercantil e Industrial de Sevilla en su sede de la calle Sierpes. Hasta el próximo domingo puede visitarse esta muestra que repasamos paso a paso en el presente reportaje.
Comenzamos por el patio, donde nos recibe el manto procesional de Nuestra Madre y Señora de Montserrat, dolorosa atribuida también a Juan de Mesa. El manto, que puede verse colocado en vertical ante un cortinaje de damasco rojo, fue bordado en oro sobre terciopelo azul por Patrocinio López en 1865 y está caracterizado por los castillos y leones que decoran su superficie, siguiendo el modelo de un manto regio de Isabel II.
Además, colgando de los balcones del patio están las caídas laterales y la trasera del paso de palio de la dolorosa, confeccionadas por Consolación Sánchez en 1889, también de terciopelo azul bordado en oro, según el diseño de Emilio Pizarro.










Junto al manto se muestran las tallas de San Vicente Ferrer y de San Isaías que reciben culto en la Capilla de Montserrat. En el caso de la imagen de San Vicente Ferrer, es obra de madera policromada del siglo XVII atribuida igualmente a Juan de Mesa.






Por su parte, la talla de San Isaías es de Vicente Hernández Couquet, quien la realizó en 1861 en madera, telas encoladas y terracota policromada. El profeta figuraba antiguamente en el primer paso de la cofradía, de carácter alegórico.






Sin dejar el patio, vemos también la reproducción de varios grabados, como el de Luis Márquez Echeandía, que en 1880 plasmó el discurrir de la cofradía por la Plaza de San Francisco. El original se conserva actualmente en la Biblioteca Nacional de España. Vemos también unos grabados del paso de San Isaías y del paso del Cristo de la Conversión del Buen Ladrón.



Antes de acceder a la primera sala que veremos, dedicada principalmente al ajuar de la Virgen de Montserrat, observamos la cruz de guía, labrada en plata Ruolz en el taller de Francisco de Paula Isaura en 1851. Se encuentra entre los faroles de metal chapado en plata del orfebre Fernando Cruz Suárez, de 1956.





Y justo detrás, ya en el interior de la sala, se encuentra el conocido como guión de la Moreneta, dedicado a la Virgen de Montserrat de Cataluña, dado que fueron catalanes residentes en Sevilla por la actividad comercial quienes fundaron la hermandad en el siglo XVI. Este guión, labrado en metal plateado, fue realizado en 1974 por Vicente Martín Cartaya.



Recorriendo la sala de izquierda a derecha, lo primero que nos encontramos es una reproducción de un conocido grabado del paso de San Isaías por la actual Avenida de la Constitución, prácticamente irreconocible en la escena, con el Ayuntamiento y el antiguo edificio de la Audiencia a sus espaldas. Es de autor desconocido y del siglo XIX.


Bajo el grabado hay una alargada vitrina con una serie de documentos de la historia de la hermandad, como son el libro de reglas de 1701, el libro de hermanos de entre los años 1698 y 1852, otro con las personalidades históricas de familias reales que han pertenecido a la hermandad, realizado en 1909, y el libro de reglas de la antigua Hermandad del Rosario, con la que Montserrat está fusionada, como más adelante veremos.


En el apartado musical encontramos la partitura de las "Coplas al Cristo de la Conversión", compuestas en 1852 por Miguel Hilarión Eslava, con letra de Francisco Rodríguez Zapata, capellán real. De los mismos autores es el "Himno al Cristo de la Conversión", de 1854.


Muy curioso resulta el libro de hermanos del periodo comprendido entre 1606 y 1698, dado que en él aparece inscrito el propio Juan de Mesa.



Y junto a éste se muestra el expediente de recibimiento como hermanos de los duques de Montpensier, matrimonio formado por la hermana de Isabel II, María Luisa Fernanda, y su esposo, Antonio de Orleáns. Está fechado el 7 de marzo de 1851.


