domingo, 23 de julio de 2023

CAMBIO MUSICAL Y DE ITINERARIO EN LA SALIDA DEL CARMEN DE SAN GIL


La Hermandad del Carmen de San Gil celebró ayer, sábado, su salida procesional por las calles del barrio; una procesión que contó con algunas novedades, como ahora veremos, y con la que se pone el punto final a los cultos anuales en honor a la Virgen del Carmen en esta cofradía letífica.
A las ocho en punto de la tarde comenzaba esta salida, abandonando la Parroquia de San Gil un cortejo encabezado por cruz alzada entre faroles, tras los que iban el guión del grupo joven, la bandera concepcionista, el simpecado y el libro de reglas. Después, las representaciones de las hermandades de Torreblanca, el Resucitado de La Rinconada, la Candelaria Madre de Dios, el Carmen de San Leandro, la Anunciación de Juan XXIII, el Carmen de Calatrava y las tres cofradías con las que el Carmen de San Gil comparte parroquia: el Rocío, la Macarena y la Sacramental. Finalmente, antes de la presidencia y del cuerpo de acólitos estaba el propio estandarte de la Hermandad del Carmen de San Gil. Además, hay que apuntar que abriendo paso al cortejo iba la banda juvenil de la Centuria Macarena.
Y casi que habría que contar una escalera metálica como parte del cortejo, ya que el encargado de llevarla se empeñó durante todo el recorrido en ir delante del paso, algo absolutamente inédito en una salida procesional. Quizá el año que viene, en lugar de la escalera, debería coger el bacalao o un cirial...











Antes de que el paso saliera a la calle, sonó por dos veces (la segunda incompleta) la marcha "Macarena", de Abel Moreno. Y aquí encontramos la primera novedad de esta salida procesional, dado que la banda encargada de acompañar este año a la Virgen del Carmen ha sido la Banda Municipal Santa María de El Viso del Alcor. La formación habitual con la cofradía de San Gil, la Banda Municipal de Arahal, tenía el compromiso previo de tocar con la patrona de su municipio, Santa María Magdalena.
En el momento de la salida, la banda tocó el Himno de España, al que siguió la marcha "Nuestra Señora del Carmen", con la que el paso abandonó la plaza de San Gil y alcanzó San Luis, donde se produjo la primera parada. Hay que señalar que la corporación sigue avanzando en la restauración de su paso y en esta ocasión hemos podido ver restaurado el respiradero trasero, además de toda la crestería; labor llevada a cabo por los Hermanos Caballero.


















Ya en San Luis, la Virgen se dirigió hacia el Arco de la Macarena a los sones de "Esperanza de vida", aunque antes de llegar se detuvo junto al retablo cerámico de la Esperanza, donde hubo el primer relevo de costaleros, que iban a las órdenes del capataz Miguel Ángel Pagés. Después, el paso tomó la calle Macarena con la marcha "Pasa la Virgen Macarena", seguida luego por "Madre de los Gitanos Coronada".
























Como es habitual, la Virgen del Carmen de San Gil dejó la calle Macarena, junto a la antigua muralla, que contaba con algunos andamios al estar siendo restaurada, girando a la calle Torreblanca, lo que hizo a los sones de "Madre Hiniesta". Luego, el paso avanzó con la marcha "Marinera de San Gil", marcha dedicada a esta imagen que, de nuevo, ha salido a las calles con la cabeza completamente al descubierto, añadiendo en la parte de atrás una serie de joyas y flores de talco.





















Tras una chicotá a tambor, la Virgen del Carmen se desvió de su itinerario habitual girando a su izquierda en la calle Eustaquia Barrón a los sones de una doble interpretación de "Nuestra Señora de Guadalupe" a cargo de la banda. 
El paso llegó a girar, pero se detuvo antes de meterse realmente en dicha calle debido a la presencia de unos cables a muy baja altura que cruzaban de lado a lado. Llamó la atención que la hermandad no contase con una pértiga prevista para esta situación. De hecho, uno de los auxiliares intentó alzar los cables con la caña utilizada para encender los candelabros. La cosa no funcionaba y siempre había algún cable que se escapaba. Al final, se optó por utilizar con mejor resultado una vara acabada en cruz que sí permitió elevar todos los cables existentes. Con todo y con eso, los costaleros tuvieron que echar el cuerpo a tierra para poder superar el obstáculo.
El motivo de este cambio de itinerario estaba en querer pasar por el comedor social de las Hijas de la Caridad, a cuya puerta en la calle Patricio Sáenz llegó el paso con la marcha "Sé siempre nuestra Esperanza". Las hermanas estaban en la puerta y cuando el paso se detuvo ante ellas cantaron la Salve y realizaron una ofrenda floral.


















Tras el canto de la Salve, hubo algún que otro viva a la Virgen del Carmen por parte de un chaval ubicado ante el paso. Unos vivas de ésos que se lanzan para que quienes están alrededor del que grita aplaudan con mucho entusiasmo... "¿Esto qué es? Esto es nuevo, ¿no?", se preguntaron algunos hermanos tras asistir al espectáculo. ¿Significaba esto que la Hermandad del Carmen de San Gil se había contagiado del virus del griterío extemporáneo que ya ha afectado a otras corporaciones letíficas?
Grititos aparte, Miguel Ángel Pagés dedicó la levantá a las Hijas de la Caridad reconociendo la labor que realizan durante todo el año. Después, el paso completó el giro a Patricio Sáenz a los sones de "Siempre la Esperanza", marcha que sonó por dos veces hasta que el paso giró a Aniceto Sáenz y avanzó algunos metros.
La siguiente marcha fue "Virgen de la Paz", con la que la Virgen del Carmen alcanzó la plaza del Pumarejo, donde se detuvo para continuar después a la calle Relator, sonando entonces la marcha titulada precisamente "Virgen del Carmen".





















