María Santísima de la Esperanza Macarena ha estado expuesta en besamanos desde el pasado sábado y hasta hoy, miércoles, festividad de la Expectación de la Virgen. Para ello, ha estado ubicada en el centro de la Basílica, rodeada de un ancho friso de flores, de forma que los devotos, tras besar su mano derecha, podían rodearla antes de abandonar el templo.
Para esta ocasión, la Esperanza Macarena se encontraba vestida con el manto camaronero, bordado por Juan Manuel Rodríguez Ojeda en 1900, y la saya burdeos bordada por Guillermo Carrasquilla en 1962, reutilizando parte de los bordados del desaparecido palio rojo de Rodríguez Ojeda y Victoria Caro. Además, ha estrenado la reproducción que Francisco Carrera Iglesias ha hecho de la toca de Juanita Reina, bordada en oro y sedas sobre malla.
Sobre la cabeza, la Virgen de la Esperanza tenía su corona procesional, y entre el pecherín, la cintura y el fajín rojo tenía la cruz pectoral, la Medalla de la Ciudad, las cinco mariquillas de Joselito el Gallo, la pluma de oro de Muñoz y Pabón y numerosos broches.
La dolorosa se elevaba sobre una peana de plata y estaba flanqueada por dos jarras de su paso de palio sobre sendos pies de madera dorada con diversas flores blancas. Más atrás, sobre frontales de plata, había diferentes candeleros con cera blanca, dos jarras y cuatro jarritas.
Al fondo, el camarín de la Virgen lo ocupaba un trono de reina del bajaba una escalera hasta el presbiterio, en cuyos escalones se encontraban los ángeles de madera policromada que escoltan en sus retablos al Señor de la Sentencia y a la Virgen del Rosario, mientras que en los laterales había unos altos blandones dorados.
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