Otros documentos que vemos en la misma vitrina son un ejemplar del ejercicio del quinario al Cristo de la Conversión de 1852, el informe de José Rivero-Carrera sobre la restauración del crucificado en 1982-1983, el documento de extinción de la Hermandad del Rosario (1809-1811), un permiso otorgado a la hermandad por el cardenal de Sevilla Manuel Joaquín Tarancón Morón el 10 de septiembre de 1858, una copia de la escritura de fusión entre las hermandades de Montserrat y del Rosario con fecha 1 de noviembre de 1867 y el decreto de aprobación de las nuevas reglas de la Hermandad de Montserrat por su reorganización el 27 de abril de 1850.


El último documento expuesto es el libro de asiento de hermanos de la Hermandad del Rosario, donde en 1644 figura la inscripción como cofrade del pintor Bartolomé Esteban Murillo.


Pasamos ahora a ver parte de la candelería del paso de palio de la Virgen de Montserrat, labrada en metal chapado en plata por Manuel de los Ríos en 1988; la réplica de la Patrona de Cataluña que va en la delantera de dicho paso, obra en plata de ley de Orfebrería Villarreal (1976); y el pectoral del pertiguero, de metal plateado, obra de Joaquín Ossorio (2013).




A su lado, contemplamos un fajín de la Virgen, de terciopelo bordado en seda e hilo de plata, realizado por un autor desconocido en el siglo XIX; un puñal de plata chapada en oro de principios del siglo XX; un broche de plata de ley y cristal de roca del siglo XIX realizado en Francia; y una medalla de la infanta María Luisa Fernanda de Borbón, duquesa de Montpensier, de oro, marfil, brillantes y zafiro, de 1920.


La propia duquesa de Montpensier regaló un pañuelo a la dolorosa que vemos a continuación, bordado sobre batista en el siglo XIX por un autor desconocido.


Pasamos a un conjunto formado por manto de camarín, saya y corona. El manto y la saya son de terciopelo rojo bordado en oro, siendo el primero obra de Manuel Muñoz de Rivera (1851) y la segunda de Patrocinio López (1857). En su origen, la saya era de terciopelo blanco, pero en 1976 fue pasada al rojo por Esperanza Elena Caro. En cuanto a la corona, es de plata y fue realizada por Manuel Palomino en 1851.




Al lado de este conjunto vemos una copia de una fotografía de la Virgen de Montserrat llevando todos los elementos anteriormente descritos. La foto es de Beauchy, de finales del siglo XIX.


Continuamos nuestro recorrido por la exposición con el conjunto formado por la caída frontal del palio, bordada en oro, como queda dicho anteriormente, por Consolación Sánchez sobre terciopelo azul según diseño de Emilio Pizarro (1889); la crestería de plata Ruolz, labrada por Francisco de Paula Isaura (1851); el respiradero frontal, de metal chapado en plata obra de Antonio Cruz (1964); el faldón delantero, obra de Manuel Muñoz de Rivera de terciopelo azul con bordados en oro (1851) y restaurados por los Sucesores de Caro (2014) gracias a la reconstrucción digital de Álvaro Rodríguez Galán; seis de los varales, de metal chapado en plata, realizados por Fernando Cruz (1955) y restaurados por Orfebrería Ramos (2016); el llamador, obra en metal plateado de Orfebrería Villarreal (siglo XX); algunas de las jarras, realizadas en metal chapado en plata por Fernando Cruz y Juan Fernández entre 1951 y 1952; y los candelabros de cola, diseñados por Vicente Martín Cartaya y labrados en metal chapado en plata por Orfebrería Viuda de Villarreal (1974).














En los laterales de este conjunto de enseres se mostraban enmarcadas las antiguas corbatas del paso de palio, bordadas en oro sobre terciopelo azul por Esperanza Elena Caro en 1954; y las actuales, que recuperaron el diseño de las originales de Consolación Sánchez (1889), con varias estrellas de oro sobre terciopelo azul en lugar de las cruces anteriores, y realizadas en 2004 por Emilio Gómez.




Vemos ahora otra fotografía enmarcada de la Virgen de Montserrat, tomada por algún fotógrafo desconocido a principios del siglo XX.


A su lado, podemos contemplar una saya azul bordada en oro por Virgilio Mattoni en 1900 y enriquecida por Piedad Muñoz en 1981, junto a un manto del mismo tejido y bordado, diseñado por Francisco Morillo y confeccionado también por Piedad Muñoz en 1984 a juego con la saya. Encima vemos una diadema de plata sobredorada obra de Joaquín Ossorio de 1999.




