Este viernes ha comenzado en el Convento de Capuchinos el besamanos a la Divina Pastora de las Almas Coronada, que se prolongará durante el día de mañana, fiesta de la Epifanía, y hasta el domingo. En esta ocasión, la imagen presenta dos importantes estrenos. En primer lugar, una nueva saya de seda color calabaza bordada en sedas de colores y con encajes de plata, donada por un grupo de hermanos y confeccionada por Alfonso Aguilar.
Por otro lado, también es nuevo el sombrero que tiene sobre la cabeza, una pieza de encaje de duquesa y punto de aguja con lazo de oro y sedas, y flores alrededor de todo su perímetro. Este sombrero es una donación de la junta de gobierno de la hermandad.
La Divina Pastora se encuentra en el altar mayor del templo, sobre una peana con piezas de madera dorada en la parte frontal y sobre la que se ha colocado un risco realizado con corcho y diversas flores entre algunos verdes. También en este risco hay pequeñas ovejas, dos ángeles y algún pájaro oculto. La imagen tiene en su regazo un pequeño Niño Jesús dormido sobre una pieza de encaje y viste además una pelliza y un manto de brocado. Asimismo, presenta un aro de estrellas, un cayado en su mano izquierda y diversas joyas en su vestimenta.
A su espalda vemos un rosal con rosas de color rosa, además de un dosel con fondo de terciopelo rojo en forma de arco de medio punto y crestería de madera dorada. Flanqueando a la Pastora se han colocado dos candelabros cedidos por la Hermandad del Consuelo de Alcolea del Río.
Y más hacia los extremos encontramos unas mesas de madera dorada en las que, entre pequeños jarrones con flores de talco, se han situado un relicario con la primera representación de la advocación de la Divina Pastora, atribuida a Alonso Miguel de Tovar (1703), y una urna con restos óseos del capuchino Fray Diego José de Cádiz. Detrás de las mesas hay unos doseles de terciopelo rojo con unos paños a modo de gotera y pequeños espejos. Y al lado, sobre altas columnas decoradas pictóricamente imitando el mármol, se han ubicado unos jarrones con variadas y coloridas especies florales.
Por último, hay que comentar que el fondo de todo el montaje es un gran cortinaje de damasco rojo, que ante él cuelgan cinco lámparas, dos de ellas sujetadas por los ángeles lampareros del presbiterio, y que junto a dos de las columnas que separan la nave central de las laterales están el estandarte de la hermandad a la izquierda y la cruz parroquial entre ciriales a la derecha.
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