Foto: elcorreoweb.es
Además, antecedentes hay de mujeres al frente de hermandades, como en Todos los Santos, Valvanera o el Carmen de Santa Catalina. Son hermandades de gloria y no de penitencia, pero ¿realmente es relevante el matiz? Según mi criterio, no. Y, sin embargo, no son pocos los medios cofradieros, y alguno que otro generalista, que han puesto el acento en la condición de mujer de una mujer. ¡Qué cosas!
Tampoco es que extrañe en una ciudad en la que hasta 2011, el undécimo año del siglo XXI nada menos, ha sido noticia que algunas cofradías estrenaran mujeres entre las filas nazarenas; algo que se volverá a destacar en este 2012, ya que por la lluvia ninguna de las tres últimas cofradías en aplicar, obligadas, la igualdad pudieron realizar sus estaciones de penitencia el año pasado.
Será por casualidad, o no, pero el caso es que la primera hermandad de penitencia en tener una hermana mayor fue también la primera en incorporar, casi sin hacer ruido, a las nazarenas allá por el año 1986. En cualquier caso, no se olvide que Maruja Vilches es hermana mayor de Los Javieres por la dimisión del hermano mayor electo, Jesús Gutiérrez Gómez, a quien deseo una pronta recuperación. Es decir, en realidad no se ha presentado a las elecciones ni ha sido respaldada por sus hermanos, lo que no le quita legitimidad, pero sí nos hace preguntarnos si le habrían dado su apoyo para alcanzar esa pica en Flandes que al parecer es ser la primera hermana mayor de penitencia.
De todas formas, dejando de lado el aburrido y mañido tema de la igualdad de sexos (de género, que se dice ahora), tengo que felicitar a Maruja Vilches. Lo reconozco: a mí esta mujer me cae bien. Ya la había escuchado en numerosas ocasiones en sus intervenciones en “El Llamador” y a través de otros medios. Pero cuando realmente me ganó fue el pasado Martes Santo.
Muchos la han criticado por aquella decisión de salir a la calle cuando parecía que el tiempo daba una tregua y luego tener que recular ante la evidencia de la lluvia (podéis recordar lo ocurrido en la crónica del Martes Santo de 2011 publicada en este blog pinchando aquí). A mí, sin embargo, me parecieron dignos de alabanza su sinceridad, su reconocimiento del riesgo, su decidida asunción de toda responsabilidad en caso de error y el hecho de no hurtar ningún detalle a sus hermanos respecto a la votación de la junta de gobierno que ella, de forma accidental en aquel momento, presidía. Lo dije entonces: ahí demostró coraje. Otra cosa distinta es que sus palabras, a través de los medios de comunicación, llegasen a todos los ciudadanos en vivo y en directo. Ése sería otro debate.
La conozco personalmente, y es una gran persona y gran cofrade. Siempre mira por los demás. Un fuerte abrazo desde el blog de la Tertulia Cofrade Cruz Arbórea.
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