martes, 16 de julio de 2019
LA VIRGEN DEL CARMEN DE CALATRAVA NAVEGÓ AYER POR EL GUADALQUIVIR
La Virgen del Carmen de Calatrava surcó ayer las aguas del Guadalquivir durante su procesión fluvial, en la que es cada vez una cita letífica del tiempo carmelita más seguida y que genera más expectación por su singularidad.
Arropada por miembros de la Real Liga Naval, la Virgen salió de su capilla de la calle Calatrava a las ocho de la tarde sobre sus andas, que el año pasado estrenaron parihuela, jarras y faldones, así como la restauración y dorado de varios elementos de la crestería de su antiguo paso procesional.
La Banda de Música María Santísima de la Victoria, de Las Cigarreras, puso sus sones tras la Virgen en su camino hasta el río, interpretando en primer lugar el Himno de España, seguido de la marcha "Carmen de Calatrava".
Antonio Santiago y sus auxiliares se encargaron de mandar delante de las andas, que fueron portadas por varios hermanos de la corporación carmelita que tiene su sede prácticamente en la misma Alameda de Hércules, muy cerca del cauce del Guadalquivir.
Con bastante celeridad, la Virgen del Carmen recorrió la calle Calatrava, donde se pudo escuchar la marcha "Pasan los campanilleros", y salió a Torneo por la Puerta de la Barqueta. Cruzó la avenida rápidamente para interrumpir el tráfico lo menos posible y alcanzó, a los sones de "Madrugá Macarena", la acera del otro lado, desde donde se volvió para mirar hacia las religiosas cistercienses del Monasterio de San Clemente, que desde la parte alta del edificio moderno adosado al antiguo saludaron y aplaudieron a la Virgen del Carmen y a los miembros de su hermandad. El próximo domingo las visitarán durante la procesión por las calles del barrio.
Tras esta parada de cortesía con las religiosas, la Virgen del Carmen continuó su camino y emprendió la bajada hacia el Paseo del Rey Juan Carlos I, sonando en primer lugar "Madre Hiniesta" durante la bajada de las escaleras, y "Macarena" al descender por la rampa que acaba en el paseo propiamente dicho a orillas del río.
La marcha de Abel Moreno sonó dos veces, hasta que la Virgen alcanzó los bajos del Puente de la Barqueta, donde cada año tiene lugar el embarque de la imagen, así como de las diferentes personas que la acompañan en otras embarcaciones durante la procesión fluvial.
En la embarcación destinada a la Virgen del Carmen fue colocada la pequeña talla atribuida a Cristóbal Ramos, en la que también se pusieron diferentes centros florales alrededor de su peana. Una vez fijada a la barca, que estaba adornada con una bandera marrón y blanca, y con colgaduras, se separó del pantalán y comenzó la travesía por el Guadalquivir junto a miembros de la Liga Naval y de la hermandad que iban también en la embarcación.
La Banda de Las Cigarreras, por su parte, comenzó a avanzar por el paseo tratando de mantenerse a la altura a la que en todo momento iba la Virgen del Carmen. "Triana de Esperanza" fue la primera marcha que interpretó con la Virgen sobre las aguas, a la que en el camino de ida hacia la Pasarela de la Cartuja seguirían "Aurora, Reina de la mañana", "Coronación de la Macarena" y "Hosanna in excelsis".
Junto a la Pasarela tuvo lugar a continuación el homenaje a las gentes del mar fallecidas mediante unas oraciones dirigidas por el párroco de Omnium Sanctorum, Pedro Juan Álvarez Barrera, feligresía a la que pertenece la Capilla del Carmen. Después, un hombre cantó desde una barca cercana una letra dedicada a los homenajeados en este acto con la melodía de "La Saeta". Cuando terminó de cantar, los miembros de la Liga Naval arrojaron al río una corona de laurel de gran tamaño.
A continuación, la embarcación avanzó más allá de la Pasarela de la Cartuja para dar la vuelta y volver a pasar por debajo, y cuando lo hizo se arrojó sobre la Virgen una petalada mientras la banda tocaba "Encarnación Coronada".
El camino de vuelta al Puente de la Barqueta lo hizo a una velocidad algo mayor, teniendo los músicos que caminar más rápidamente mientras tocaban las composiciones "Virgen de los Estudiantes", "Corpus Christi" y "La Estrella Sublime".
Ya en la Barqueta, tras bajarse de las embarcaciones acompañantes las diferentes personas que las ocuparon, llegó hasta el pantalán la Virgen del Carmen, que fue desembarcada de nuevo hasta los bajos del puente, donde la banda interpretó el Himno de España. Inmediatamente, los miembros de la Liga Naval cantaron la "Salve Marinera".
Era prácticamente de noche cuando la Virgen del Carmen de Calatrava emprendió la subida desde el Paseo del Rey Juan Carlos I hasta Torneo. Ahora, retirada ya la Banda de Las Cigarreras, el acompañamiento correría a cargo del Coro de Campanilleros de la Hermandad de San José Obrero, mientras que delante de la Virgen iba un pequeño cortejo de hermanos con hachetas y con la presencia de la cruz de guía entre faroles, el estandarte corporativo y el cuerpo de acólitos con cuatro ciriales.
El cruce de Torneo lo hizo la Virgen del Carmen no por la glorieta que Sevilla dedicó a la Duquesa de Alba, por la que había cruzado a la ida, sino por el paso de peatones, adentrándose por la Puerta de la Barqueta en la calle Calatrava, momento en que empezó el rezo del Santo Rosario, compuesto, al ser lunes, por los misterios gozosos.
El rezo del Rosario hace cada año que la vuelta de la Virgen a su capilla no sea directamente por la calle Calatrava, sino que recorre algunas calles del barrio antes de alcanzar su templo desde la Alameda de Hércules. Cuando llegó a la capilla, el pregonero de las Glorias 2019, Manuel Martín Fajardo, pronunció la salutación a la Virgen del Carmen y algunos miembros de la Banda de Cornetas y Tambores de Nuestra Señora del Sol realizaron a las doce el toque de clarines que daba la bienvenida a la festividad de la advocación carmelita.
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