Durante este fin de semana, el Convento Carmelita del Buen Suceso acoge el besamanos a la Virgen del Carmen que preside el templo. Después del año pasado, en que esta imagen tallada por Rafael Barbero salió a las calles en el paso de la Salud de San Isidoro y pasó una noche en el Convento de Santa Ana con motivo del quinto centenario del nacimiento de Santa Teresa de Jesús, este año los cultos anuales en su honor han vuelto a la normalidad.
La Virgen del Carmen se encuentra en la parte alta del presbiterio del templo, tras la mesa del altar, vestida tal cual procesionó el año pasado, con saya y escapulario marrones bordados en oro, manto blanco también bordado, toca de sobremanto y corona de oro de gran envergadura.
Está elevada, además, sobre una peana de madera tallada y dorada sobre la que se ha colocado la media luna de plata con el emblema carmelita y las estrellas de color dorado.
La Virgen del Carmen está flanqueada por una jarra plateada a cada lado con flores de diferentes especies y colores, sostenidas por columnas de madera imitando la apariencia del mármol. Rodeando cada jarra hay cuatro candeleros con cera blanca, mientras que alrededor de la Virgen se han ido colocando las ofrendas florales de los devotos.
En los extremos del montaje de este besamanos se han ubicado dos banderas con los característicos colores carmelitas, mientras que detrás, el camarín de la Virgen del Carmen está ocupado por su simpecado, una pequeña talla del Niño Jesús, seis candeleros y un centro de flores blancas.
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