A continuación se muestra el estandarte corporativo, bordado en oro y sedas sobre terciopelo azul por Patrocinio López (1886), pasado posteriormente a nuevo soporte por Piedad Muñoz en 1987 y 1996.



Seguimos con un cuadro del Niño Jesús de autoría anónima, fechado en el siglo XVII. Se trata de un óleo sobre lienzo con pedrería.


Junto al cuadro se expone una mesa de cultos con el libro de reglas, un Cristo hispano-filipino de marfil del siglo XVII, unas cabezas de ciriales de metal chapado en plata de la segunda mitad del siglo XIX y un paño del mismo siglo bordado en oro sobre terciopelo azul y que se utilizó como estandarte provisional durante algún tiempo.






En 2006 el cardenal Amigo Vallejo aprobó nuevas reglas para la Hermandad de Montserrat que incluían la renovación de su fusión con la hasta entonces extinta Hermandad del Rosario de la Magdalena. De ese mismo año es la bandera del Rosario, bordada por José Manuel Elena en oro sobre moaré blanco y negro con el escudo dominico, y transformada en 2009 por Pedro Pablo Gallardo Gutiérrez. Tiene asta de plata de Orfebrería Jiménez también de 2006 e igualmente modificada tres años más tarde por Orfebrería Ramos.



Pasamos a dos cartas de indulgencia unidas en el mismo documento: la primera, de 1656, fue concedida a la hermandad por el arzobispo Pedro de Tapia; y la segunda, de finales del siglo XVI o principios del XVII, la concedió el cardenal arzobispo Gaspar de Borja y Velasco.


Bajo las cartas se sitúa una pequeña talla de San Servando de pasta de madera policromada, realizada por un autor desconocido en el siglo XVIII.


A continuación está una de las dos imágenes de la Virgen del Rosario que la hermandad encargó a Cristóbal Ramos. Eran dos porque una se utilizaba en las procesiones claustrales, mientras que la otra recibía culto en la capilla sacramental de la Parroquia de la Magdalena. La que vemos en la exposición se encuentra habitualmente en la Capilla de Montserrat; es de 1787 y está realizada en terracota, pasta y madera policromada.
La otra Virgen del Rosario es la que actualmente está en la capilla ubicada a los pies de la nave del Evangelio de la Parroquia de la Magdalena y cada año es expuesta en besamanos (ver). El hecho de ser una de talla completa y la otra de vestir hace pensar que la que estaba en el altar de la capilla sacramental era la que forma parte de la exposición, dado que una imagen de talla completa se consideraba de más calidad que una de candelero para vestir, que por sus características era más adecuada para las procesiones por su más fácil manejo.
En cualquier caso, ésta es la explicación a por qué una misma hermandad tenía dos imágenes marianas del mismo autor y con la misma advocación. La Virgen del Rosario está expuesta sobre la peana procesional de la dolorosa de Montserrat.





Vemos otra indulgencia concedida a la hermandad, ésta del Papa Clemente XIII, de 1761.


De la misma época y materiales que la talla de San Servando mostrada antes, tenemos también una de San Germán.


Seguimos con un sagrario de plata de ley, realizado en el siglo XVIII por un autor desconocido.


Enmarcado en un sencillo marco de madera, vemos una nota de misas y aniversarios para la Capilla de Montserrat donadas por Nicolás de Robles y su mujer, Dionisia de Encinas, del siglo XVIII.


Seguimos con una talla de la Inmaculada Concepción de madera policromada, realizada por un autor anónimo en el siglo XVIII.


La Hermandad de Montserrat conserva una insignia clásica donde las haya, como es el Sine Labe, de pronunciado formato vertical. Fue bordado en oro sobre terciopelo azul por Manuel Muñoz de Rivera en 1851. El asta actual es de metal chapado en plata, obra de Hijos de Juan Fernández, de 1987.



Ahora encontramos una custodia de plata con viril de plata dorada y brillantes de autor anónimo, del siglo XIX; una jarra y un aguamanil de plata, del siglo XX; y las tallas de las virtudes teologales de la Fe y la Esperanza, de madera policromada y de autor anónimo, del siglo XVIII.





