lunes, 1 de julio de 2019

EL INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA RECORRIÓ LAS CALLES DE HELIÓPOLIS


La Hermandad de la Misión y la comunidad claretiana vivieron este sábado la salida procesional del Inmaculado Corazón de María, titular letífico de esta cofradía del Viernes de Dolores.
Tras la celebración de la misa en la Parroquia de San Antonio María Claret, a las nueve de la noche comenzó la salida de la cofradía, cuyo cortejo estaba encabezado por la cruz de guía de la hermandad entre faroles. Le seguían varias parejas de niños con cirios y, a continuación, la bandera de la archicofradía con más niños detrás.
El estandarte primitivo daba paso a otro tramo de hermanos antes del estandarte corporativo, el libro de reglas, la presidencia y el cuerpo de acólitos con cuatro ciriales.







Antonio Santiago, capataz de la cofradía, se puso al frente del paso del Inmaculado Corazón de María, que desde el presbiterio de la parroquia avanzó hasta la puerta de salida. Para sortearla, los costaleros tuvieron que echar el cuerpo a tierra ligeramente hasta que la aureola de la Virgen pudo pasar el dintel y comenzaron a redoblar las campanas de la espadaña.
En el atrio del templo claretiano esperaba la Banda de Música del Maestro Tejera, que en el momento de la salida del paso tocó el Himno de España para, seguidamente, interpretar "Sagrado Corazón de María". Con ella, tras una parada, el paso salió a la calle Padre García Tejero y giró a su derecha.
La segunda composición escogida para acompañar al Inmaculado Corazón de María de la Hermandad de la Misión fue "Virgen de las Aguas".




























El paso se desvió de Padre García Tejero al tomar la glorieta Alcalde Fernando de Parias Merry, por la que pasó a tambor, y después se dirigió a la calle Teba, deteniéndose junto a la casa hermandad de la Misión, que fue inaugurada en noviembre de 2012 (ver).
Un exorno floral compuesto de claveles blancos en el friso y en las jarras, rosas delante y detrás de la peana, y nardos y jazmines en las esquinas adornaba el paso del Inmaculado Corazón de María, que pronto se levantó para seguir por la calle Teba y girar a Ensanche a los sones de "Coronación".
En esta última calle una anciana esperaba a la Virgen para ofrecerle un ramo de flores que fue colocado encima del paso, a sus pies.































Más adelante, el paso salió de nuevo a Padre García Tejero con la marcha "Corpus Christi". Después se detuvo y a continuación giró a la calle Nicaragua, en la que empezó el recorrido por las típicas calles del barrio de Heliópolis por las que también pasa el Cristo de la Misión cada Viernes de Dolores.
Por Nicaragua se internó el paso con "Pasan los campanilleros", a la que siguió después en el giro a la calle Ebro la marcha "Rey de reyes". El ligero viento que corría y que aplacaba el calor, dificultaba por otro lado la labor del encendido de los candelabros, lo que se acentuaba más en unas calles bastante oscuras debido a los frondosos árboles que las caracterizan.




























Desde la calle Ebro, el paso del Inmaculado Corazón de María giró a Chile. La confluencia entre ambas tiene un nombre propio, que es Plaza de los Andes, un espacio abierto entre las calles de naranjos y casas unifamiliares que son la seña de identidad de esta zona del sur de Sevilla.
Precisamente, por dicha plaza la Banda de Tejera tocó la marcha "Dulce Corazón de María". Con ella, el paso giró a su derecha para tomar la calle Chile, aunque justo cuando se había completado la revirá el capataz mandó que se detuviera.
























Ya en la calle Chile, el paso del Inmaculado Corazón de María avanzó unos pocos metros antes de volver a pararse, aún en la Plaza de los Andes. Después, Antonio Santiago hizo sonar el llamador y la imagen que tallara en 1960 Rafael Barbero siguió por la mencionada calle, recién arreglada en su pavimentación, a los sones de "Pasa la Virgen Macarena".











El recorrido de la titular gloriosa de la Hermandad de la Misión continuó por las calles Júcar y Uruguay hasta salir de nuevo a Padre García Tejero. Pasaban las doce de la noche cuando el Inmaculado Corazón de María de Heliópolis entraba nuevamente en la Parroquia de San Antonio María Claret.

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