miércoles, 3 de julio de 2019

EL SÁBADO SANTO EN JEREZ

La Virgen de la Piedad, en su paso de palio

La Semana Santa de Jerez, una de las más importantes de España y que cuenta actualmente con la nada desdeñable cifra de 44 hermandades de penitencia, a las que hay que sumar una más en la pedanía de Guadalcacín, sigue sin Sábado Santo. Cuando la Hermandad de la Piedad entra en la noche del Viernes Santo, hay un corte cofradiero hasta que el Domingo de Resurrección sale de la Catedral la Hermandad del Resucitado.
Y eso que no siempre fue así. En 1956 el Cardenal José María Bueno Monreal, en aplicación de la nueva disposición litúrgica venida de Roma, aprueba una nueva jornada de la Semana Santa y el hasta entonces Sábado de Gloria se convierte en Sábado Santo. En Sevilla, cabecera de la Archidiócesis en la que estaba integrada Jerez, la Hermandad de la Trinidad es obligada a dejar el Jueves Santo para situarse la primera de la nueva jornada procesional, a la que igualmente se trasladan la Soledad de San Lorenzo desde el Viernes Santo y el Santo Entierro, que hasta ese momento no salía todos los años y que, cuando salía, también lo hacía el Viernes Santo.
¿Y qué pasó en Jerez, ciudad que no tenía tantas cofradías como en la actualidad? Pues que la Hermandad de la Piedad o del Santo Entierro pasaría también al Sábado Santo, jornada a la que se uniría tras su fundación la de Santa Marta. Éstas dos fueron las cofradías que salían el Sábado Santo, día en el que recorrían la carrera oficial en sentido inverso, empezando por la Catedral, a imitación de Sevilla.
En 1980, sin embargo, Jerez se desliga de la Archidiócesis de Sevilla al crearse la Diócesis de Asidonia-Jerez. Rafael Bellido, que ejercía de obispo auxiliar de José María Bueno Monreal, se pone entonces al frente de la nueva diócesis, que gobernará durante un cuarto de siglo. Dos décadas y media en las que se va a resistir a la fundación de nuevas hermandades de penitencia, pese al persistente movimiento cofradiero que se va generando en diferentes puntos de la ciudad.
Sólo cercano ya el fin de su labor al frente de la Diócesis se relajó y aprobó las reglas penitenciales de la Hermandad de la Clemencia, primera corporación de una auténtica ola de nuevas hermandades que en los últimos años ha vivido la ciudad gaditana. Puede parecer una ola demasiado intensa, pero tengamos en cuenta que desde la fundación de la Hermandad del Perdón en 1963 hasta la de la Clemencia en 1998 pasaron 35 años, tiempo en el que la ciudad creció y la inquietud cofradiera del Jerez alejado del centro también.
Volviendo al Sábado Santo, parece que a Rafael Bellido no le gustaba nada que ese día hubiera cofradías en la calle. Así, en los primeros años de su mandato en la Diócesis las dos cofradías de esta jornada fueron recolocadas en otros días. Primero fue la Hermandad de Santa Marta, que pasó al Miércoles Santo, y dos años después le tocó a la que más se resistía, la Piedad, que acabó cerrando el Viernes Santo. Ambas cofradías siguen hoy en estas jornadas.