De 1856 es el documento del hermanamiento entre la hermandad y la Esclavitud de la Merced de Cádiz.


En el centro de esta primera sala de la exposición hay tres vitrinas. Una de ellas contiene la corona procesional de la Virgen de Montserrat, labrada en plata sobredorada por Eduardo Seco Imberg en 1931.





En otra vitrina se exponen diferentes encajes, puñales, rosarios, una cruz pectoral, varios broches y un fajín de la dolorosa de Montserrat.







Finalmente, en la tercera vitrina hay varias prendas del ajuar del Niño Jesús de la Virgen del Rosario de candelero, todas ellas del siglo XVIII. La primera es una túnica de tisu de plata bordado en oro por un autor desconocido.


A su lado hay otra de tisú de plata y encaje de oro.


También hay una túnica de brocado de sedas con unos pantalones a juego.


Por último, vemos otra túnica de tisú de plata bordado en oro.


Accedemos ya la segunda sala, dedicada al Cristo de la Conversión y a su cuarto centenario, con diversas obras de su autor, Juan de Mesa, y enseres de la imagen y de su paso procesional. Comenzamos con dos ángeles de las esquinas del paso, talladas en madera policromada por Rafael Lafarque Rengel en 1944.




Otra talla de Mesa que también cumple 400 años en este 2019 es la que vemos a continuación, una imagen de San Antonio de Padua de madera policromada perteneciente a la Hermandad de Nuestra Señora de Setefilla de Lora del Río.



En dos paneles existentes en esta sala se explican detalles de los pasos que ha tenido el Cristo de la Conversión desde el de 1851 hasta el actual, de 1944, pasando por otro anterior de 1894.



Vemos ahora una carta de pago del dominico Pablo de León, fechada el 10 de mayo de 1661, otorgada a la Hermandad de Montserrat, cuya actual capilla formó parte del compás del Convento de San Pablo, hoy Parroquia de la Magdalena.


A su lado, con fecha 21 de junio de 1628, se puede ver el contrato de la hermandad con el escultor Pedro Nieto para la realización de las tallas de los dos ladrones que van con el Cristo de la Conversión en su paso de misterio.


Y sobre la vitrina donde están estos documentos se sitúa una reproducción del cuadro "Procesión del Viernes Santo en Sevilla", pintado al óleo sobre lienzo por Manuel Cabral y Aguado Bejarano en 1862. En esta pintura, cuyo original se conserva en el Alcázar, se representa el paso de misterio de Montserrat en los primeros metros de la actual Avenida de la Constitución.


Vemos ahora dos paños de bocina antiguos, de la segunda mitad del siglo XIX, bordadas en oro sobre terciopelo azul por un autor desconocido, junto a otros dos paños del taller de bordados de la propia hermandad, del año 2017.





De nuevo tenemos ocasión de contemplar de cerca una talla de Juan de Mesa; en este caso, una imagen de San Juan Bautista de madera policromada, realizada en 1625 y perteneciente al Convento de Santa María la Real, de las Madres Dominicas de Bormujos.





Una parte importante de la sala la ocupan un total de ocho paños pintados al óleo sobre lienzo que durante otras tantas estaciones de penitencia fueron portados por la hermana que en cada caso fue la encargada de encarnar al personaje de la Verónica en el cortejo de la cofradía. Sin estar ordenados cronológicamente, vemos en primer lugar el pintado por José Antonio Paredes en 2009.


A su lado, el que realizó M. R. Morales.


De 2017 es el pintado por Isabel María Castilla Soriano.


En 2008 el encargado de pintar el paño fue Antonio Díaz Arnido.


Continuamos con el paño que en 2011 pintó Fernando Fernández Goncer.


Fernando Aguado fue el responsable de pintar el paño de la Verónica de 2005.


En 2013 fue José Moyano Hurtado quien lo pintó.


Por último, de Jarén es el paño que la Verónica llevó en la estación de penitencia de 2015.


