La Hermandad del Rosario de San Julián ha concluido este martes el triduo a su Virgen titular, el primero de los cultos de octubre en su honor. Las circunstancias derivadas de la pandemia del coronavirus han modificado en gran manera el calendario previsto de cultos, además de provocar la supresión de la salida procesional que debería celebrarse el próximo domingo 18.
De esta forma, el pasado domingo comenzaba el triduo que ha terminado hoy, mientras que mañana, festividad de la Virgen del Rosario, tendrá lugar la función principal de instituto a las ocho y media de la tarde a cargo del párroco de San Julián y Santa Marina, Miguel Gamaza Rodríguez.
Para estos primeros cultos en honor a la Virgen del Rosario de San Julián se ha montado un altar en el presbiterio alto del templo, con la imagen vestida al completo de blanco y con sus atributos procesionales, situada ante un dosel rojo de terciopelo y damasco con una gotera con galones y flecos dorados. A los pies de la Virgen vemos un pequeño manifestador con la imagen de Santo Domingo de Guzmán entre flores de talco, y en los laterales, colocados a tres alturas sobre estructuras con decoración marmórea de color verde y apliques de madera dorada, hay una serie de candeleros con velas blancas de gas. Y entre ellos, dos jarras plateadas con variadas especies florales de colores diversos, flores que también se disponen ante la peana procesional de la Virgen del Rosario.
Sobre las barandillas laterales del presbiterio, donde hay sendos reposteros con el escudo de la hermandad, se han dispuesto dos pequeños doseles que albergan candelabros de tres velas cada uno, cuatro bandejas y cuatro jarritas. Finalmente, en el presbiterio bajo encontramos a la izquierda el estandarte corporativo, y a la derecha la bandera concepcionista.
Por su parte, la Virgen de la Hiniesta Gloriosa se encuentra provisionalmente en el propio retablo de la Virgen del Rosario, en la cabecera de la nave del Evangelio.
El resto de los cultos de octubre en honor a la Virgen del Rosario quedan de la siguiente manera: el besamanos, que debería ser los próximos sábado y domingo, ha tenido que retrasarse hasta el fin de semana siguiente, 17 y 18 de octubre, debido a las primeras comuniones que no pudieron celebrarse la pasada primavera. Evidentemente, no será un besamanos como tal, sino un acto de veneración a la imagen, a la que el domingo 18 se dedicará también la función solemne a las doce del mediodía.
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