Así ha sido este pasado fin de semana, en que el Nazareno de Martínez Montañés se ha acercado a sus devotos en un montaje que la priostía mantiene prácticamente inalterable de un año para otro: cirios y claveles rojos repartidos tanto en el altar de plata como a ambos lados del Señor, la utilización de los antiguos faroles que llevaba en su trasera el paso de palio de la corporación y el Nazareno, vistiendo la túnica burdeos lisa, subido sobre la enorme peana del 450 aniversario de la hermandad.
Hasta la Virgen de la Merced vestía en su lugar de culto habitual exactamente las mismas prendas que en el besapié de 2012, con manto burdeos, saya azul y tocado liso.
Todo absolutamente inmutable en el primer besapié del año, que nos conduce, como siempre, a la Colegial del Salvador.
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