Dentro de los actos conmemorativos del cincuentenario de la Virgen de los Dolores, la Hermandad de San José Obrero realizó el pasado domingo un rosario de la aurora que tuvo como destino la Basílica de María Auxiliadora, donde se celebró la Santa Misa antes de proceder al regreso a su templo.
La dolorosa, la primera que talló Luis Álvarez Duarte, fue llevada en andas por sus hermanos y vestía manto rojo bordado en oro. El acompañamiento musical corrió a cargo del Coro de la Hermandad del Rocío de Montequinto.
Pasadas las diez de la mañana comenzó el traslado para regresar a San José Obrero. Antes de salir a la calle, la Virgen de los Dolores fue vuelta hacia la imagen de María Auxiliadora que preside la Basílica y posteriormente entró en la capilla de la Hermandad de la Trinidad, situándose a los pies del camarín de la Esperanza que, de forma provisional durante la restauración de la imagen de Astorga, ocupan el Cristo de las Cinco Llagas, la Virgen de la Concepción y San Juan Evangelista.
En la Carretera de Carmona las andas se detuvieron ante la puerta de la Fundación Gerón, donde un buen número de ancianos esperaban a la Virgen de los Dolores, algunos visiblemente emocionados. Una de ellas hizo entrega de un ramo de flores a la dolorosa, mientras que la hermandad regaló un cuadro con el rostro de la Virgen para que sea colocado en la residencia.
La Virgen de los Dolores continuó hacia su parroquia por las calles San Juan Bosco, Jabugo y Pinta hasta salir a Arroyo y entrar en San José Obrero en torno a las once y media de la mañana.
Una vez en el interior del templo, la Virgen fue conducida hasta el presbiterio y colocada en el lado derecho, con lo que finalizaba este rosario de la aurora que tuvo un carácter extraordinario por el medio siglo de existencia de la dolorosa que volveremos a ver bajo palio por las calles de su barrio el próximo Sábado de Pasión.
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