En Relator se pudo escuchar más adelante la marcha "Virgen de la Estrella" mientras el paso avanzaba. Para compensar el desvío que se había producido entre las calles Torreblanca y Aniceto Sáenz, incorporando entre ellas Eustaquia Barrón y Patricio Sáenz, también vimos un cambio de itinerario entre Relator y Parras, pasando directamente de una a otra, sin desviarse previamente por Pozo y Talavera.
Así, la Virgen del Carmen pasó de largo por Pozo y siguió a tambor hasta casi la esquina con Parras, donde se despidieron algunas de las hermandades que habían acompañado a la cofradía desde la salida. Tras un relevo de costaleros, el capataz quiso dedicar a dichas corporaciones la siguiente levantá, aunque no salió del todo bien, lo que llevó a Miguel Ángel Pagés a disculparse con ellas por no haberles dedicado una buena levantá.
Con "Madrugá macarena" tomó la Virgen del Carmen la calle Parras, donde después se enlazaron en una larga chicotá "Pasan los campanilleros" y "Aniversario macareno", incluyendo entre ambas un pequeño tramo a tambor. 
En esta calle se notó un movimiento muy pronunciado del Niño que lleva en sus brazos la Virgen. No tuvo mayor importancia, pero fue justo en el lugar donde en 2019 hubo que retirarlo y llevarlo en brazos de sus camareras hasta la entrada (ver). Tras una levantá dedicada a todas las Carmelas, el paso continuó adelante a los sones de "Coronación de la Macarena".

























Al pasar ante la casa hermandad del Rocío de la Macarena, la Banda Municipal Santa María interpretó la marcha "Rocío", con la que el paso tomó la calle Escoberos. Por supuesto, coincidiendo "casualmente" con el final del solo de flautín, el encargado de los grititos lanzó otro "espontáneo" viva. Quedó tan perfectamente cuadrado con la música que este gesto "improvisado" resultó realmente efectista; como si estuviera ensayado. Es la fuerza de la devoción...
Desde Escoberos, la Virgen del Carmen pasó a la calle Muro con la marcha "Rosario de Monte-Sión" y, tras una parada, salió a la plaza de la Esperanza Macarena precisamente con la marcha "Esperanza Macarena". En este lugar sorprendió una regañina del capataz a los costaleros, que al parecer no estaban obedeciendo como debían las órdenes que se les daban. "Cuando yo digo que hay que andar se anda; pero no os preocupéis, que sé quién es el que está haciendo las cositas. No olvidéis que he sido costalero antes que capataz", dijo.
Con "Como tú, ninguna", el paso se adentró después en el atrio de la Basílica de la Macarena, aunque la marcha fue cortada en su mejor parte cuando se detuvo ante la puerta. No llegó a entrar en el templo, sino que se quedó ahí mirando hacia el interior. Se rezó entonces la Salve y la Hermandad de la Macarena ofreció un ramo de flores a la Virgen del Carmen.














Para abandonar la Basílica, la banda tocó dos veces "Macarena", de Abel Moreno, con la que el paso se dio la vuelta y salió a la calle, donde se detuvo tras dejar atrás el atrio. Luego, con "Siempre Macarena", la Virgen del Carmen alcanzó la calle San Luis, donde más adelante sonó "Encarnación Coronada" al tiempo que se lanzaba una petalada sobre el paso. ¿Y qué coincidió también con la marcha y con la petalada? Por supuesto, los grititos "espontáneos" que, en el final de la salida procesional, se hicieron extraordinariamente pesados. Hasta un "viva el mes de julio" se llegó a escuchar en el creativo repertorio de vivas que hubo que soportar.




















Afortunadamente, estuvo muy bien escogida la última marcha que sonó al completo en la calle: "Macarena", de Emilio Cebrián. En esta partitura era difícil encontrar un hueco para los grititos. La marcha se inició por segunda vez mientras el paso giraba ante la puerta de San Gil, aunque se interrumpió tras detenerse.
La última levantá en la calle se dedicó a Antonia, una hermana de la corporación de la que el capataz dijo que está ya en el cielo. Sus hijos asistieron a esta levantá, que se hizo a pulso, poco antes de la entrada del paso, mientras la banda tocaba la parte final de "Pasa la Virgen Macarena". Cuando faltaban siete minutos para las doce de la noche, la Virgen del Carmen entraba en la parroquia con el Himno de España.




















El paso fue colocado en la nave del Evangelio del templo, mirando hacia la puerta por la que acababa de entrar. El párroco dirigió las oraciones finales y agradeció a la hermandad el celo con el que había preparado la procesión y agradeció a la Virgen que la tarde no hubiera sido demasiado calurosa. Finalmente, cantó el Ave María. Pero, evidentemente, no podía acabar aquí la cosa. El encargado de los grititos tuvo que obsequiar a los presentes con una nueva serie de vivas: a la "Reina de San Gil", al "Carmen de Sevilla", al mes de julio... y al calendario entero si hace falta. Todo muy espontáneo, claro está.


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