Paso de misterio de la Hermandad de Santa Marta

Santa Marta está perfectamente asentada en el Miércoles Santo, pero la Piedad no ha dejado de esconder en todo este tiempo su deseo de volver al Sábado, teniendo en cuenta además su horario excesivamente tardío de entrada, que ha llegado a alcanzar las cuatro de la madrugada en algunas ocasiones. Para evitarlo, se han intentado varias opciones, entre las que se ha incluido un efímero cambio de orden en el Viernes Santo con el que adelantaba una posición, pasando entonces la Hermandad de Loreto a cerrar la jornada, y más recientemente cambios de itinerario de la Hermandad de la Soledad, y desde el año pasado un intercambio de puestos entre ésta y la Hermandad del Cristo. Cierto es que, al menos sobre el papel, ha adelantado su entrada, aunque cualquier imprevisto vuelve a dejar a la Piedad regresando en plena madrugada, como pasó en este mismo 2019, en que el riesgo de lluvia retrasó toda la jornada en una hora.
Ocurre que, como ya analizamos hace algunas semanas (ver), la propia Hermandad de la Piedad se ha cerrado definitivamente las puertas del Sábado Santo proponiendo al obispo esa inexplicable propuesta de no llegar a la Catedral en su estación de penitencia, sino que desde la Plaza de la Asunción se volverá a su capilla sin hacer lo que sus reglas marcan. Al Obispado, que ha corrido a aprobar la medida, se lo ha puesto en bandeja. “¿Lo veis? Tenía yo razón. Para solucionar los problemas de la Piedad no era necesario el Sábado Santo”, podría decir con toda tranquilidad el obispo Mazuelos.
Y es que si algo tiene claro el Obispado es que el Sábado Santo no es día para procesiones. ¿Y por qué? Pues porque desde Bellido hasta el actual obispo, José Mazuelos, pasando por Juan del Río, todos han hecho una interpretación del Sábado Santo como día en el que la Iglesia ha de dedicarse a meditar sobre la muerte de Jesús, cosa que, al parecer, no se puede hacer con una cofradía en la calle.
Hace un par de años, el hermano mayor de la Piedad, Enrique Espinosa, comentaba en una entrevista radiofónica que meditar sobre los misterios de la Pasión, Muerte y Resurrección del Señor es algo que se puede hacer perfectamente dando público testimonio de fe vistiendo una túnica por las calles. Yo diría aún más: si una cofradía, da igual en qué jornada de la Semana Santa, no invita a la reflexión de quienes contemplan los diferentes misterios en las calles o de quienes participan activamente formando parte de los cortejos, ¿para qué sirve todo esto? ¿Para qué salen las cofradías? ¿No se supone que son un instrumento de evangelización?
Y ahí van unas cuantas preguntas sin respuesta más: ¿Es que ver a Jesús muerto en los brazos de su Madre, al Señor caído bajo el peso de la cruz o traicionado por Judas o azotado o negado por San Pedro o siendo presentado al pueblo… no me invita a la reflexión porque no es Sábado Santo cuando salen? ¿Es que si es Viernes Santo cuando veo en la calle al Cristo Yacente en la Urna reflexiono, pero si lo veo el Sábado ya no? ¿Es que en el año 2000, cuando el Sábado Santo se celebró una muy recordada Procesión Magna, se pudo dejar la reflexión a un lado porque era el Año Santo Jubilar decretado por el Papa?
Por otro lado, hay que señalar que otra hermandad jerezana, la Mortaja, también aspira a salir el Sábado Santo. De momento lo hace el Sábado de Pasión, y aunque ya podría solicitar formalmente su incorporación a la nómina de las cofradías que hacen estación de penitencia a la Catedral, de momento ha rechazado esa opción porque, si no sale el Sábado Santo, prefiere seguir haciéndolo el Sábado de Pasión. Lo tiene muy claro.

Misterio de la Hermandad de la Mortaja

Una “solución” apuntada por el actual obispo para todo esto parece señalar que si quieren salir cofradías el Sábado Santo, que lo hagan, pero tendrán que estar de vuelta en sus templos antes del anochecer… Vamos, lo que es un sí pero no, o un no pero sí.
Curiosamente, lo que en el fondo subyace a todo esto es algo de lo que normalmente no se habla, pero que a poco que uno reflexione (aunque no sea Sábado Santo) es fácil llegar a esa conclusión. Como queda dicho, Jerez pertenecía hasta 1980 a la Archidiócesis de Sevilla. En Sevilla salían (y salen) cofradías el Sábado Santo (y a las cinco de la actual nómina les pilla la noche en las calles). En Jerez también salían. Pero entonces Jerez se independiza y no uno ni dos, sino los tres obispos que ha conocido la Diócesis dicen que lo de salir cofradías el Sábado Santo… que no. 
Y yo me pregunto: ¿Rafael Bellido primero, y Juan del Río y José Mazuelos después, no han estado enmendándole la plana durante los últimos cuarenta años a José María Bueno Monreal primero, y a Carlos Amigo Vallejo y a Juan José Asenjo después? Dicho de otro modo: si los obispos de Jerez han mantenido en el tiempo un criterio completamente opuesto al de los arzobispos de Sevilla desde el mismo momento en que Jerez dejó de estar bajo su jurisdicción, ¿no les están diciendo a los que han ocupado la sede hispalense que no han sabido interpretar correctamente lo que significa el Sábado Santo, pero la Diócesis de Asidonia-Jerez sí?
¿Cuántas interpretaciones caben en la Iglesia Católica sobre lo que significa el Sábado Santo y sobre lo que está o no permitido en esta jornada? Ya sabemos que en cuestiones como los requisitos que se exigen a los católicos para casarse por la Iglesia, para ser padrinos de Bautismo o para otros asuntos, los criterios son cambiantes de una diócesis a otra. Pero, ¿cómo puede haber también criterios radicalmente opuestos en un aspecto litúrgico como la interpretación que se hace del significado de un día de la Semana Santa?
Incluso dentro de la misma Diócesis de Asidonia-Jerez encontramos que el criterio general tampoco es tan firme, dado que en Setenil de las Bodegas, que forma parte de la diócesis, sí que sale una procesión con la Virgen de la Soledad en horas nocturnas. ¿Por qué en Jerez no se puede? ¿Por qué el obispo entiende que no es posible reflexionar con una cofradía en la calle? ¿Por qué Jerez se empeña en seguir haciéndole ver al arzobispo de Sevilla (y a otros obispos de España) que su criterio está completamente equivocado? ¿Cuál de los dos criterios es realmente el erróneo?

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