Bajo los cuatro primeros paños hay una vitrina donde se expone la escritura de agregación de la hermandad a la Abadía de Montserrat, firmado el 6 de febrero de 1611.


Del 2 de diciembre de 1650 es la escritura de cesión a la hermandad de un solar en el Convento de San Pablo para labrar su capilla. Este documento, como el anterior, se conserva en el Archivo Histórico de la Provincia de Sevilla.


Entre los paños se sitúa una foto del Cristo de la Conversión, sobre el que se indica que fue realizado entre 1619 y 1620, y que es de madera de cedro policromada.


Y bajo la foto encontramos un INRI de la cruz del Cristo, labrado en metal plateado por un autor desconocido en 1748. Se acompaña de unas potencias de plata de ley del siglo XVIII y de unos casquillos de la cruz de metal plateado, del siglo XIX. Además, se muestra el paño de la Verónica del año pasado, pintado por Francisco José García Rodríguez.





Volvemos a ver ahora una obra de Juan de Mesa, como es la talla de San Marcos que se encuentra en la parroquia del mismo nombre y que fue tallada en madera policromada hacia 1625.






A continuación, se muestran tres tallas del Niño Jesús, realizadas también por Mesa sin que se conozca la fecha concreta. Los dos primeros, que son tallas de vestir, son de madera y pertenecen al Convento del Santo Ángel; y el tercero es de plomo encarnado y terminado al óleo, y es de la propia Hermandad de Montserrat.




Encima de la vitrina donde están estas tres imágenes se muestran dos de las cromolitografías de M. Grima, del siglo XIX, en las que se muestran los tres pasos que por entonces tenía la Hermandad de Montserrat.



En la Capilla de Montserrat se conservan también dos tallas, una de San Juan Bautista y otra de San Juan Evangelista. Es la de este último la que vemos en la exposición, realizada en madera policromada y estofada, y que algunos autores consideran obra del círculo de Juan de Mesa, aunque otros apuntan a Pedro Duque Cornejo.




Observamos ahora una antigua fotografía de la Capilla de Montserrat antes de su ampliación, donde se encuentra el Cristo de la Conversión entre la Magdalena que forma parte del paso de misterio y San Juan Evangelista. El retablo es el actual, aunque antes de ser ensanchada.


Vemos a continuación un conjunto de tres candelabros del paso de misterio. El de la izquierda es un candelabro de los costeros perteneciente al antiguo conjunto, tallado por Antonio Girón en 1970. El del centro y el de la derecha son dos de los candelabros actuales, uno de una de las esquinas y el otro de uno de los costeros, tallados por Francisco Verdugo y dorados por los Hermanos González en 2007.







Y completamos nuestro recorrido por la exposición con el contenido de una última vitrina, donde vemos cuatro enseres más. En primer lugar, las potencias de oro de ley labradas en 2002 por Manuel Varela Pérez.



Vemos también el antiguo llamador del paso de misterio, realizado en metal dorado por un autor desconocido en 1948.


Junto a éste, se encuentra un llamador también de metal dorado obra de Orfebrería Villarreal, del siglo XX, que en realidad nunca ha sido utilizado en el paso del Cristo de la Conversión.


Finalmente, vemos el actual llamador del paso de misterio, diseñado por Fernando Aguado y realizado en metal dorado por Manuel de los Ríos en 2013, habiendo sido ofrecido al crucificado por su cuadrilla de costaleros. Cuenta con una filacteria en la que se puede leer la frase dicha por Jesús a San Dimas desde la cruz: "Hoy estarás conmigo en el Paraíso".



"Círculo de Pasión" ha comenzado su ciclo expositivo de 2019 con Montserrat, una hermandad que da inicio así a la celebración del cuarto centenario de su Cristo titular, una de las grandes obras de la Semana Santa sevillana, pero que posee igualmente un gran fervor mariano gracias a las dos advocaciones (Montserrat y Rosario) a las que da culto a través de tres imágenes de la Virgen de una gran calidad artística. Tan mariana es la hermandad, que cuando se aprobó el Dogma de la Inmaculada Concepción llegó a adoptar para las túnicas de los nazarenos los colores inmaculistas, el blanco y el azul, como actualmente podemos ver en las calles cada Viernes Santo.

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