La Virgen del Juncal ha cumplido en este 2016 medio siglo de devoción en el barrio al que da nombre. Fue en junio de 1966 cuando se bendijo la pequeña talla que había realizado José Rivera inspirándose en la Virgen de la misma advocación existente en Irún.
Ayer, la sevillana Virgen del Juncal recorrió las calles de su barrio en su anual salida procesional, que contó un año más con una alfombra de sales de los colores azul y blanco, realizada por el grupo joven en la misma Plaza del Sella, aunque en este caso con el número 50, en alusión al aniversario de la talla.
A las siete y media de la tarde, con bastante puntualidad sobre lo anunciado, las verdes puertas de la Parroquia del Juncal se abrían para la salida del cortejo, encabezado por cruz alzada entre ciriales. Detrás, un niño portaba el banderín del grupo joven, seguido por la bandera concepcionista, el guión sacramental, el libro de reglas y el estandarte corporativo.
Con José Manuel Palomo y sus auxiliares al frente del paso, la Virgen del Juncal no tardó en salir desde su parroquia, siendo recibida por la propia agrupación musical de la hermandad, que como novedad este año acompañó a la Virgen, en sustitución de la Banda de Música de la Cruz Roja, que lo hizo hasta 2015.
Tras el Himno, los músicos interpretaron la composición "Madre Nuestra", con la que la Virgen, vestida con manto liso de color rosa y saya blanca de tisú, giró a su derecha para discurrir por encima de la alfombra de sales antes mencionada y bajo los farolillos que colgaban ante la fachada del templo, momento en que la Agrupación Musical del Juncal tocó la marcha dedicada al Cristo titular de la hermandad, "Cautivo en su Soledad".
La Virgen del Juncal empezó su recorrido por el barrio que la vio llegar hace 50 años por la calle Araquil, donde la agrupación interpretó "Cantemos al amor de los amores". Poco después, con el paso parado, el capataz se dirigió a los costaleros para indicarles que estaban junto a la casa de Pepe Ruesga. Ante su mujer y su hija, los costaleros levantaron el paso en memoria del que fuera uno de los fundadores de la hermandad.
"Christus Vincit" sonó tras el paso mientras continuaba su camino por Araquil, interpretándose después, en el giro a Nalón, "Cristo de San Julián". Seguidamente, hubo otra dedicatoria de levantá, en este caso por la abuela, recientemente fallecida, de un costalero llamado Jesús. Más adelante, la Virgen del Juncal salió a la avenida Alcalde Juan Fernández con la marcha "En vos confío".
El paso, adornado con flores de diversas especies,
principalmente nardos, gladiolos y anthurium blancos, se dirigió entonces hacia
Ramón y Cajal, donde la Agrupación Musical del Juncal recurrió a los sones más
clásicos con la marcha “Salud de San Bernardo”, seguida posteriormente por “La
Oración del Huerto” en el giro a la calle Pablo Legote.
En esta calle, una mujer esperaba con un ramo de flores en
la mano para ofrecérselo a la Virgen del Juncal. El capataz le preguntó su
nombre, Gracia, y su hijo, uno de los impulsores de la agrupación musical de la
hermandad, tocó el llamador para que la Virgen siguiera hacia la calle Claudio
Guerín, por donde se pudieron escuchar las composiciones “Saber que vendrás”, “Cristo
de la Salud y Buen Viaje”, “La Piedad” y “Cinco Llagas”. Durante el recorrido
por esta calle, la madre de Jesús, el costalero por cuya abuela se hizo una
levantá anterior, tocó también el llamador. Ella era la hija de la anciana
fallecida.
Finalmente, la Virgen del Juncal salió de la sinuosa calle
Claudio Guerín, compuesta por altos edificios de viviendas, con la marcha “Virgen
de la Hiniesta”, alcanzando de nuevo la Avenida Alcalde Juan Fernández.
“Pasa la Virgen del Refugio” y “Virgen de las Angustias”,
más sones clásicos, sonaron tras la Virgen del Juncal antes de una nueva parada
junto a la gasolinera de la Avenida Alcalde Juan Fernández. En esta parada, una niña
se acercó dos veces a tocar los respiraderos, y en ambas ocasiones hizo
lo mismo: pasar la mano de su muñeco por la plata antes de pasar la suya; un
gesto de ternura e inocencia que provocó la sonrisa de quienes lo contemplaron.
Con la niña y su muñeco bendecidos por las andas, la Virgen
del Juncal siguió adelante, girando a la pequeña calle Almar con la marcha “Costalero”.
Ya en dicha calle, el capataz dejó que tocase el martillo un hombre llamado Juan
Antonio, habiéndose dedicado la levantá a la memoria de su padre, fallecido
hace dos años.
A continuación, con los sones de nuevo de “Madre Nuestra”,
la Virgen del Juncal tomó la calle Tambre, donde también sonaría “Padre Nuestro”
y “Dolores y Misericordia”, ésta en el giro a Deva y hasta salir otra vez a
Alcalde Juan Fernández. Seguidamente, el pasó cruzó hacia la Plaza del Juncal
con la marcha “Creo en Jesús”.
A los sones de “Nuestro Padre Jesús de la Victoria”, la
Virgen del Juncal emprendió el último tramo de su salida procesional, tras el
que regresó, a eso de las once y media de la noche, a su parroquia, donde la
tienen sus vecinos y devotos desde hace ya la friolera de 50 años.
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