Entre la tarde del sábado y la jornada del domingo Nuestro Padre Jesús de las Penas, de la Hermandad de San Roque, estuvo expuesto a la veneración en el altar mayor de la parroquia, sobre las andas del vía crucis que la noche del mismo domingo presidió recorriendo las naves del templo.
Para estos cultos, la imagen se presentó vestida con la túnica morada bordada en oro en el taller de Fernández y Enríquez en 1995. En la cabeza no llevaba ni túnica ni potencias. Las andas, además de sus cuatro faroles, contaba con un exorno floral compuesto de claveles rojos, las mismas flores que veíamos en cuatro de las jarras del paso de palio de la Virgen de Gracia y Esperanza que se encontraban en el altar; dos de ellas entre grandes blandones de cera roja y las otras dos detrás, ante el dosel de cultos de la hermandad.
Delante del dosel se situaba el estandarte sacramental de la cofradía del Domingo de Ramos, que se elevaba sobre los paños laterales de los antiguos respiraderos del paso de palio, donde también había diez candeleros con cera blanca, cinco a cada lado, junto a las jarras antes mencionadas.
Un cortinaje de damasco rojo de gran tamaño que cubría prácticamente en su totalidad el retablo mayor de la Parroquia de San Roque completaba el montaje de este acto de veneración al Señor de las Penas.
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