lunes, 18 de febrero de 2019

SAN VICENTE ACOGIÓ EL DEVOTO BESAPIÉ AL CRISTO DE LAS SIETE PALABRAS


Este domingo la Hermandad de las Siete Palabras cerraba los cultos anuales a su crucificado titular con el tradicional besapié. Para ello, la imagen fue ubicada en el presbiterio alto de la Parroquia de San Vicente, ante un alto dosel de la hermandad que ocultaba parcialmente el retablo mayor.
El Cristo estaba colocado tumbado, con los brazos de la cruz sujetos por sendas piezas metálicas que quedaban detrás de unas columnas de madera dorada con fuste estriado sobre las que estaban dos de los ángeles mancebos que figuran en las esquinas de su paso de misterio. Por otro lado, la base de la cruz estaba apoyada directamente en el suelo, a menor altura. Un paño de terciopelo rojo cubría la parte que va anclada en el paso. También veíamos aquí un centro de claveles rojos y el conjunto de ángeles cirineos que figuran en el paso de Nuestro Padre Jesús de la Divina Misericordia.
Cuatro faroles de mano, dos de ellos sobre pequeñas columnas junto a los brazos de la cruz y otros dos en la base, sobre la alfombra que adornaba el espacio, conformaban las esquinas del imaginario rectángulo que ocupaba el Cristo de las Siete Palabras.
Junto al dosel estaban la bandera de seda bordada en oro a realce estrenada en el cortejo de la cofradía el pasado Miércoles Santo, y el estandarte corporativo. Y en los extremos, contemplábamos dos parejas de altos blandones dorados con cera roja. Entre estos blandones había dos mesas de madera dorada con los otros dos ángeles mancebos del paso del crucificado, y otros dos centros con las mismas flores antes descritas.
Finalmente, algo más adelantados había otros seis blandones dorados de menor tamaño, tres a cada lado, junto a más claveles rojos sobre otra pareja de columnas estriadas.































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