En concreto, fue en la calle Mendoza Ríos donde apareció el agua, aunque hasta entonces, y pese a la amenaza de lluvia, todo había transcurrido con relativa normalidad, y el cortejo, compuesto de cruz y faroles, parejas de hermanos con cirios y los estandartes de la Hermandad de las Siete Palabras y la propia Hermandad de las Mercedes, avanzaba con calma por las calles de la feligresía de San Vicente.
Es cierto, como decía, que el blanco es el color mercedario, pero también es verdad que la Hermandad de las Mercedes cuenta para su titular con otros dos mantos de salida, uno rojo y otro azul, que es una pena que ya no se utilicen en la salida procesional. Está claro que la mejor opción sería ir alternando las diferentes piezas del ajuar de la Virgen, que para eso están.
En cuanto al exorno floral de este paso, que poco a poco va completando el dorado de los respiraderos, llamaban las atención las grandes rosas de color rosa que se podían ver en las jarras laterales, así como en varios centros presentes en la delantera y los costeros, combinadas con nardos en las esquinas.
José Monge y Francisco Loza comandaban el paso por los callejones, perfectamente engalanados con colgaduras, farolillos de papel y mantones. El plato fuerte estaba en Mendoza Ríos, donde el paso se detuvo para que desde un balcón se cantasen unas sevillanas con versos como éstos: "Sevilla encuentra consuelo a través de una ventana; a través de una ventana, mi Virgen escucha atenta oraciones y plegarias de su barrio mercedario, que su Reina la proclama; desde Sevilla a los Cielos, piropos, vivas y ruegos se oyen al verte pasar; ¡Viva mi Virgen de las Mercedes, Reina de Puerta Real!".
A continuación, el paso se levantó y la Banda Municipal de Música de La Puebla del Río empezó a tocar "Encarnación de la Calzada", al tiempo que desde las azoteas comenzaba a caer una intensa lluvia de pétalos, se lanzaban fuegos artificiales y la gente aplaudía entusiasmada. Fue, sin duda, el momento de mayor emoción e intensidad vivido en esta salida procesional de las Mercedes de la Puerta Real.
Parece que la lluvia estaba esperando precisamente que terminara dicho momento de alabanza a la Virgen para hacer acto de presencia. Efectivamente, en la estrechez de Mendoza Ríos comenzó a llover, primero levemente y después con algo más de intensidad, obligando los hermanos a ir abriendo espacio entre la gente para que el paso pudiera avanzar con celeridad.
Cuando ya estaba en la calle Redes la lluvia remitió un poco, aunque no por ello se dejó de avanzar con cierta rapidez. Ya en Alfonso XII, la Banda de La Puebla del Río interpretó "Virgen de la Estrella" y la lluvia volvió a hacer acto de presencia, obligando a correr aún más, entre los aplausos de la gente y sin que la banda dejara de tocar. Tras alcanzar la capilla, y sin detenerse, el paso se giró ante la puerta para entrar lo antes posible.
Mientras tanto, el capataz daba instrucciones a sus costaleros advirtiendo de la dificultad de la maniobra de entrada y, por este motivo y para evitar incidentes, había que proceder con cuidado. "No tenemos ninguna prisa", comentaba.
Finalmente, el paso se levantó por última vez y comenzó a entrar en la capilla. Varios costaleros ayudaban desde fuera sosteniendo la zambrana para conseguir colocar el paso en su lugar. Completada la parte más difícil, la banda interpretó el Himno Nacional, dando por finalizada la salida procesional de la Virgen de las Mercedes.
Me emocionó en su día y hoy, después de haberlo leído como diez veces, sigue haciéndolo. Gracias!
ResponderEliminar