martes, 8 de octubre de 2019
LA VIRGEN DEL ROSARIO DE LAS AGUAS OFRECE SUS MANOS EL DÍA DE SU FUNCIÓN
La Hermandad de las Aguas celebró la semana pasada el triduo en honor a su titular letífica, Nuestra Señora del Rosario, que dio paso el domingo a la función solemne y al besamanos. Así, a los pies del altar donde presidió sus cultos, la Virgen se encontraba en el presbiterio de la capilla a la que da nombre, sobre una peana de madera dorada.
La imagen lucía su corona y su ráfaga de plata con las que sale a las calles, además de una mantilla de encaje como única prenda textil, dado que se trata de una escultura de talla completa y que está atribuida al círculo de Pedro Duque Cornejo. El Niño Jesús tenía también unas potencias plateadas y sujetaba un rosario con cuentas de perlas de gran tamaño y una cruz dorada.
A la altura de la Virgen del Rosario veíamos, en los extremos, el estandarte corporativo y la cruz alzada entre ciriales, mientras que detrás, el altar de los cultos en su honor contaba con un dosel rojo con crestería de madera dorada, varios candeleros con cera blanca y jarras del paso de palio de la Virgen de Guadalupe con rosas blancas, nardos y orquídeas, dos antiguos candelabros de tres guardabrisas cada uno sobre sendas columnas doradas de fuste salomónico y el sagrario en el centro.
Asimismo, en los laterales se dispusieron dos pequeños doseles con jarritas y algunas bandejas, mientras que delante, sobre finas columnas con fuste estriado y de pronunciado abombamiento, había dos ángeles que portaban cada uno un rosario.
Durante estos cultos, las imágenes del Santísimo Cristo de las Aguas, Nuestra Madre y Señora del Mayor Dolor y San Juan Evangelista se ubicaron en el lado del Evangelio de la capilla, ante el retablo de María Santísima de Guadalupe, mientras que ésta se encontraba en el lugar de culto habitual de la Virgen del Rosario.
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