La imagen de Nuestra Señora del Rosario, de la Hermandad de Montserrat, estuvo ayer, día de su festividad, expuesta a la veneración en el coro bajo de la Parroquia de la Magdalena. Tras los cultos del año pasado, que con motivo del cuarto centenario del Cristo de la Conversión tuvieron lugar en la Capilla de Montserrat (ver), este año la Virgen del Rosario ha vuelto a celebrar su triduo, función principal y veneración (sustituta del besamanos) en el templo parroquial.
La Virgen recibía a los devotos en el bello marco del coro bajo, elevada sobre la peana procesional de Nuestra Madre y Señora de Montserrat. Vestía saya y manto de tisú de tonalidad grisácea al igual que el traje del Niño Jesús, y un tocado de encaje blanco. Además, contaba con su ráfaga de plata con cabezas de querubines dorados, y con la corona, el cetro y la media luna. Lucía también unos llamativos pendientes, un collar y un broche en el pecherín, y sujetaba un rosario con su antebrazo derecho y otro con la misma mano que también sostenía con la suya el Niño, quien en la izquierda llevaba otro rosario de menor tamaño.
A los pies de la Virgen del Rosario había un gran centro de rosas, calas y nardos. Esas mismas flores estaban en un total de seis jarras del paso de palio de la Virgen de Montserrat, situadas sobre columnas de madera dorada y base cuadrada de diferentes alturas. Además, formaron parte del montaje del acto de veneración dos pequeñas tallas de Santa María Magdalena y San Francisco de Paula.
Por otro lado, en el lado izquierdo estaba el estandarte corporativo y en el derecho la bandera del Rosario con el emblema de la Orden de Santo Domingo. Ambas insignias estaban en el centro de sendas parejas de ciriales correspondientes al paso de palio de la hermandad.
Finalmente, la puerta del templo que da a la calle Cristo del Calvario estaba tapada por un cortinaje rojo ante el que se situó el Sinelabe de la cofradía sobre una peana de madera policromada y entre dos faroles y diversos blandones dorados con cera blanca, así como cuatro jarras más con diversas flores blancas y otros tantos pequeños faroles de plata.
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