Después de haber tenido que posponerlo en abril por la muerte del Papa Francisco, este martes, víspera de su festividad, la Virgen del Carmen de Jerez se trasladó a la Catedral para celebrar allí el centenario de su Coronación Canónica, que tuvo lugar en el Parque González Hontoria el 23 de abril de 1925.
Finalmente, se optó por aprovechar la salida procesional de cada 16 de julio para esta celebración, realizando un traslado a la Catedral en la víspera, tras el último día de la novena. Para esta salida, la Banda de Música Agripino Lozano, de San Fernando, fue la encargada de acompañar a la Virgen del Carmen, cuyo cortejo comenzó a abandonar la Basílica a las nueve y media de la noche. El cortejo, breve en este traslado, se componía de cruz alzada entre ciriales, guión corporativo, tintinábulo, conopeo y cuerpo de ciriales.
Pronto, desde el presbiterio del templo, alcanzó la puerta el paso de la Virgen del Carmen. La imagen vestía el manto de tisú de plata bordado en oro por Concepción Fons en 1906, con un medallón central de María Aragón que representa la entrega del escapulario a San Simón Stock. Asimismo, llevaba la saya y escapulario de terciopelo marrón bordado en oro, y la mantilla de encaje de Flandes que lució en su Coronación Canónica y que sólo ha llevado en las celebraciones de las efemérides importantes relacionadas con ella.
Por supuesto, no faltaba la corona de oro de la Coronación, realizada por el orfebre valenciano José David en 1925. Y entre las numerosas joyas, medallas y broches, tenía la Medalla de la Ciudad de Jerez. En cuanto al Niño Jesús, llevaba el vestido de tisú de color verde bordado en oro.
El paso salió del templo teniendo los costaleros que echar el cuerpo a tierra para que la corona no rozara con el coro ni con el dintel de la puerta. En ese momento, la banda interpretó el Himno de España, al que siguió la marcha "Reina del Carmelo", de Germán Álvarez Beigbeder, considerada todo un himno en esta corporación.
Tras una parada junto a la Basílica, el paso, adornado con nardos, gladiolos, rosas y claveles, todo ello de color blanco, se levantó y avanzó por la calle Carmen, ahora a los sones de "Flos Carmeli", de Pedro Gálvez; una nueva composición que por primera vez sonó tras la jerezana Virgen del Carmen.
Luego fue el turno de la marcha "La Estrella Sublime", con la que el paso giró a la derecha en la calle Sedería, donde se produjo el primer relevo de costaleros bajo las trabajaderas. A continuación, la Virgen tomó Chapinería con la composición "Amargura", también de Beigbeder.
Un joven se acercó al capataz para pedirle que la siguiente levantá se le dedicara a su padre, de nombre Juan, que está enfermo y es muy devoto de la Virgen del Carmen. Dicho y hecho. Con esta dedicatoria, el paso se levantó, siempre a pulso, y continuó hacia la plaza de la Asunción mientras la Banda Agripino Lozano interpretaba "¿Quién te vio y no te recuerda? Saeta jerezana".
Tras la revirá en la plaza, y con la histórica Parroquia de San Dionisio a su espalda, la Virgen del Carmen se detuvo para luego afrontar la bajada de la calle José Luis Díez con la marcha "Reina Carmelitana".
Ante el centro de salud se paró la Virgen del Carmen, que luego buscó la plaza del Arroyo a los sones de "Virgen de los Negritos". Después hubo otro relevo de costaleros, tras el que el paso avanzó con la marcha "Esperanza de la Yedra".
Hubo a continuación una levantá por Mari, camarera de la Esperanza, de la que el capataz dijo que necesita salud y la Virgen se la va a dar. Ella misma hizo sonar el llamador para que la Virgen del Carmen comenzara a subir la calle Cruces, con la banda de San Fernando tocando "Paz y Aflicción", marcha que sonaría en dos ocasiones.
La Virgen del Carmen se acercaba a la Catedral jerezana, discurriendo por el Reducto del Cardenal Bueno Monreal a los sones de "Pasa la Virgen Macarena". Numerosas personas veían a la Virgen por esta zona, muchas de ellas en la amplia escalinata de piedra que hay ante la fachada principal del primer templo de la ciudad.
"Humildad, Paciencia y Penas" fue la siguiente partitura que interpretó la Banda Agripino Lozano. Con ella, la Virgen del Carmen salió fugazmente a la plaza de la Encarnación para luego tomar la parte superior del Reducto, ya pegada a los muros catedralicios. El capataz dedicó la siguiente levantá a la cuadrilla baja, tanto a los que formaron parte de ésta y no estaban en este traslado, como a quienes ahora están en el cielo.
Sonó entonces la marcha "Cristo de la Viga", la que Francisco Orellana dedicó al crucificado de la hermandad con sede en la Catedral. Con ella, la Virgen del Carmen llegó hasta la misma puerta, donde se detuvo antes de la recogida.
Para la entrada en la Catedral, la banda tocó nuevamente "Reina del Carmelo", con la que el paso fue avanzando hacia la nave de la Epístola, hasta que un empleado del templo fue nervioso hacia los músicos para indicarles que interrumpieran la interpretación cuando le quedaban a la partitura unos pocos segundos. Estas cosas que a veces pasan...
Acallada la banda sin razón lógica que lo pudiera justificar, sonó el Himno de España a cargo de un organista situado ante el altar mayor, al que se dirigía el paso de la Virgen del Carmen. En su lado derecho se detuvo definitivamente la Virgen, que quedó junto al Cristo de la Viga, que durante este Año Jubilar de la Esperanza está presidiendo la Catedral, mientras que el crucificado que habitualmente la preside se encuentra a los pies de la Virgen de la Luz, en la capilla que hasta el pasado mes de diciembre era la de la Hermandad del Resucitado.
A eso de las once y media de la noche finalizaba esta procesión de traslado de la Virgen del Carmen de Jerez hasta la Catedral, donde a las doce se rezó la Salve de Medianoche y tuvo lugar el tradicional Saludo a la Virgen, para luego dar a besar el escapulario a los devotos.
Por último, en la mañana de ayer, miércoles, se celebró el solemne pontifical, y a partir de las ocho de la tarde se desarrolló la procesión de regreso a la Basílica del Carmen, pasando por las principales calles del centro de la ciudad.
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