miércoles, 10 de octubre de 2012

LA ENFERMERA DE SAN MARTÍN


Nuestra Señora de la Esperanza Divina Enfermera recorrió la tarde-noche del pasado sábado las calles de su feligresía en una procesión que registró en prácticamente todo su itinerario una gran cantidad de público que la siguió desde su salida desde San Martín, que tuvo lugar pasados unos minutos de las siete y media, hasta la entrada, al filo de las doce de la noche.
Abría el cortejo la Banda de Cornetas y Tambores San Juan Evangelista, que fue relevada en la esquina de Santa Ángela de la Cruz con San Juan de la Palma por la Banda de las Tres Caídas. La cruz alzada y ciriales, el banderín de la Divina Enfermera, el Libro de Reglas y el estandarte de la hermandad fueron las insignias que formaron parte de la procesión.





Enseguida apareció el paso de la Divina Enfermera, que vestía un manto verde claro con una longitud menor a la del manto de terciopelo utilizado el año pasado. Ismael Vargas volvió a ponerse al martillo, mientras que el acompañamiento musical corrió a cargo de la Banda de Música de las Cigarreras, que tras el Himno recibió a la Virgen en la Plaza de San Martín con la marcha "Esperanza Divina Enfermera", con la que lentamente el paso se encaminó hacia la calle Saavedras.









Con respecto a la salida procesional de 2011, la Hermandad de la Lanzada buscó desde Alberto Lista las calles Viriato y Viejos en lugar de salir a Feria. De esta forma, dejó la presentación ante la Divina Pastora para más tarde, pasando en primer lugar por detrás de la capilla de la calle Amparo en dirección a la Plaza del Pozo Santo. En esta zona se pudieron oír marchas como "La Estrella Sublime" y "Pasa la Virgen Macarena".









A partir de ahí la procesión de la Esperanza de San Martín se convirtió en una visita a conventos y cofradías vecinas. Así, desde el Convento del Pozo Santo la cofradía se dirigió por la calle Jerónimo Hernández al del Espíritu Santo, que poco tiempo antes había recibido a la Virgen de la Cabeza. Y desde allí se encaminó hacia San Juan de la Palma, a cuya puerta principal llegó con la marcha "María Santísima del Buen Fin". La Hermandad de la Amargura la recibió cantando la salve y entregando un ramo de flores que fue depositado en el paso.











Las marchas "Alma de la Trinidad" y "Sagrado Corazón" sonaron en el breve camino que separa San Juan de la Palma de la capilla de la calle Amparo, a la que la Divina Enfermera llegó por la calle Madre María Purísima de la Cruz. Y de nuevo, Salve y ramo de flores, pero esta vez por parte de la Hermandad de la Divina Pastora.




A continuación, el paso enfiló la calle Aposentadores, que el año pasado recorrió en sentido inverso, para alcanzar la zona más estrecha de Feria de camino a la antigua Plaza de los Carros. Allí esperaba la Hermandad de Monte-Sión con las puertas de su capilla abiertas de par en par, dejando ver a la Virgen del Rosario en besamanos bajo su palio y con la candelería encendida. En este tramo sonaron marchas como "Valle de Sevilla", "Esperanza Macarena" y "Madre Hiniesta", mientras que al marcharse de la Capilla del Rosario la banda interpretó "Procesión de Semana Santa en Sevilla".




Finalmente, la Divina Enfermera tomó las calles Conde de Torrejón, Alberto Lista y Saavedras para regresar a la Plaza de San Martín, donde sonó "María Santísima del Subterráneo". Como es norma de la casa, no hubo parada antes de entrar el paso en el templo, sino que los costaleros lo hicieron de espaldas y no se volvieron hasta que se traspasó el dintel y la banda tocó el Himno. Una vez dentro, y tras una levantá a pulso, el acompañamiento musical concluyó con "El refugio de María".






Cuando el paso ya se situó en el presbiterio, los hermanos comenzaron a repartir entre los presentes las flores, principalmente claveles y nardos blancos, que habían formado parte del exorno del paso; un sencillo acto que constituyó el broche de oro de una brillante salida procesional.




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