lunes, 11 de noviembre de 2019
ESTÉTICA DEL MUSEO EN EL BESAMANOS A LA VIRGEN DEL AMPARO DE LA MISIÓN
Tras el triduo en su honor, la imagen de Nuestra Señora del Amparo, de la Hermandad de la Misión, estuvo expuesta en besamanos durante la jornada de ayer, domingo, día en que también se celebró la función solemne.
Para este besamanos, la Virgen que acompaña en su paso al Santo Cristo de la Misión se encontraba en el presbiterio alto de la Parroquia de San Antonio María Claret, vestida con un estilo que recordaba absolutamente a la estética habitual de la Virgen de las Aguas del Museo, dado que llevaba un tocado de encaje colocado por encima del manto y éste era de color azul liso.
Además, lucía una diadema, en este caso de plata, y contó con la colaboración de la Hermandad de la Carretería, que cedió para este culto de la cofradía del Viernes de Dolores una saya blanca bordada en oro. Por otra parte, en el pecherín llevaba como única joya un broche de gran tamaño con el emblema del Inmaculado Corazón de María, titular de la propia hermandad y parte central del escudo de la corporación.
La Virgen del Amparo tenía las dos manos muy cercanas entre sí, aunque extendía ligeramente la derecha para recibir en ella los besos de los cofrades y devotos, mientras que con la izquierda sujetaba un rosario con cuentas de color rojo y un pañuelo de encaje.
A modo de peana, la hermandad del barrio de Heliópolis utilizó el sobrecanasto del paso del Inmaculado Corazón de María (ver), el mismo que también se emplea para la procesión de San Antonio María Claret, que tuvo lugar el pasado 25 de octubre (ver). Y en los extremos de esta singular peana veíamos grandes centros florales con claveles y rosas de tonalidad rosácea; las mismas flores que veíamos en otros dos centros delante de todo el conjunto y detrás, ante el baldaquino.
Por otra parte, también formaron parte del altar dos faroles pertenecientes a la Hermandad Sacramental de Tomares, ubicados, como algunas de las flores, sobre sendos pies de base cuadrada con decoración pictórica y dorada.
Finalmente, hay que apuntar que en el interior del baldaquino se encontraba la cruz de guía de la Hermandad de la Misión ante un cortinaje de terciopelo rojo, y flanqueando al sagrario se dispusieron numerosos candeleros con cera blanca. Asimismo, en el lado derecho del presbiterio se situó el estandarte corporativo.
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