La Hermandad de la O ha celebrado entre el pasado domingo y hoy, miércoles, el besamanos a María Santísima de la O, que se encontraba en el presbiterio alto de su parroquia sobre una peana de plata y tras un centro de grandes rosas de color rosa colocado en el suelo a sus pies.
La dolorosa tenía su manto de salida, sobre el que estrenaba una toca de encaje de bolillos que ha sido donada por un grupo de hermanos y que ha confeccionado Alfonso Aguilar Martín. Se trata de una prenda con la que se ha querido reproducir una toca que aparece en fotografías antiguas de la Virgen. Por otro lado, llevaba también la saya azul con bordados de Rodríguez Ojeda de 1907.
Contaba con la corona de oro de Orfebrería Triana que el Cardenal Amigo Vallejo le impuso en su Coronación Canónica el 2 de junio de 2007 en la plaza del Altozano, y en el pecherín tenía la Medalla de la Ciudad, un alfiler con la inscripción "María de la O" y varios broches. En la mano izquierda sujetaba un rosario, mientras que la derecha es la que ofrecía a los devotos.
Junto a la Virgen de la O se podían ver dos mesas de madera dorada. En cada una de ellas había un candelabro de plata con cinco velas blancas y dos jarritas también con rosas. Y detrás, ante el retablo mayor de la parroquia, se alzaba un dosel en cuyo centro estaba la pintura de San Juan Evangelista atribuida a Juan del Castillo, maestro de Murillo, fechada en torno a 1630. Ante la pintura, un gran número de candeleros, dos jarras del paso de palio y una talla del Niño Jesús.
En los laterales del presbiterio, sobre sendos frontales de madera dorada y policromada, se alzaban dos pequeños doseles con varias bandejas de plata, unas jarritas de rosas, cuatro candeleros y unas láminas que informan de las indulgencias concedidas a la hermandad en la festividad de la Expectación. Por último, hay que señalar la presencia de cuatro lámparas de araña de cristal que colgaban del techo.
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